Las empresas familiares vascas remontan la crisis
El 83% son optimistas acerca de la evolución de su negocio y más de la mitad han aumentado sus ventas
donostia - El 83% de las compañías familiares vascas son optimistas ante la evolución de su negocio en los próximos doce meses, según la edición del País Vasco del Barómetro de la Empresa Familiar, elaborado por KPMG en colaboración con la Asociación de la Empresa Familiar de Euskadi, AEFAME.
En concreto, el 83% de las empresas familiares vascas presenta una opinión “positiva” o “muy positiva” al respecto, impresión ligeramente superior a la del conjunto de las empresas familiares de España (80%). Disminuye considerablemente la proporción de negocios familiares vascos que en la edición anterior se mostraban más cautos o pesimistas: frente al 10% de compañías vascas que en 2016 expresaban una opinión negativa, en esta edición solo el 4% expresa esta preocupación.
La confianza en el futuro se ve apoyada en la evolución sólida y positiva de sus indicadores de negocio. Así, más de la mitad de las empresas familiares de Euskadi han aumentado su volumen de ventas en el último ejercicio, mientras que solo un 13% lo ha reducido.
En términos de empleo, un 92% ha incrementado o mantenido su plantilla (aunque destaca la proporción -71%- de los que han seguido con el mismo número de empleados). Es reseñable, asimismo, que el 75% declara ya tener presencia en mercados extranjeros. A pesar de la confianza mostrada, las empresas familiares vascas se enfrentan a retos como la disminución de la rentabilidad, indicada por el 42% de los encuestados, que destaca como el mayor desafío al que se enfrentan en la actualidad.
Es un aspecto que preocupa más en Euskadi que en el resto de España, donde la creciente competencia figura como principal obstáculo, segundo en el caso de Euskadi.
El aumento del coste de la mano de obra, señalado por un 29%, completa las tres principales preocupaciones.
La incertidumbre política, segundo desafío para los negocios familiares vascos en 2016, disminuye considerablemente entre sus obstáculos y preocupa, en la misma proporción que el acceso a la financiación, la subida de tipos impositivos o la guerra por el talento, entre otros.
Las compañías familiares vascas difieren, asimismo, respecto al conjunto de las españolas a la hora de identificar los principales cambios que impulsarían el crecimiento de su negocio. Así, al igual que en 2016, los directivos y propietarios vascos demandan acuerdos laborables más sencillos y flexibles mientras que para el conjunto de las compañías españolas la rebaja de los impuestos sería la medida más conveniente. - Efe
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