DONOSTIA- Koro Alonso e Irune Saiz llevan 20 y 13 días en huelga de hambre, respectivamente, solo a base de líquidos y aseguran que van a llegar hasta las últimas consecuencias, aunque den con sus huesos en un hospital a base de sueros. "Ya que he empezado, no lo voy a dejar a medias", asegura Koro Alonso, una donostiarra de 54 años que lleva quince años trabajando en los comedores escolares de varias escuelas de Gipuzkoa.
Son tres mujeres en todo el Estado las que se encuentran en huelga de hambre para reclamar la fijeza en sus puestos de miles de empleados públicos en abuso de temporalidad. Muchos de estos empleados públicos llevan más de 10 años contratados por la Administración tras aprobar un examen, pero sin plaza fija, y ahora las nuevas Ofertas Públicas de Empleo (OPE) que se están convocando representan una amenaza. Han de volver a luchar por un puesto que ya ocupan desde hace años.
Koro e Irune acudirán en la mañana del jueves a la oficina del Ararteko y acto seguido acudirán al Pleno del Ayuntamiento de Donostia, donde el grupo municipal Elkarrekin-Podemos ha presentado para su aprobación una moción en la que se pide apoyo para estos empleados públicos interinos y se exige al gobierno municipal que aplace la salida a concurso de público de las plazas que ocupan estas personas.
La justicia europea les dio la razón en marzo de 2020 y las administraciones que les han tenido durante tantos años sin hacerles fijos han de pagar por ello y compensarles. Pero, ¿cómo? Ellos reclaman la fijeza en sus puestos, pero la falta de encaje legal en el Estado español y la posición de varias administraciones mantiene a estas personas en una situación que califican de "injusticia". Pendientes de una inminente readecuación legal que supuestamente debe solucionar su situación, pero amenazados, al mismo tiempo, por inminentes OPE que sacan a oposición sus plazas.
El propio Miquel Iceta, ministro de Política Territorial y Función Pública, aseguró el pasado día 22 en el Senado que la reforma del Estatuto Básico del Empleado Público se producirá en breve y ofrecerá una salida a estas miles de personas. Entre tanto, aseguró que su Ministerio recomendará que se excluyan de las OPE las plazas de estas personas que están en fraude de ley, en abuso de temporalidad. Pero reconoció, eso sí, que es cada administración, la responsable de cada una de las OPE, la que tiene que tomar en cada caso esa medida.
Agua, zumos y café
Agua, zumos y café, esa es su dieta, aunque el lunes, en su tercera semana de huelga de hambre, comenzó "a tomar vitaminas". Koro Alonso es una de las tres mujeres en huelga de hambre. Asegura que lo hizo porque "me parece superinjusto y supertriste que estemos en el siglo XXI y que nos tengamos que pegar por unos derechos que están reconocidos por la Unión Europea y el Tribunal de Justicia de Europa. Me parece muy discriminatorio que haya gente que lleve 30 años trabajando y no tenga derecho ni a una indemnización.
Tomó esta drástica decisión, "ya no tanto por mi situación, porque mi plaza no tiene OPE, sino por la injusticia. Somos los más tontos de todos los trabajadores. Te cogen, te tiran, ahora te cojo, ahora no. Luego quieren convocar plazas, pero no hablan de las personas que están trabajando. Vivimos en un limbo de ley", lamenta.
"Yo, desde luego, voy a llegar hasta el final, sin me tienen que ingresar y poner sueros, que lo hagan; yo lo he empezado y no lo voy y a dejar a medias. Soy consciente de que esto no se va a arreglar en dos días y de que puede ir a peor (su estado de salud), y estar hospitalizada, hasta morirme€ Pero ahora mismo, dejarlo sería una idiotez".
"Me apoyan todos", dice, los trabajadores que se han enterado en la ikastola en la que estoy y también sus dos hijas, de 35 y 33 años, y las amigas de estas;saben que soy muy guerrera, pero sí que tienen cierto miedo y me dicen: cuídate, no hagas muchos esfuerzo".
"Yo me pongo en huelga de hambre, y voy a muerte", dice. Koro lleva unos "cinco años en el mismo puesto -ahora está liberada para aprender euskera- y en el mismo centro", pero antes estuvo "muchos años dando vueltas, "cada día en un sitio", esperando a septiembre para saber dónde le iba a tocar trabajar el nuevo curso.
Inspiración desde Alicante
Irune Saiz también acudirá mañana a Donostia, aunque trabaja para el Ayuntamiento de Bilbao. Está en huelga de hambre desde el 17 de abril. "Bebiendo líquido, fundamentalmente agua y algún sirope de arce con limón. Sabes que pasa, que la situación es tan injusta y tan sangrante, que gracias a una comisión de huelga de hambre que hay a nivel estatal, nos hemos decidido a ponernos al límite por algo que solicitamos, no como un regalo, no pedimos que nos regalen nada, solamente que se haga justicia y se cumpla la ley", dice.
Irune lleva trece años como trabajadora social en el Ayuntamiento de Bilbao. "Nos hemos dejado la piel en esta situación con la pandemia y el 8 de mayo, que hago 13 años, convocan una oposición de trabajadoras sociales, al margen de la situación que pueda tener cada una. Personas en fraude de ley y no en fraude. Al margen de si nuestra situación es irregular o no", lamenta.
Con su protesta, quiere poner en valor, no solo el esfuerzo que estamos haciendo, sino la situación irregular en la que estamos por la mala gestión de la Administración, que no está asumiendo el pago de la irregularidad cometida y lo paga con las víctimas", afirma.
"Resulta que se vigila a rajatabla en la empresa privada, pero no se toca a la Administración pública, que son las que deberían dar ejemplo. En mi huelga de hambre hay una parte de denuncia contra la impunidad de la Administración. Cuando cometes un error, hazte cargo; no sanciones a las víctimas", dice, como ella, que ya accedió a la Administración "por medio de un examen", aunque no se hiciese con una plaza fija.
"Y vamos a continuar con la huelga de hambre hasta el final", asegura, firme, porque el "proceso de miedo ya pasó, en el momento de tomar la decisión, reconoce, pero ahora, "la desesperación, la rabia y la sensación de injusticia son tan fuertes que el miedo queda a la altura del barro", asegura.
Algo que me animó muchísimo es que la primera persona que la inició es una mujer que estuvo de interina y ahora es funcionaria de carrera, María Jesús, de Alicante. Lo hizo por principios, por valores, y la por la injusticia que estaban viviendo sus compañeras. Ella lleva ahora mismo 24 días en huelga de hambre y yo me dije: ¿la hace ella que no tiene su plaza en peligro y no lo voy a hacer yo?
En manos de la justicia, de nuevo
Ante la falta de encaje legal para hacer efectiva la sentencia del TJUE, los afectados tienen que acudir a la justicia ordinaria y tienen que ser los tribunales españoles quiénes determinen cómo sancionar a la Administración por el abuso de temporalidad. Los interinos piden que el castigo sea hacerles fijos en el puesto que ya están ocupando, una tesis avalada públicamente por personajes como la presidenta emérita del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas.
Ya se han producido las primeras sentencias, con resultados en ambos sentidos, concediendo la fijeza en unos casos y articulando otras compensaciones en otros. El juzgado de Alicante, por ejemplo, ha impuesto la fijeza de 18 personas en abuso de temporalidad en la Administración y en Canarias también se ha dado otro caso. El Gobierno español está a punto de reformar el Estatuto Básico del Empleado Público para dar encaje legal a esta situación en la Administración, sin tener que acudir a la vía judicial.
Atrasar las OPE hasta final de año
"Pedimos que retrasen lo más posible la convocatoria de los OPE de 2017, 2018, 2019, 2020. Las de 2017 tienen hasta final de año para sacar la convocatoria. ¿Qué prisa hay, si saben que se va a hacer una modificación de la ley en breve. Han estado quince años sin convocar OPE, qué prisa hay en sacarlas ahora. Simplemente con un poquito de sensatez, deberían paralizar esas OPE lo más posible, porque igual pronto se articula una solución sin llegar a la vía judicial", asegura un portavoz del colectivo de interinos en el Ayuntamiento de Donostia.