El Peine del Viento vuelve a ser practicable en su totalidad, después de se haya retirado el vallado que ha protegido las zonas en las que se ha intervenido con el objeto de llevar a cabo un proceso de reforma integral que busca mejorar la seguridad, accesibilidad y estética del conjunto monumental diseñado por Eduardo Chillida y Luis Peña Ganchegui.
Entre las intervenciones llevadas a cabo se halla la estabilización de la ladera de Igeldo, con la consiguiente retirada del muro de contención que se colocó hace casi una década después de que algunas rocas cayeran sobre el conjunto monumental. Esta parte del proyecto finalizó a inicios del mes de octubre, tras lo que quedó pendiente rematar las mejoras en materia de accesibilidad y de iluminación en la plataforma inferior.
Acuerdo con la familia
Después de que diversos colectivos manifestaran su queja por los problemas de accesibilidad existentes en este icónico enclave, el principal reto a superar fue llegar a un acuerdo con las familias de los artistas y con la representación de los citados colectivos, entre ellos Elkartu, sobre la forma en la que proceder para hacer más accesible el disfrute del Peine del Viento sin que se alterara la esencia de la obra.
Una vez logrado este acuerdo se procedió a desbastar los adoquines para suavizar irregularidades manteniendo el aspecto rugoso del granito, facilitando así el discurrir de sillas de ruedas o la circulación de personas con problemas de movilidad.
Con idéntica finalidad se han realizado las obras de picado y relleno de las juntas con mortero similar al original, con lo que la plataforma de Peña Ganchegui ha quedado más nivelada.
Para rematar esta actuación se ha llevó a cabo una labor de limpieza de la superficie con silicato de aluminio a baja presión.
Accesibilidad e iluminación
Además de la accesibilidad, la iluminación ha sido otro aspecto al que se ha prestado especial atención en el proyecto recién finalizado. Los antiguos focos han sido sustituidos por por proyectores en báculos, inclinados para evitar deslumbramientos.
El retraso en los permisos que debía conceder la Dirección de Costas hizo que la obra no se pudiera ejecutar en 2024, el Año Chillida, un hecho que lamentó el entonces alcalde de Donostia, Eneko Goia.
Y es que, además, las obras, que han tenido un coste de 1,5 millones de euros, se han prolongado por más tiempo del previsto, ya que inicialmente se había anunciado su finalización para el mes de agosto.
El Peine del Viento es un conjunto calificado como Bien Cultural Cualificado, compuesto de tres esculturas de acero de más de 9 toneladas cada una enmarcadas en un anfiteatro y plataformas de granito rosa diseñadas por el arquitecto guipuzcoano Luis Peña Ganchegui.
El proyecto ejecutado, explicó el Ayuntamiento de Donostia, pretende recuperar la relación del conjunto artístico con el entorno, entre la ciudad y la naturaleza.