Hay cosas que no cambian. Una de ellas son las ferias de Semana Grande. Una vuelta por el Paseo Nuevo sirve para comprobar que, en cuestión de ferias, los clásicos nunca fallan. Alguna novedad se cuela entre la oferta para las familias, pero no faltan los puestos de tiro y de globos, la carrera de camellos o la tómbola. Eso en cuanto a los juegos. Entre las atracciones, están el saltamontes, el barco vikingo o el tren de la bruja. Y para reponer fuerzas, la churrería, entre otras ofertas gastronómicas. Quien va a las ferias sabe a lo que va y, año tras año, el Paseo Nuevo se convierte en uno de los centros neurálgicos de la fiesta desde media tarde hasta bien entrada la madrugada.

A la gente le gusta pinchar los globos. Es un juego que sigue funcionando. Nosotros damos a la gente lo que pide. Cuando se aburra de esto, pondremos otra cosa”, comenta Julio, natural de Venta de Baños y dueño del puesto de globos, que sabe algo de esto: lleva casi 40 años viniendo a Donostia con la misma caseta. “Mi ruta suele ser Santander, Donostia, Zaragoza, Madrid...”.

Lo que sí hacemos es cambiar los regalos. Algunos son clásicos como los peluches de osos panda o de unicornios, pero intentas traer cosas nuevas cada año”, comenta, para insistir luego en que “hay cosas típicas que no pueden fallar, como puede ser la churrería, ¿no? En ciertas cosas no cabe la evolución. Cambiar ciertas cosas... no tendría gracia”.

Hablando de clásicos que no pueden fallar, una de las atracciones históricamente más demandada es la de los autos de choque. Siempre hay un buen número de chavales esperando que los coches queden libres para abalanzarse a por ellos y chocar con sus amigos. “Los autos de choque son una atracción de toda la vida”, reconoce Arturo, el jefe de la amplia pista que se sitúa en la parte central de las ferias. Lleva “toda la vida” en el negocio: “Esto se hereda. Ahora, de hecho, se encarga uno de mis hijos”.

La evolución, al menos en cuanto al concepto, de los autos de choque, es mínima, aunque Arturo comenta que los vehículos sí que han cambiado: “El coche está muy mejorado. Por fuera parece lo de siempre, pero tienen más amortiguación. Los primitivos son los que tenéis ahí arriba”, comenta señalando el parque de atracciones de Igeldo.

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Las atracciones del Paseo Nuevo, el gran atractivo de Semana Grande Javier Colmenero

Una velocidad también adecuada para los más pequeños tiene el tren de la bruja, otra de esas atracciones que uno espera encontrarse cuando va con sus hijos e hijas a las ferias. Además de dar unas vueltas en el tren, quien consigue quitarle la escoba a la bruja se lleva un viaje gratis. No es fácil, pero algún chaval lo consigue, reconoce Amelia, la encargada, vizcaina de nacimiento y que considera que su atracción es de las que “no puede fallar en una feria, como los autos de choque, el saltamontes... son atracciones antiguas que siempre gustan”.

Quienes prefieren emociones más fuertes, optan por el barco vikingo, que parece sobrevolar el mar desde su privilegiado sitio, el saltamontes o la nube Alcatraz, atracciones repletas de jóvenes con ganas de pegar unos gritos. Otras emociones ofrece el simulador 8D. Parecen muchas Ds, pero si ellos lo dicen...

“¿Dónde te ha tocado?”

Después de soltar la adrenalina surcando los aires del Paseo Nuevo, toca acudir al bingo Berbis. O la inevitable tómbola Antojitos para llegar luego a casa con un regalo y que te pregunten: “¿Dónde te ha tocado?”. Y poder responder, poniendo el tono de voz adecuado: “¡En la tómbola Antojitoooooos!”. 

Al lado está el mítico puesto en el que hay que romper los palillos a base de disparos para conseguir alguna recompensa. Fernando, nacido en Pamplona, es quien se encarga de repartir las carabinas entre los que quieren probar suerte y asegura entre risas a este periódico que las mirillas “no están trucadas”, desmintiendo la leyenda popular: “El que falla dice que la carabina es mala; el que acierta, que es buena. Siempre pasa. Yo no toco nada, aunque ya veo clientes que mueven la mirilla”. Otro juego obligado en las ferias, y reconocible por el speaker, es la carrera de camellos, o los “beduinos majaretas”: “Corre que te corre, ¿quién ganara?”.

Y después de participar en unos cuantos juegos y de probar suerte en los juegos para ganar algún peluche, toca reponer fuerzas. No pueden faltar unas salchipapas y, sobre todo, unos churros con su inconfundible olor que inunda todo el Paseo Nuevo. Resulta difícil resistirse...

Con tanta oferta, está garantizado pasar una buena tarde-noche. Ya han circulado miles de personas por el Paseo Nuevo estos días y hay queda tiempo para disfrutar de las ferias: estarán abiertas hasta el lunes. Y atención, que el último día están a mitad de precio... una buena oportunidad para alargar las fiestas unas cuantas horas más.