El uso del coche se ha disparado como medio de transporte de los turistas que llegan a Donostia. Según los estudios elaborados para la redacción del Plan Director de Turismo 2023-2027, aprobado recientemente, en 2019, antes de la pandemia, el uso del coche particular representaba el 46,6% de todos los viajes de acceso a la capital guipuzcoana. Dos años después, en 2021, este índice subió al 68,1%, lo que supone un incremento del 48%.

Esta realidad, admite el trabajo, es una “tendencia negativa” detectada en Donostia, que “entra en conflicto con la lucha contra el cambio climático”, que ordena la Unión Europea y se plasma en las ciudades con distintas actuaciones como, por ejemplo, la creación de Zonas de Bajas Emisiones como la que se proyecta en la capital guipuzcoana.

Los viajeros que llegan en autocaravana, por su parte, han aumentado también algo y han pasado del 2,2% del total al 2,6%, según el Plan Director de Turismo. Precisamente ahora, el Ayuntamiento ha abierto un proceso para que la ciudadanía aporte ideas de cara a limitar el estacionamiento de autocaravanas en las calles, como reclaman algunos vecinos.

La entrada a Donostia de visitantes en bicicleta, por su parte, también ha aumentado, aunque sólo una décima.

El incremento del uso del coche para llegar a Donostia tiene también efectos en el uso del transporte público que “ha caído en picado”, dice en documento. Si en 2019 representaba el 33,8 de todos los viajes de acceso, en 2021 se quedó en un 9,7%. De un tercio del total, los viajeros que optan por el transporte público para visitar Donostia, en 2021 no llegó al 10%.

El Plan Director de Turismo hasta 2027 refleja también el resultado de las encuestas ciudadanas realizadas, que señalan que el tráfico rodado y la acumulación de coches en las línea costera es probablemente lo que más molesta a los residentes en relación con el turismo.

Las encuestas también se refieren a la escasez de oferta de viviendas a precios razonables y añade que la ciudadanía “reconoce que no es algo nuevo ni causado, únicamente, por el impacto turístico”, aunque lo conectan con el fenómeno. Los donostiarras consultados también critican que resulta complicado aparcar en determinadas zonas de la ciudad “con el consiguiente alza del precio de las plazas de aparcamiento públicas y privadas”.

Al hilo de esta situación, el Plan Director recomienda “seguir apostando por aparcamientos disuarios bien conectados con el centro”.

Por otra parte, el estudio también deja claro que, tras la crisis del covid, se percibe un aumento de la presión humana en el centro histórico de Donostia (Parte Vieja, Puerto y Ensanche) así como de los locales y comercios que ocupan el espacio público tanto con terrazas como con taburetes, cartelería, expositores y ampliación del espacio de ventas.

MECANISMOS DE MEDICIÓN

El Plan Director analiza la encuesta de percepción ciudadana respecto al fenómeno del turismo en Donostia y, entre otras conclusiones, destaca que “urge contar con mecanismos de medición que permitan tomar mejores y más rápidas decisiones, poniendo el foco en la calidad de vida de la ciudadanía”.

En este sentido, el trabajo destaca la existencia de un “consenso” sobre la necesidad de calcular la capacidad de carga turística de la ciudad, “no solo física sino también psicológicamente” y no solo del Centro sino en todos los barrios.

El documento también afirma que existe un consenso sobre la necesidad de controlar el crecimiento de la demanda, pero también de la oferta. Por ello, considera “fundamental insistir en la gobernanza participativa y en la coordinación” entre las distintas áreas municipales y con otras administraciones públicas.

El Plan Director también aconseja "poner el valor la actividad turística para que la ciudadanía sea también consciente de los beneficios que aporta a la ciudad” y recalca que la sostenibilidad económica del fenómeno está relacionada con mantener el atractivo propio de Donostia, unas ganancias que podrían desaparecer “si se pierde la autenticidad del destino”.