El grupo de trabajo de Simbología, que se integra en el Consejo de Memoria Histórica del Ayuntamiento de Donostia, llevará al próximo encuentro de este foro, que se celebrará el miércoles día 4 de junio, una solicitud para que la escultura del Sagrado Corazón de Urgull no sea sometida a ninguna reparación en el año en que se celebra el 75 aniversario de su construcción.
Dicho grupo dictó, por unanimidad, que esta escultura “cumple todos los atributos y condiciones para ser considerada un símbolo de la exaltación del régimen franquista y su ideología nacional-católica, claramente contrario a la memoria histórica y democrática”.
En consecuencia, demandan que se “suspenda y/o no se realice ningún acto de conmemoración del 75 aniversario de la construcción de la estatua del Sagrado Corazón”.
También pedirán que no se lleve a cabo ningún acto de “remozamiento ni reparación” en la escultura, ya que está probado “su significado ideológico nacional-católico y de exaltación de la dictadura franquista y, en consecuencia, por constituir un elemento contrario a la memoria democrática”.
En esta línea, reclaman que no se destine a este fin la partida que el Gobierno local anunció que guardaría para la realización de reparaciones.
Piden también que desde el Ayuntamiento se solicite a la Administración General del Estado que se incluya la citada escultura en el Catálogo de símbolos y elementos contrarios a la memoria democrática, de acuerdo con lo establecido en los artículos 35, 36 y 37 de la Ley 20/2022 y los artículos 30 y 31 de Ley 9/2023 de Memoria Histórica y Democrática de Euskadi.
El grupo de Simbología que ha adoptado estas decisiones está integrado por representantes de la Asociación de Víctimas del Genocidio (Donostia), la Asociación de Vecinos de Aiete Lantxabe, el sindicato LAB y Gotzon Gamendia, como persona experta de especial relevancia social. Además, también tienen representación los grupos municipales de EH Bildu y Elkarrekin Donostia.
El edil de EH Bildu, Markel Ormazabal, ha recordado que las leyes de Memoria Histórica contemplan, como posibilidad, el derribo de este tipo de elementos que contribuyeron a la exaltación del franquismo.
Abrir un debate ciudadano
Pero, de momento, lo que el grupo de trabajo quiere proponer al consejo en el que están representados todos los partidos, excepción hecha del PP, y diversas asociaciones, es que se “aplique la Ley” y se abra un debate entre la ciudadanía para adoptar decisiones al respecto. “Pedimos que no se haga nada sin abrir este debate ciudadano” ha añadido Ormazabal.
“Lo que hay que hacer es trabajar en la línea de lo que marca la Ley de Memoria Histórica y aprovechar la ocasión para dar a conocer la historia de esta escultura, ya que mucha gente no conoce su origen franquista”, ha apuntado la concejala de Elkarrekin Donostia Arantza González.
Por último, solicitan que “se recupere el monte Urgull, el Castillo de la Mota y los diversos elementos que lo constituyen , los accesos al monte y el propio monte en su conjunto”.
Además, la comisión valorará también otra propuesta: comprobar si todos los elementos del Catálogo de simbología franquista en edificios privados de Donostia “continúan colocados o si han aparecido algunos nuevos” para, en consecuencia, proceder a su eliminación respondiendo a la legislación vigente.
Y es que, ha explicado Ormazabal, en los numerosos procesos de limpieza y restauración de fachadas que se están llevando a cabo en la ciudad han ido apareciendo las placas con el yugo y las flechas en las viviendas promovidas en el franquismo.
El portavoz del PP Borja Corominas ha calificado de “barbaridad” que la “extrema izquierda de Donostia” plantee el derribo del Sagrado Corazón y lo califique de símbolo franquista “porque se construyó en tiempos del franquismo”. “Es un símbolo del catolicismo”, ha añadido,
Corominas, cuyo grupo no participa en el consejo, ha apelado al Gobierno de la ciudad para que se muestre “contundente en su rechazo a estas tonterías”.
Un poco de historia
Las formaciones y grupos políticos que toman parte en la comisión de trabajo de Simbología han recordado, aportando para ello un acta plenaria del 31 de mayo de 1939, que el Ayuntamiento de Donostia aportó 100.000 pesetas para la construcción de la escultura del Sagrado Corazón, obra que lleva la firma de Pedro Muguruza Otaño, “arquitecto que llevó a cabo muchas construcciones durante el régimen franquista”, entre las que se hallan el Valle de los Caídos o el Sagrado Corazón de Bilbao.
En dicha acta se subraya que la escultura se levantaría para “perpetuar, en una expresión grandiosa”, a “los mártires de la cruzada nacional”.
“En esta ciudad ha de levantarse el grandioso Monumento que rematará en una colosal estatua del Sagrado Corazón que cobijará bajo sus brazos amorosos a cuantos por él y por España han dado su vida guiados por el genio del Caudillo salvador de la patria”, se indica en el acta.