donostia - La nueva campaña de ELA contra la precariedad laboral ha generado un profundo malestar en el sector empresarial vasco, algunos de cuyos máximos representantes son señalados directamente. El sindicato distribuirá entre delegados y simpatizantes carteles y panfletos protagonizados por ocho dirigentes patronales y de grandes compañías con beneficios como Kutxabank, Euskaltel o Iberdrola para “poner cara” a “quienes se forran a costa de la miseria laboral”. Una campaña que recrudece el enfrentamiento entre ELA y el ámbito empresarial, que ve en los argumentos de la central “pura demagogia para afiliar”.
La relación entre ELA y las principales organizaciones empresariales lleva años bloqueada y las acusaciones a sus líderes son recurrentes. Pero en esta ocasión el sindicato abertzale ha optado por centrar su nueva campaña contra la precariedad laboral en algunas de las principales empresas vascas o que tienen actividad en Euskal Herria, a cuyos máximos directivos acusa de “extender la miseria laboral”.
Según informó ayer la dirección de ELA, en los próximos meses se procederá a repartir en las empresas carteles y octavillas en los que se puede leer “vuestros beneficios nuestra miseria laboral” junto a las fotografías de ocho responsables de grandes empresas y patronales. Son Florentino Pérez (ACS), Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), José Antonio Sarría (patronal navarra CEN), Pello Guibelalde (patronal guipuzcoana Adegi), Josu Jon Imaz (Repsol), Gregorio Villalabeitia (Kutxabank), Alberto García Erauzkin (Euskaltel) y Yolanda Barcina (Telefónica).
La campaña pretende denunciar que las contrataciones son “más precarias que nunca”, mientras en “la otra cara de la moneda” los beneficios empresariales “no paran de crecer a través de la precariedad”. “Nuestra miseria laboral es la base para el aumento de los beneficios de las empresas y para que a sus ejecutivos se les premie con salarios, pensiones y bonus de escándalo. Esos piratas que diseñan la precariedad se están forrando”, dijo ayer el líder de ELA, Adolfo Muñoz.
Cuestionado sobre el motivo por el que se ha incluido a estos ocho representantes empresariales, Muñoz recordó que con todos ellos ha habido “conflictos laborales” y que representan “ejemplos de empresas que buscan el máximo beneficio a costa de los trabajadores”. En el díptico distribuido por el sindicato aparece, junto a las ocho fotografías, un breve currículum del empresario en cuestión y las decisiones que se le reprochan.
Es el caso de la expresidenta de Navarra, Yolanda Barcina, a la que se acusa de “regalar” la Caja de Navarra a Caixabank, accionista de su actual empresa, Telefónica. A Florentino Pérez, de ACS, se le critica por “explotar” a sus empleados mientras que a Josu Jon Imaz se le vincula con la destrucción de 1.500 empleos. “La gente tiene derecho a tener miedo, pero las organizaciones no. No les vamos a dejar en paz”, remarcó Muñoz.
Desde las patronales vasca y guipuzcoana no se quiso entrar ayer a valorar la campaña, que es enmarcada dentro de la “línea habitual” de ELA, incluso Adegi recuerda que no es ni mucho menos la primera vez que uno de sus dirigentes se ve señalado públicamente. Sin embargo, fuentes empresariales trasladaron a este periódico su malestar tanto por las formas como por el fondo de las acusaciones lanzadas por la central de Muñoz, que “nada tienen que ver con la realidad”.
Algunas de las firmas señaladas recuerdan que las condiciones laborales han sido acordadas con la plantilla y que “no son malas precisamente”. Acusan a ELA de hacer “demagogia” con el objetivo de “alarmar a los trabajadores para obtener réditos en términos de afiliación”. “Es una campaña de afiliación que recuerda a otra época”, evocan desde una de las compañías a las que hace referencia la campaña. Los empresarios reprochan que el sindicato ponga en cuestión el hecho de que una compañía obtenga beneficios, cuando es algo que revierte positivamente en el empleo y en las condiciones de trabajo, razonan.
La relación entre el ámbito empresarial y ELA, el sindicato mayoritario de Euskadi, asiste así a un nuevo desencuentro que eleva otro punto más la tensión en las relaciones laborales. Según la organización sindical la campaña tiene una duración indefinida y ya ha iniciado la formación de sus delegados para detectar y poner fin a situaciones de precariedad.
acusación a larrañaga Aunque queda al margen del cartel principal, el nuevo presidente de Confebask, Roberto Larrañaga, también se vio envuelto ayer en las acusaciones de ELA. Cuestionado sobre las relaciones entre su sindicato y la patronal vasca, Muñoz denunció que la empresa de Larrañaga, la constructora Zikotz, ha creado una red de subcontratas en las que se trabajan “once horas diarias con salarios de cinco euros la hora”.
El sindicalista añadió que esta compañía “ha licitado en obra pública” y afirmó que la situación que se vive en Zikotz no es exclusiva, sino que “se extiende allí donde se contrata obra pública sin que el Gobierno Vasco haga nada”.
Florentino Pérez. ELA acusa al dueño de ACS de “construir su poder explotando a trabajadores”.
Ignacio Sánchez Galán. Se acusa al presidente de Iberdrola de “fomentar la explotación”.
José Antonio Sarría. El dirigente de la CEN “impulsó redes clientelares en Caja Navarra”.
Pello Guibelalde. ELA censura que declarase que los jóvenes llevan una vida “muy cómoda”.
Josu Jon Imaz. Acusa al exconsejero vasco de destruir 1.500 empleos en Repsol.
Gregorio Villalabeitia. Le acusa de destruir 2.000 empleos.
Alberto García Erauzkin. “50 millones de la dirección equivalen a 2.000 empleos al año”.
Yolanda Barcina. “Regaló la CAN a Caixabank (accionista de Telefónica)”.