El local Kitzin de comercio justo cerró el sábado sus puertas tras haber cumplido con su objetivo de dar a conocer este tipo de establecimiento a la ciudadanía, 25 años después de su apertura. Esta tienda, ubicada en la calle Narrika 29 de la Parte Vieja donostiarra, fue el primer local dedicado al comercio justo que abrió en Euskadi hace ya un cuarto de siglo y el segundo de todo el Estado.

La misión de este local ligado a Cáritas ha sido siempre dar visibilidad a los valores de la justicia y la equidad mediante la venta de productos de calidad, y vender a la población los productos de comercio justo. “Desde Cáritas creemos que ya hemos cumplido con el objetivo de mostrar a la ciudadanía esta acción social y tenemos en mente fortalecer otros proyectos que también necesitan visibilidad”, explica Xabier Jorrín, encargado del departamento de Economía Solidaria de Cáritas.

El comercio justo consiste en vender un producto que ha sido directamente comprado al productor, evitando intermediarios y sin regatear. La relación entre productores, vendedores y el cliente es mucho más directa porque se evitan todo tipo de intermediarios y se establecen precios justos tanto para el productor como para el comprador. “Un producto muy típico en estos casos es el café, ya que es un producto que cotiza en bolsa”, cuenta Jorrín. “Nuestro margen de beneficio es el mismo que el de otra tienda cualquiera, lo que pasa es que en nuestro caso, lo vendamos o no, el productor se lleva su beneficio justo desde el primer momento”, añade.

Los productos que se venden en estas tiendas, normalmente ligadas a causas solidarias, no son de uso cotidiano. En el apartado de la alimentación, no se venden productos como carne, pescado o verduras, que se consumen a diario, “sino que tenemos cafés, chocolates, infusiones, macarrones, azúcares, panelas… También tenemos productos textiles de comercio justo, como bolsos o complementos que no te compras todos los días, por lo que solíamos tener clientes habituales, muy concienciados con la causa y mentalizados en ayudar”, dice Jorrín. Otro tipo de cliente habitual en este tipo de locales han sido siempre los turistas, porque en otros países de Europa esta causa está más presente y la gente está mucho más concienciada. “Además, la tienda estaba ubicada en un buen sitio, pero, sobre todo, venían personas concienciadas con el comercio justo y que conocen la causa”, recalca.

Muchos de los productos de comercio justo ya se pueden adquirir en algunos supermercados, pero Kitzin, al ser una tienda especializada, ofrecía mucha variedad de artículos que cumplían con ese requisito en un mismo establecimiento. Ha sido una de las razones por las que las ventas se han mantenido muy constantes durante los últimos 25 años. “Lo que sí es más difícil de encontrar en otros sitios son los productos de artesanía y de cosmética naturales que cumplan con este tipo de comercio y para encontrarlo normalmente hay que ir a una tienda específica como Kitzin, pero el 90% de las ventas era de alimentación”, dice el encargado de Economía Solidaria.

Adiós Kitzin

La clausura de la tienda, que tuvo lugar el sábado, estuvo acompañada de una serie de actos de despedida que se celebraron el pasado 28 de septiembre, en el marco del programa Wokolawa que significa gracias en la lengua tzotzil de Chiapas, de donde viene el nombre de la tienda. La despedida comenzó con un acto público en el atrio de la iglesia de San Vicente con la actuación del Orfeón de la Castaña de Gaztelubide y posteriormente Kresala Dantza Taldea bailó el zor-tziko de San Juan. El responsable de Economía Solidaria de Cáritas Gipuzkoa también quiso dedicar unas palabras de despedida al comercio y el acto concluyó con una kalejira con Kresala Dantza Taldea que llegó hasta Kitzin.

Además, durante toda la semana, desde el 26 de septiembre hasta el sábado, al comprar en los puestos de los baserritarras de la Bretxa se ha hecho entrega de una bolsa conmemorativa de los 25 años de Kitzin.

“Gracias a la tienda Kitzin, la sociedad ha conocido y compra diferentes productos de comercio justo en diversos establecimientos, por lo que se ha cumplido una etapa y ahora toca reforzar otros proyectos”, comenta Jorrín.