Pamplona. A las 17.36 horas, mientras los operarios terminaban el cambio de imagen en la sede central de Carlos III, CaixaBank anunciaba a la CNMV la inscripción en el registro mercantil de la escritura de la fusión por absorción de Banca Cívica. Era la culminación formal y oficial de un proceso iniciado hace cuatro meses y que deja a la entidad catalana como el primer grupo financiero español con más de 13 millones de clientes y unos activos de 342.000 millones de euros. Por el camino queda Banca Cívica, triturada por el mercado y enterrada por CaixaBank, que disuelve la sociedad creada en 2010 y que en su único año en Bolsa ha perdido 650 millones, casi la mitad de su valor. El lunes ya no estará en el parqué.
Esta "fusión por absorción" supone además la práctica defunción de Caja Navarra, que queda reconvertida en propietaria de 50 millones de acciones de las 4.087 millones que componen CaixaBank (el 1,2%), y que gestionará la Obra Social que la nueva entidad destina a la Comunidad Foral, unos 16 millones anuales para 2013 y 2014. No obstante, Can todavía mantendrá visible en todas sus oficinas el nombre, aunque con algunas modificaciones en su imagen corporativa que la vinculan a la nueva aventura financiera. CaixaBank ha optado por mantener una marca con un gran arraigo social y una cuota de mercado claramente mayoritaria. Pamplona será a partir de ahora la sede de la dirección territorial de la entidad para Navarra, Aragón y La Rioja, siempre bajo el paraguas de Barcelona.
Entidad líder No obstante, a efectos prácticos los clientes no van a notar la diferencia. Más allá de que desde ayer ya pueden utilizar sin comisión alguna los más de 10.000 cajeros que de La Caixa tiene en el Estado. La operativa no cambiará hasta que se produzca la migración de la plataforma operativa de cada entidad, lo que previsiblemente durará algo menos de un año. CaixaBank será la entidad líder en Navarra con un 33% del total de las oficinas, el 45% de los depósitos y el 39,8% de los créditos.
La absorción ha supuesto además la salida de la mayor parte de la cúpula directiva de Caja Navarra, con la salvedad de Enrique Goñi, que mantiene un asiento en el consejo de administración de CaixaBank como representante de la parte accionarial navarra, reducida a apenas el 1,2% del total.