BILBAO. El 'Living stone' abandonó el pasado día 4 las gradas de La Naval para proseguir con los trabajos para la finalización del barco fuera de las instalaciones del astillero, labor que llevará seis o siete meses.
Con esta oferta al armador, el administrador concursal busca generar ingresos en caja para seguir con la gestión del astillero. Además, el administrador se ha reunido con la compañía holandesa Van Oord, propietaria de las dos dragas en fase de construcción en La Naval, con Pymar, Gobierno Vasco y con la Diputación vizcaína.
Según ha trasladado el administrador a los sindicatos, su "prioridad absoluta" es que el astillero tenga un concurso de continuidad. Para ello, intentará convencer al armador Van Oord de que se pueda acabar en sus instalaciones la draga que está en la grada, y a la que queda casi un año de trabajo para su finalización, mientras que la otra que ya está en el agua conlleva menos trabajo hasta su acabado.
Por otro lado, el Gobierno vasco ha puesto en contacto al administrador con "uno de los mejores expertos en búsqueda de inversores" para La Naval. Para que pueda ser atractivo para posibles inversores, el administrador persigue que La Naval siga con su actividad productiva.
Por otra parte, la oficina técnica de La Naval sigue trabajando en la ingeniería y los planos del ferry previsto para Balearia, para el que todavía no se ha empezado a cortar la chapa, por lo que se encuentra en una fase "muy preliminar".