Tras un viaje de cerca de doce horas, al mediodía de este martes llegó el primer convoy de piezas de la marquesina de la Estación del Norte a los talleres de la empresa Lualva, en Asturias, donde será rehabilitada para su reposición en su lugar original, cuando esté construido el nuevo edificio de viajeros en el que se apoyará de nuevo la estructura metálica de color rojo.

El administrador de la empresa Lualva, Luis Álvarez, se mostraba satisfecho de recibir la estructura fabricada en 1880 en los talleres de Gustave Eiffel y anunciaba que la empresa trabajará con “cariño y con mimo” para restaurar un conjunto de piezas que no solo deben presentar un buen aspecto sino, también, seguir siendo una estructura fuerte para sujetar la cubierta que protegerá a los viajeros en los andenes y a los trenes parados en la estación.  

La empresa especializada ha llevado a cabo otros trabajos similares, aunque de menor tamaño, explica Álvarez, que añade que también llevaron a cabo la rehabilitación de la pasarela de Ondarroa, en un proceso similar, ya que aquella estructura también había sido fabricada mediante roblones o remaches. Esta fue precisamente la técnica elegida para la marquesina de la Estación del Norte, una innovación característica de Eiffel, que se dio a conocer al mundo con su famosa torre parisina.

En la jornada de este martes, y ayudados de una grúa y un balancín, los operarios de Asturias descargaron la primera tanda de piezas de la marquesina, que pesa 288 toneladas, con sumo cuidado. Hay que tener en cuenta que algunas piezas son muy largas (más de veinte metros).

Ahora, los técnicos de la empresa Lualva esperarán a que el viernes finalicen los cuatro viajes que quedan entre Donostia y la localidad asturiana de Carreño para tener en sus talleres el centenar de piezas que componen la estructura. Tanto las grandes como las pequeñas están convenientemente numeradas con una placa con el fin de facilitar el montaje de nuevo en la estación donostiarra, una vez restaurada.

Una vez trasladada toda la estructura metálica, que incluye 21 cerchas de 21 metros de largo, así como dos vidrieras, pilares, celosías y otras piezas, los técnicos llevarán a cabo un informe previo de los puntos deteriorados con el fin de obtener el visto bueno de la dirección de obras y poder así iniciar los trabajos de rehabilitación.

“Se restaurará todo lo que se pueda y se sustituirá lo que no sea posible”, indica Álvarez. “Primero se llevará a cabo el proceso de desvestir la estructura, es decir, aplicarle el chorro, que elimina el óxido y la pintura y deja la estructura tal cual”, añade.

Tras este proceso se verá con mayor concreción qué puntos hay que restaurar y si hay que extender esta tarea a más zonas de las previstas. “Hay que tener en cuenta que es un material que pierde propiedades con el paso del tiempo y de lo que se trata es de garantizar que las propiedades se mantengan lo mejor posible en cuanto a resistencia”.

La empresa Lualva nació hace 37 años de la mano del abuelo y el padre de Luis Álvarez y está especializada en fabricación de estructuras metálicas y calderería, así como en restauración de piezas de metal. También se encargará de la rehabilitación de la marquesina del lado del paseo de Francia.