donostia - Doctora en Economía por la London School of Economics y por la Universidad Autónoma de Barcelona y, en esta última, catedrática emérita de Economía Aplicada, Miren Etxezarreta -ordiziarra de nacimiento y catalana de adopción- apostó ayer en el encuentro organizado por la Federación Vasca de Asociaciones de Prejubilados y Pensionistas (Fevaas) por cambiar el modelo económico para salvaguardar el futuro de las pensiones que, además, pasa en su opinión por que sea el conjunto de la sociedad, y no solo los trabajadores en activo, la que las sostenga.
El Gobierno ha anunciado que este año recurrirá de nuevo al fondo de pensiones para hacer frente al déficit. ¿Va a haber dinero suficiente para las pensiones en un futuro próximo?
-No lo sé. Lo que sí sé es que se puede resolver el problema de las pensiones públicas sin que tenga que verse disminuido ese fondo si se introducen las reformas correctas que, desde luego, son radicalmente distintas a las que se están aplicando en los últimos años.
¿Qué reformas propone?
-Las pensiones se financian con las contribuciones de los trabajadores en activo. Eso significa que no se soportan sobre el conjunto de la sociedad, que es lo que debería ser, a mi entender. Las pensiones tendrían que financiarse por medio de los impuestos, a través de los Presupuestos Generales del Estado, o haciendo que las cotizaciones se basen más en el valor añadido que en el salario. Y es que ahora ni los beneficios de las empresas ni los impuestos se tocan para abonar las pensiones.
Las empresas ni se plantean eso, ¿no?
-No, claro, no van a decir que sí... Pero deberían ser conscientes de que la financiación de las pensiones no puede recaer únicamente en los trabajadores. Por ejemplo, el Ejército y la educación se pagan con los presupuestos y, sin embargo, ¿por qué las pensiones se pagan solo con los salarios?
¿Hay respuesta a esa pregunta?
-Sí que la hay: pues porque las pensiones son muy apetitosas para el capital financiero. Bancos, cajas de ahorros y aseguradoras se encargan de lanzar el mensaje de que no hay dinero para las pensiones públicas pero, ¿por qué entonces sí que hay dinero para las privadas?
Se sigue hablando de incrementar las cotizaciones sociales para mantener el sistema de las pensiones.
-Sí, la cuestión sigue ahí, pero no se dice nada de la distribución de la renta que se produce en un país. El sistema económico histórico no tiene por qué ser siempre así. En Dinamarca, por ejemplo, las pensiones se financian solo con impuestos y en otros países se utiliza un sistema mixto, en el que el fondo de pensiones se crea mediante las contribuciones tributarias y salariales. Y este asunto no depende solo de los gobiernos que tenemos, ya que no hay que olvidar que todo viene de la Unión Europea, del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional..., en definitiva, del gran capital financiero.
¿Será al final el sistema de pensiones de carácter privado?
-Sí. Ya se está produciendo una tendencia a la privatización, que terminará dejando unas pensiones públicas mínimas para aquellos que no puedan pagar las privadas.
¿Se puede invertir esa tendencia?
-De momento hay que resistir; hay que defender a toda costa el sistema público y presionar para que quienes tienen la capacidad de tomar decisiones salven las pensiones. Para ello se tiene que distribuir de otra forma la renta y la riqueza.
¿Cómo?
-Con otro sistema económico.
¿El comunismo? No tiene buena fama...
-El comunismo que se impulsó en un momento histórico determinado ha sido un fracaso pero ahora estamos en otra situación. Lo que no puede ser es que, de 7.000 millones de habitantes en el mundo, 5.500 millones vivan en la pobreza. Hay que regresar a un sistema económico en el que las decisiones de la sociedad no se tomen para el beneficio de unos pocos sino para el conjunto de la sociedad. Un nuevo sistema económico que hay que construir desde abajo hacia arriba.
Empezando por erradicar la corrupción, ¿no?
-Desde luego. Es algo escandaloso. Lo malo es que la corrupción está por momentos más vinculada a la esencia de un capitalismo cada vez más financiero. Cuando ves pasar delante de ti miles de millones de euros, aunque solo sean anotaciones en cuenta, es muy tentador. Y esas situaciones las provoca un sistema en el que, por cierto, la gente no es capaz de ver qué subyace detrás. En el caso de las tarjetas, todo el mundo se ha escandalizado por el hecho de que los directivos de Caja Madrid dispusieran alegremente de ese dinero y, sin embargo, nadie ha puesto el grito en el cielo por que esas personas ganaran al año más de dos millones de euros. Es triste.