DONOSTIA - Los juzgados de Bergara acogen desde hoy lunes, y hasta el próximo jueves, el juicio por la demanda de una parte de los socios de Fagor Electrodomésticos y Edesa que reclaman a Mondragon 47,8 millones de euros por las inversiones que tenían en estas cooperativas a través de aportaciones voluntarias y prestamos mercantiles principalmente, y que perdieron tras la caída de Fagor en 2013.
El juicio obligará a comparecer a un buen puñado de dirigentes y exdirigentes de la Corporación Mondragon. Los primeros lo harán esta misma mañana, ya que declararán los expresidentes del grupo cooperativo José Mari Aldekoa y Txema Guisasola, así como Arantxa Laskurain, actual secretaria general. Los demandantes solicitaron sin éxito que testificara el actual presidente de la corporación, Iñigo Ucín. En esta primera jornada también acudirán a Bergara a ofrecer su testimonio la directora financiera del grupo, Belén Kortabarria, y Fabián Bilbao, exdirector general de Fagor Electrodomésticos.
La segunda jornada del juicio también contará con una relevante presencia de cargos y excargos de la corporación. Están llamados a declarar el expresidente del grupo, Javier Sotil, el entonces miembro del Consejo Permanente Agustín Markaide, el expresidente del Consejo Rector de Fagor, Javier Retegi, y la expresidenta de esta cooperativa, Ana María Beristain.
El miércoles se espera la presencia de Xabier Bengoetxea, expresidente del consejo rector de Fagor Electrodomésticos y quien presentó el concurso de acreedores de la compañía. También acudirá Sergio Treviño, director general de Fagor Electrodmésticos en el momento en que quebró la cooperativa. Además, también ofrecerán su testimonio dos peritos propuestos por la defensa de la Corporación Mondragon. La última jornada del juicio, el jueves 10, se dedicará a que las partes expongan sus conclusiones ante el juez.
Los denunciantes, Ordaindu y Eskuratu, defienden que los socios fueron inducidos “con informaciones engañosas” a mantener sus ahorros en Fagor Electrodomésticos y Edesa, pese a que consideran que los responsables de la Corporación conocían que estas cooperativas estaban abocadas “al cierre mediante un concurso controlado”.
Por su parte, Mondragon rechaza su responsabilidad en la quiebra y defiende que los demandantes tenían “pleno conocimiento de las decisiones y riesgos” de sus cooperativas. La Corporación argumenta que no es un “holding empresarial” en el que la matriz ejerce un control sobre las cooperativas, ya que Mondragon “es una asociación de empresas autónomas y soberanas”. - N.G.