Un nuevo puente y una pasarela peatonal se sumarán a los pasos sobre el Urumea junto al futuro barrio de los cuarteles de Loiola. Además, el actual puente de Urdinzu será sustituido por otro sin pilares. Estas intervenciones, así como el ensanchamiento del río entre Txomin Enea y el puente del Topo, supondrán la eliminación del último obstáculo hidráulico del Urumea. Un nuevo parque fluvial se añadirá en el lado de los cuarteles, una zona que elevará su cota 2,75 metros, excepto en el frente de los edificios militares protegidos.

Así lo ha señalado este jueves el alcalde de Donostia, Eneko Goia, que ha acudido al lugar junto a la consejera de Medio Ambiente, Arantxa Tapia, y el director de la Agencia Vasca del Agua (Ura), Antonio Aiz, tras la firma de un convenio para abordar las actuaciones propuestas en torno al Urumea, para evitar inundaciones. Estas comenzarán a la vez que la construcción del nuevo barrio que sustituirá a los cuarteles, no antes de cuatro años, el plazo que tienen los militares para abandonar su sede actual.

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Curva del Urumea, junto a la que se construirá un segundo puente a la zona de los cuarteles. Iker Azurmendi

La redacción del proyecto para estas intervenciones tendrá un coste de 300.000 euros y un plazo de diez meses para ser redactado. En virtud del convenio, la Agencia Vasca del Agua, Ura, llevará a cabo los estudios hidráulicos y de inundabilidad necesarios y contratará el proyecto, además de comprometerse a financiar en el futuro la intervención en torno al río.

El Ayuntamiento, por su parte, facilitará a Ura toda la documentación en su poder para elaborar el proyecto y colaborará técnicamente con la Agencia Vasca del Agua durante los estudios e intervenciones. El convenio suscrito, dijo Goia, "es el primer paso efectivo para la transformación de todo el ámbito de Loiola".

La consejera Arantxa Tapia recordó que, en los últimos diez años, Ura ha invertido 32 millones de euros en dos fases para la eliminación de las inundaciones en Donostia y destacó el compromiso del Gobierno Vasco de completar la intervención con obras aguas arriba en la zona de Ergobia, Astigarraga y Hernani.

Tapia destacó que, una vez hechos los trabajos, Loiola quedará "fuera del riesgo de inundaciones". El ensanchamiento del río, como se ejecutó también en Txomin y en Martutene, permitirá que la ciudadanía "que ha vivido de espaldas al río lo haga ahora de frente", recalcó.

Además, Goia recordó que la sustitución del puente Urdinzu, el que conecta el barrio con los cuarteles, ha sido requerido al Ministerio de Defensa en varias ocasiones, aunque no se ha llevado efecto hasta el momento. Ahora, una vez pasado a manos del Ayuntamiento con la compra del solar, no existirá impedimento para llevar a cabo su sustitución, dijo.

El regidor donostiarra también explicó que la futura pasarela que se construirá se ubicará en las inmediaciones del puente del Topo, con el fin de conectar a los residentes en el futuro barrio directamente con la estación del Topo y resto de transportes públicos.

El nuevo puente que surgirá para unir el barrio de los cuarteles con la carretera paralela al tren se construirá cerca del puente Espartxo, que también fue sustituido, al igual que el de Astiñenene.

Goia señaló que, con estos cambios, toda la zona de Donostia situada junto al Urumea quedará protegida de las crecidas de agua. Para completar la reforma hidráulica falta una "pequeña intervención" de acondicionamiento de la regata Errekabeltza en Okendotegi (Martutene), un proyecto al que le falta la aprobación definitiva y que mejorará la capacidad de desagüe y las condiciones ambientales de la regata a lo largo de 300 metros.

Traslado de presos a Eskusaitzeta en 2025

Por otra parte, el regidor donostiarra recordó que en la zona actualmente ocupada por la cárcel de Martutene también surgirá un nuevo barrio, con su correspondiente parque fluvial hasta llegar a la altura que actualmente tiene el nuevo Txomin Enea, más elevado que antes precisamente para evitar las inundaciones.

La nueva cárcel de Eskusaitzeta será realidad en otoño, según le han comunicado las autoridades competentes, aunque el traslado de los presos de Martutene al nuevo emplazamiento llegará a principios de 2025. Entonces se podrá derribar la prisión actual y proseguir con los planes de urbanización y construcción de viviendas.

Desde otoño hasta fin de año, habrá una fase de adaptación a las nuevas instalaciones, así como la contratación de nuevos funcionarios.