Junto al caserío Gurutze del barrio elgoibartarra de Azkue-San Roke y también en la puerta del polideportivo Pío Baroja de Donostia. ¿Qué puede ser? Pues una planta, un agave que, tras 30 años, llega a su plenitud para después morir.

Es esta una planta singular que, en el caso de Donostia, se encargan de cuidar los integrantes del Club Deportivo Fortuna. Iñigo Etxeberria calcula que este agave puede ser coetáneo del polideportivo, que abrió sus puertas en 1997, cuando se plantaron diversas especies en su perímetro.

También la planta elgoibartarra tiene esa edad. Y, al igual que la antiguotarra, están mostrando lo mejor de sí antes de morir.

Así de vistoso luce el agave antiguotarra N.G.

6,20 metros de tallo

Pero antes, el agave, pita o magüey luce. 6,20 metros de tallo, según la última medición realizada por las gentes del Fortuna a día de ayer. Esta especie de tronco central comenzó a crecer hace “más o menos un mes”.

Etxeberria fue consciente del extraño ejemplar que cuidaban tras leer el reportaje que el corresponsal de Debabarrena de NOTICIAS DE GIPUZKOA, Aitor Zabala, publicó recientemente, relatando las singularidades de una planta que tiene una modalidad de reproducción asexual que se basa en la producción de clones de la planta madre, que crecen junto a la misma. Además, el agave tiene una forma de reproducción sexual, que las dos plantas están “disfrutando” actualmente y que corresponde al periodo de floración al que llega ya con unos añitos.

La planta se halla en su plenitud N.G.

El tallo de más de seis metros del agave de Pío Baroja ha sorprendido a los socios del Fortuna. “La hemos conocido, por decirlo de una forma, ‘normal’, y ahora le ha salido eso. Estamos sorprendidos”, explica Etxeberria.

El enorme tallo, que comenzó a salir “hace más o menos un mes”, ha crecido “70 centímetros en una semana”, destaca Etxeberria. 

Morir tras florecer

Tras conocer la existencia del agave del algave de Elgoibar, en El Antiguo se despertó la curiosidad y consultaron en Internet para comprobar que, efectivamente, se trata de la misma especie que tras florecer, algo que hace solo una vez en la vida, muere. “De eso también nos hemos enterado ahora”, afirma no sin pena Etxeberria.

“La gente que pasa por aquí, hasta ahora, no se ha dado cuenta. Nosotros sí, porque tenemos que cortarla un poco de vez en cuando porque tiene unas puntas algo peligrosas que pueden cortar”, añade.

Medición del tallo del agave N.G.

De momento, ningún representante del área de Parque y Jardines se ha interesado por el agave. “Pasan para cortar la hierba de la zona, pero es verdad que el crecimiento del tallo se ha dado muy rápido e igual no se han fijado que estaba allí”, puntualiza Etxeberría.

“Desde hace unos días venimos observando que al tallo le han salido unas ramitas, y entendemos que estará en floración”, abunda.

Esa floración es el principio del fin con, más o menos, 30 años de existencia. Y es que, esta planta monocárpica, florece una vez en la vida, para después morir.

En Pío Baroja y el Club Fortuna les va a tocar despedirse del agave poco después de conocer el nombre de su vistosa vecina.