Getaria. Sonó el toque de queda para los cerqueros de red que desde el 20 de febrero se han volcado en la pesca del verdel, un pescado de buena aceptación en el mercado y cuya campaña resulta más rentable que otras para los arrantzales, puesto que se captura en zonas próximas a la costa desde Hondarribia a Cantabria, y el gasto de combustible, el que más castiga al sector, es más reducido. El fin de esta pesquería supone un punto y aparte para 122 barcos vascos de bajura que emplean a un millar de personas. En Gipuzkoa, la flota está compuesta por 67 barcos.

Los consumidores han tenido poco más de una semana, concretamente nueve días desde la primera descarga el 21 de febrero, para degustar verdel y ahora solo saldrán al mercado las capturas que en las próximas semanas realicen los vapores de anzuelo, 26 en Gipuzkoa; todos ellos de pequeño tamaño y que cuentan con una limitación de 500 kilos por arrantzale y día. Estos buques difícilmente faenan con más de tres o cuatro pescadores y se calcula que el final de esta pesquería para ellos puede llegar en una o dos semanas.

Los cerqueros de red (41 en Gipuzkoa), barcos de mayor tamaño que capturan la mayoría de los ejemplares que salen al mercado han tenido un tope de 8.000 kilos diarios cada uno, tienen prohibido desde hace unas horas (desde la medianoche) pescar esta especie, que aún abunda en aguas del Cantábrico. Ayer se llevaron a cabo las últimas descargas, por la tarde en Hondarribia y por la mañana en Getaria. Hacia las 17.00 horas, en este último puerto, varios barcos se hicieron a la mar, no ya en busca de verdel, sino de otras especies que aún escasean.

Los arrantzales, "cabreados", asumen la sanción impuesta en 2010 a España por la Comisión Europea (CE), y se sienten víctimas de un error que no cometieron pero les toca pagar hasta 2015. La penitencia: un castigo que limita las capturas. Este ejercicio no llega a las 20.000 toneladas para todo el año.

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente comunicó el martes a las cofradías de pescadores del Cantábrico que los barcos de bajura gallegos, asturianos, cántabros y vascos que faenan con red de cerco han completado el cupo de 5.100 toneladas del que disponían para el primer semestre del año.

"Llevamos apenas una semana y ya no podemos pescar más; se cierra la campaña del verdel", lamentaba ayer el patrón del barco Gure Gogoa, de Orio. Santiago Peiro Iruretagoiena, de 48 años de edad, se inició como arrantzale a los 15 años y lleva ejerciendo de patrón otros 18, desde que cumplió los 30. El buque que patronea desembarcó ayer su última carga de verdel, capturada a la altura de Santoña; Según explica este experimentado marinero, "el verdel es un pescado que viaja del Norte al Sur en busca de aguas en torno a once o doce grados de temperatura" y actualmente nada en aguas del Golfo de Vizcaya; lo seguirá haciendo durante unas semanas más, quizá un mes, hasta que la temperatura de las aguas se acerque a los trece o catorce grados centígrados y esta especie migre hacia Galicia para retornar poco a poco al norte nuevamente, hacia Escocia. Un ciclo que se repite cada año.

¿Y ahora? "Ahora, a mirar qué hay. El convenio con aguas de Francia, dice que desde el 29 de febrero ayer, hasta septiembre no podemos pescar sardinas en aguas jurisdiccionales francesas; y generalmente la sardina está allí. Solo podemos pescar anchoa, txitxarro y sardina, pero hasta que llegue la anchoa... poca cosa".

Peiro aseguraba ayer, horas antes de partir en busca de nuevas especies que suplan la pesquería del verdel, que "en mis 33 años de profesión, no recuerdo una campaña tan corta como la de estos dos años, y especialmente en este 2012".

"Dentro de lo malo continúa este arrantzale, el año pasado tuvimos suerte. Dejamos de pescar verdel un viernes y el lunes comenzamos con la anchoa, pero esto no es matemática y la mar da fruto cuando quiere. Teóricamente, de mañana por hoy, 1 de marzo en adelante se puede pescar anchoa; esta misma noche, incluso contaba ayer por la tarde; lo que pasa es que aún hay mucho verdel y esta es una especie muy carnívora, un depredador que se come el pescado pequeño; y mientras haya verdel, que hay un montón, es muy difícil pescar anchoa".

"Estamos cabreados añade por la escasa campaña del verdel. El cupo se quedó corto ya en 2010, y ahora, con la sanción, lo es más. La flota de bajura ha sido siempre el comodín de todas las barajas, de todas las contrapartidas que hace España en sus negociaciones con la CE. Somos el primer sacrificado".