donostia - La gran mayoría de los 340 trabajadores por cuenta ajena de Fagor Electrodomésticos, Grumal y Edesa están optando por la recolocación en lugar de la indemnización por despido, lo que es una prueba evidente de que la plantilla de empleados cree en el proyecto empresarial y apuesta por sacarlo adelante una vez se dé por concluido el concurso de acreedores en el que está inmerso el fabricante guipuzcoano.

Según ha podido conocer NOTICIAS DE GIPUZKOA, estos días se están celebrando reuniones entre los representantes de los trabajadores y los propios empleados, en pequeños grupos, para conocer cuál es su preferencia ante las dos opciones que se han abierto tras el acuerdo logrado hace dos semanas con la administración concursal. Los empleados pueden elegir entre aspirar a retornar a la actividad laboral o recibir una indemnización que, como regla general, será del mínimo legal de 20 días por año trabajado hasta un máximo de doce mensualidades, aunque la cuantía se elevaría en los casos en los que el trabajador supere la edad de 58 años, con un tope de 18 mensualidades.

Los representantes de los trabajadores confían en que para mañana ya se conozca cuáles son las intenciones de todos los afectados para presentar un informe a los administradores concursales con el que estos realizarían el cálculo de las indemnizaciones para aquellos que eligieran la extinción de su contrato. Según las cifras que se manejan, entre seis y siete de cada diez asalariados estarían dispuestos a volver a trabajar en Fagor Electrodomésticos, Edesa y Grumal.

Entre los trabajadores que prefieren cobrar una indemnización se encuentran aquellos que tienen más de 58 años de edad y también los que pertenecen a la denominada fuerza de ventas, dedicados a la actividad comercial. La mayoría de estos empleados desarrollan su trabajo en diferentes provincias del Estado y ello representaría un impedimento desde el punto de vista personal si se les pide incorporarse al trabajo en las plantas de Euskadi. Fuentes cercanas al proceso concursal estiman que para el desarrollo de las actividades que se salven se requerirán unos 40 comerciales que, obviamente, tendrían que disponer de conocimiento del sector y una amplia red de contactos. Es por ello que, lógicamente, deberían pertenecer al colectivo de esa fuerza de ventas actual.

Posible exceso Los representantes de los trabajadores calculan que en las plantas que se vuelvan a poner en marcha se podría contar con una mano de obra total de unos 300 operarios. En el acuerdo alcanzado con la administración concursal se estableció que la mitad de esa plantilla estaría conformada por exempleados y la otra mitad, por cooperativistas. Ello quiere decir que, de los 340 trabajadores por cuenta ajena, solo 150 tendrían la posibilidad de regresar a su puesto, de tal manera que, muy posiblemente, no todos los que están estos días manifestando su deseo de volver puedan finalmente hacerlo y, así, se verían obligados a la extinción de su contrato con la consiguiente indemnización.

Otra cosa sería que los grupos adquirientes de los activos de Fagor contrataran a un número mayor de personas. No obstante, fuentes del sindicato ELA trasladaron ayer a este periódico que desconfían de las cifras de empleo que figuran en las ofertas lanzadas por Cevital o CNA (Cata Electrodomésticos), pues consideraron que “están infladas”.

Asimismo, criticaron que los precios que se han puesto encima de la mesa del juzgado de lo Mercantil de Donostia por parte los aspirantes a las plantas de Fagor Electrodomésticos son “irrisorios”.