SONDIKA. Pasadas las 10.30 horas, los agentes han comenzado a acceder a la nave, donde un centenar de trabajadores llevaban encerrados desde el pasado 6 de mayo, cuando lograron abortar un primer intento de desahucio.
La operación ha provocado momentos de tensión con los trabajadores, quienes han recriminado a la comitiva judicial y a los ertzainas que lleven a cabo el desahucio.
El presidente del comité de empresa, Jesús Alberto Llona, ha expresado su malestar al ser "el primer caso de la historia en el que se desalojan a unos trabajadores de una empresa sin haberles despedido".
"Nos desalojan por 250.000 euros, cuando el empresario debe varios millones a la Seguridad Social y al Gobierno Vasco. Primero que paguen lo que tienen que pagar y luego que nos desalojen. A ellos no les hacen pagar", se ha quejado Llona en declaraciones a los periodistas.
Según el comité de empresa, al propietario del pabellón, la familia Bretón, se le adeudan 250.000 euros en concepto de renta por pago del pabellón, y ésta a su vez, debe 7 millones de euros al Gobierno Vasco, 3,6 millones a la Diputación Foral y 7 millones a la Seguridad Social.
La comitiva judicial, junto con uno de los dueños del pabellón, Jatsu Gimenez Breton, ha llegado al pabellón sobre las 9.45 horas, escoltada por numerosos agentes antidisturbios.
Los miembros del comité de empresa, integrados por ELA, LAB y UGT, les esperaban con una pancarta en la que se leía: "Gure lanpostuen defentsan. Ez itxi" ("En defensa de nuestros puestos de trabajo. No al cierre").
Antes de proceder al desalojo, un mando de la policía vasca ha advertido de que quien opusiera resistencia u obstruyera la labor policial, podía incurrir en un delito penal o administrativo. Tras unos minutos de espera, los agentes han entrado en el pabellón por la parte de atrás y por la entrada de visitas, rompiendo la verja y algunos cristales.
Lo primero que han hecho ha sido retirar algunos muebles que los trabajadores habían colocado a modo de barricada.
Los miembros del comité de empresa y otras personas que estaban fuera les han increpado y gritado "Sinvergüenzas", "Los Bretones, a los tiburones" y "Nosotros somos obreros".