- El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, intervino ayer en la duodécima y última junta de accionistas de la entidad en solitario, marcando un punto y final a esta etapa que culmina con su integración con CaixaBank y que provocará que su marca previsiblemente desaparezca este mismo verano.

Goirigolzarri recordó el largo recorrido desde que en 2012 iniciara el proyecto, un periodo durante el cual se han atravesado momentos “muy duros”. “El camino no siempre ha sido fácil”, reconoció el banquero.

No obstante, dijo con “enorme orgullo” que el equipo ha conseguido durante este tiempo lo que muchos dudaban que fuera posible, es decir, convertir a Bankia en un banco sostenible, solvente y con altos índices de satisfacción por la calidad de servicio prestada.

De hecho, subrayó que Bankia pasó de ser el principal problema del sector financiero y de estabilidad en España en 2012, a ser un referente dentro del sector y a contribuir de forma decisiva a la mejora socioeconómica del país. También alabó a un equipo que tuvo que afrontar momentos “tremendamente duros”, cuando era difícil sentir orgullo de pertenencia al proyecto.

Para Goirigolzarri, la aprobación de la fusión con CaixaBank marca el inicio de una nueva etapa para la entidad. Según señaló, el calendario del proyecto sigue su curso dentro de los plazos previstos.

El canje de acciones de la fusión Bankia-Caixabank está sujeto a que el próximo 26 de marzo quede consumada la operación, lo que se producirá si antes de esta fecha se obtienen las autorizaciones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y del Ministerio de Asuntos Económicos.