donostia - El importe medio de una hipoteca en Gipuzkoa creció en 2016 en 6.000 euros respecto al año anterior para situarse en los 139.000 euros, que es la cantidad más alta de Euskadi según un estudio desarrollado de forma conjunta por Kutxabank y el Servicio Vasco de Tasaciones Servatas cuyos resultados fueron hechos públicos ayer.

La radiografía que ofrece del mercado hipotecario vasco aflora diversos datos que apuntan a cierta mejoría también en este ámbito, en consonancia con la mejor situación económica en general que vive Euskadi con respecto a los años de la crisis.

En el entorno actual con unos tipos de interés especialmente reducidos, los vascos optan por préstamos hipotecarios de tipo fijo o mixto, ya que estos productos garantizan el pago de una cuota constante durante todo su periodo de amortización. La predilección por la seguridad afecta al 44,3% de las hipotecas concedidas en el conjunto de la CAV, pero esta vez también se hace especialmente perceptible en territorio guipuzcoano, donde el porcentaje sube hasta el 54% y se sitúa como el más alto.

Los cambios de tendencia no finalizan en los tipos de productos hipotecarios contratados y afectan a otras cuestiones relacionadas con la compra de vivienda, como se demuestra en el hecho de que el mercado de segunda mano adquiere una notable pujanza y acapara la mayor parte de las adquisiciones. Además, se trata de casas con una antigüedad elevada, ya que la media se sitúa en los 50 años y, una vez más, destaca en Gipuzkoa, donde se dispara a los 57 años.

vivienda protegida En cambio, tan solo un 5,3% de los prestamos hipotecarios concedidos se destinaron a comprar una casa construida después de 2012, mientras que la financiación correspondiente a la adquisición de vivienda protegida cayó seis puntos, sin una incidencia importante con respecto a ejercicios anteriores según afirman Kutxabank y Servatas.

Independientemente de la antigüedad de las viviendas, los vascos que decidieron adquirir el pasado ejercicio una casa lo hicieron por necesidad y no por inversión, al contrario de lo que se vivió en los años precedentes a la crisis. Los datos demuestran esta actitud al cifrar en un 84% del total de hipotecas las que se solicitaron para acceder a una primera vivienda.

Las ubicaciones, por su parte, son uno de los aspectos que apenas varían y son las capitales de los territorios históricos los lugares preferidos por los vascos para vivir. En el caso concreto de Gipuzkoa, el 33% de las ayudas financieras concedidas fueron empleadas en comprar un piso en Donostia, que se sitúa en un indiscutible primer puesto tras el que, a mucha distancia, se encuentra Irun con un 7,1% del total de préstamos y Errenteria, con el 6,4%.

perfil Otro de los cambios que destaca el estudio es el perfil de los hipotecados. Pese a que los préstamos concedidos a jóvenes vascos menores de 35 años crecieron un 27%, no es este el colectivo más representativo del mercado de compra venta de vivienda financiada por un banco.

Una pareja de edad mediana, entre 35 y 45 años, que decide cambiar su vivienda habitual para adquirir otra de segunda mano, para lo que piden un préstamo hipotecario de 134.000 euros, es el retrato robot de los clientes de Kutxabank. El banco vasco atribuye esta diferencia en la tendencia al “cambio de ciclo económico, la recuperación de la confianza y la consiguiente mejora gradual del mercado inmobiliario”.