Cada vez contamos con menos explotaciones ganaderas, pero las que hay tienen un mayor tamaño. Es decir, incluso en un sector tan tradicional como éste el cliente cambia y, al hacerlo, plantea nuevas exigencias. El de hoy no tiene nada que ver con el baserritarra de no hace tanto; ha dejado de lado la compra del pienso por sacos para empezar a hacer pedidos a granel y pedir mezclas personalizadas ajustadas a sus necesidades. Hace ya unos años que la cooperativa Miba, una de las principales empresas dedicadas a la elaboración de productos de alimentación para animales de granja, advirtió esta tendencia y asumió que en la fabricación de piensos acabaría dándose la misma concentración empresarial que ya se veía en las explotaciones. Había que buscar posibles aliados entre los competidores para, gracias a la economía de escala y la suma de fuerzas, lidiar mejor con la gran volatilidad de los precios de las materias primas y emprender las siempre necesarias inversiones. Esa política le ha permitido en los últimos años no solo aumentar su volumen de negocio, sino también dedicar mayores recursos a cuestiones vitales como la seguridad alimentaria y la creación de piensos medicamentosos.

La última de estas operaciones la realizó en octubre de 2020, al comprar una nueva fábrica. Las ventajas saltaban a la vista, pero también los inconvenientes: la duplicidad de puestos hacía necesaria una reestructuración integral de la plantilla. Un proceso al que la empresa vizcaína de Etxebarria decidió aplicar un poco de innovación, que no es algo reservado a la producción, sino que puede llevarse a cualquier área de una pyme o micropyme, incluyendo la de recursos humanos. Al fin y acabo, para garantizar la eficiencia de la empresa y su sostenibilidad futura lo primero que debe encajar con la visión y valores de la marca es la propia plantilla. Ah, y decimos 'un poco de innovación' porque Miba recurrió al programa Hazinnova, pensado para mejoras capaces de mostrar resultados tangibles en tan solo tres meses.

El programa, que está gestionada por el Grupo Spri y la Agencia Vasca de la Innovación, Innobasque, brinda a las pymes de cinco o más trabajadores la oportunidad de contar con cincuenta horas de asesoramiento gratuito para poner en marcha pequeños proyectos de innovación. Así que su participación en él dio a esta cooperativa integrada en la Corporación Mondragón la oportunidad de contar con ayuda externa para realizar la revisión y adecuación a las nuevas circunstancias de producción de todos sus perfiles profesionales. En su caso concreto, los consultores asignados por Hazinnova decidieron redefinir el organigrama de la cooperativa, empezando por hacer una completa y detallada relación de todos sus puestos de trabajo. Para ello, analizaron el actual funcionamiento interno de la empresa, así como las principales funciones y tareas asignadas a cada uno de sus empleados. Con esta información como punto de partida, ayudó a la empresa a definir los criterios de valoración de cada categoría profesional, un punto crucial del proceso porque es la base de la nómina. Finalmente, cuando todo estuvo ya consensuado, se establecieron las pautas para lograr la comunicación más eficaz a todos los cooperativistas. El agente Hazinnova Konfekoop acompañó a Miba a lo largo de todo este proceso.

Hazinnova tiene abierto el plazo para participar en su nueva convocatoria hasta el 1 de diciembre. En total, ya son 437 las empresas que han participado en él para implantar mejoras en las áreas de fabricación, logística, comercialización o administración y finanzas.