donostia - La patronal española insistió ayer en su demanda de aligerar la presión fiscal sobre las empresas a través de uno de sus vicepresidentes, Antonio Garamendi. El empresario vasco, que lidera la patronal de pymes Cepyme, criticó que la última reforma fiscal no haya reducido la factura de las pequeñas y medianas empresas, para las que pidió un tipo efectivo en el Impuesto de Sociedades que no rebase el 15% -en 2016 el tipo nominal será del 25% en el Estado y del 24% en los tres herrialdes de la CAV-. La propuesta fue criticada por el líder de ELA, Adolfo Txiki Muñoz, quien afirmó que las empresas “no pagan impuestos” y apostó por subir el listón de Sociedades con menos deducciones y más control del fraude.

El secretario general de ELA consideró “una broma” la propuesta de Garamendi, quien en una conferencia sobre economía y empleo reprochó al Ejecutivo español que no haya reducido el tipo de Sociedades que pagan las pymes españolas. El presidente de Cepyme, que optó a dirigir la CEOE en las últimas elecciones de la asociación empresarial que ganó Joan Rosell, incidió en las habituales recetas de la patronal española aunque en este caso puso techo al nivel de impuestos que deben pagar por sus beneficios las pymes -menos de 250 empleados y un volumen de negocio anual inferior a 50 millones de euros-, indicando que el tipo efectivo, es decir, el que se paga realmente tras aplicar deducciones y otras ventajas, no debe superar el 15%.

Una cifra que se queda corta en relación a las necesidades de las administraciones para hacer frente al gasto social, según ELA. “O se acomete una reforma en profundidad para que el capital pague, o la gente abocada a la marginación social lo va a pasar muy mal”, indicó Muñoz. “Las empresas no pagan, se han desfiscalizado las rentas de capital, las rentas empresariales”, señaló el sindicalista alavés. “Entre la elusión, la evasión fiscal y el fraude no perseguido, es una broma que Garamendi diga que quiere que se establezca un tipo fiscal del 15% para las empresas”, dijo.

Entre otras medidas, ELA propuso situar el centro de decisión en materia fiscal en la CAV en el Parlamento, con un tipo nominal del 35% en Sociedades y una tributación mínima efectiva del 24% eliminando “deducciones regresivas”. El sindicato reclamó competencias plenas para Euskadi en materia fiscal -el IVA y otros tributos indirectos dependen de Madrid- y más recursos para reducir el fraude.

En materia laboral, Garamendi apostó ayer por introducir un “despido libre”, aunque dejó claro que no aboga por un despido a coste cero. “No hablo de despido gratuito, sino de flexibilidad en la entrada y salida de la empresa. No estoy entrando en el coste. Aunque es elevado para muchas empresas, no he dicho que sea libre con indemnización cero”, se vio obligado a matizar el líder de Cepyme, quien reclamó rebajar el despido de los trabajadores con más antigüedad y mejorarlo para los jóvenes.

Por otro lado, el empresario vasco defendió la aplicación del pacto salarial suscrito hace diez días por las patronales con CCOO y UGT, un acuerdo que según indicó repercutirá positivamente sobre la inversión y la contratación. Precisamente unas declaraciones de Garamendi afirmando que el pacto permite subir los salarios “desde menos infinito hasta el 1%” han generado malestar en las direcciones de los sindicatos que han firmado el acuerdo, que defienden que las cifras de subida salarial -el 1% en 2015 y el 1,5% en 2016- deben respetarse en las mesas de negociación.

Garamendi reiteró ayer su apuesta por mantener la moderación salarial y pidió incrementar el peso en la nómina de la retribución variable en función de resultados.