Una tradición centenaria en los montes de las provincias de Segovia, Ávila, Valladolid y Soria, y también en los bosques extremeños, puede llegar a convertirse, al menos parcialmente, en una solución a los problemas energéticos. La recogida del conocido popularmente como oro líquido del pino es una práctica que se ha realizado durante miles de años por diferentes civilizaciones para darle diversos usos domésticos y últimamente industriales. Este "oro líquido" que se encuentra en muchos bosques españoles es la resina del pino, utilizada desde hace cientos de años y convertida en un mercado en auge en la actualidad. Además podría llegar a convertirse en un sustituto del petróleo en un futuro, si se impulsa la investigación, según asegura la BBC.

En la antigüedad, la resina de estos árboles se utilizaba para impermeabilizar barcos, sellar construcciones de madera o para curar quemaduras, entre otras funciones, pero no fue hasta los siglos XIX y XX cuando su extracción se convirtió en un negocio rentable, según explica en el citado medio británico Alejandro Chozas, profesor del departamento de ingeniería forestal de la Universidad Politécnica de Madrid.

Fue en aquel momento cuando la tecnología contribuyo a convertir esta resina en plástico, neumático, caucho o aditivos. Por eso es considerado como el oro líquido, sobre todo en Castilla y León, una de las regiones que más extrae este compuesto en todo el mundo.

El mejor momento de este mercado de extracción de resina fue en la década de los años 60, pero la falta de demanda y el descenso de los precios hicieron que la producción se redujera y prácticamente desapareciera en 1990.

No obstante, Blanca Rodríguez-Chaves, vicedecana de la facultad de derecho de la Universidad Autónoma de Madrid y experta en políticas ambientales, considera que la resina podría ser una alternativa a los productos elaborados con petróleo, como es el caso del plástico. "La resina es el petróleo del mundo de hoy y del futuro. La idea es que todos los usos del petróleo sean reemplazados por la resina", asegura la experta en declaraciones recogidas por el citado medio.

Resina en una rama rota de un pino.

En la última década se ha vuelto trabajar esta materia prima de forma más intensiva y se ha potenciado la actividad resinera utilizando métodos menos agresivos para los árboles con prácticas que minimizan el número de incisiones y, por tanto, el daño a los árboles.

España cuenta así con una materia prima estratégica. Además, la calidad de la resina natural de nuestros pinos es excepcional para elaborar productos cosméticos o de farmacia.

Además, la labor del resinero evita incendios y plagas ya que la labor de estaos trabajadores implica estar en el monte todo el día. Y por supuesto, es clave en la lucha contra el cambio climático, ayuda al mantenimiento de los montes y desde el punto de vista económico fija población rural y es clave en la lucha contra la despoblación.