Tras dos años de ausencia la Semana Grande se reencuentra con Donostia. El alcalde Eneko Goia, confía en que todo discurra con normalidad y que el conjunto de la ciudadanía donostiarra y todos los que se acerquen a la ciudad, vivan estos días con alegría y tranquilidad.

Tras dos años de ausencia vuelve la Semana Grande. ¿Qué espera de las fiestas?

–Espero y deseo que la gente las disfrute con alegría y buen humor, que no tengamos incidencias y que reine el respeto mutuo, ingrediente importante para que unas fiestas y cualquier cosa salga bien.

¿Son estas las fiestas más complicadas en materia de seguridad desde que es alcalde, teniendo en cuenta que venimos de tres años de contención por la pandemia y que ha aparecido un nuevo fenómeno como los pinchazos?

–Hemos tenido situaciones en fiestas muy complicadas, como las agresiones sexuales. Este nuevo elemento tiene una dificultad añadida: es muy complicado que en los ámbitos en los que se produce se pueda intervenir, detener y actuar. Es algo que ocurre en un instante, muy difícil de detectar. En el protocolo de seguridad se ha incluido esta cuestión y en los actos en los que se puedan dar mayores aglomeraciones se introducirán agentes de paisano para controlar in situ.

En fechas recientes se han dado episodios, quizá como reflejo de un pasado no cerrado, en fiestas de Mutriku, de Gasteiz o de Romo, con lo ocurrido al hijo de Iturgaiz. ¿Le preocupa que pueda haber un rebrote en Donostia?

–Todos sabemos que aún quedan comportamientos intolerantes y sectarios que se manifiestan en los contextos festivos de forma más evidente. Hay que ir a la raíz y hay que seguir trabajando por sentar las bases de la convivencia y tener unos conceptos claros. El respeto es uno de ellos. Vamos a ser contundentes si sucede una circunstancia como esta y no contemporizar con algo que no tiene ni excusa ni explicación. Hay que ser claros y contundentes.

Aunque en Semana Grande la agenda del alcalde está repleta de compromisos, ¿le queda tiempo para darse algún gustazo con familia o amigos?

– Alguna cosa intentamos hacer. A mí me gustan las actuaciones musicales y soy especialmente aficionado al Alarde de Txistularis. Pero también alguno de los conciertos de Sagüés y los fuegos artificiales. Antes, disfrutaba más de los gigantes y cabezudos, porque los niños tenían otra edad, pero ahora ya no están en esa fase. Sí tengo momentos de disfrutar de las fiestas pero he de reconocer que es una semana bastante complicada y los medios de comunicación contribuís bastante a ello. El foco está puesto en Donostia y hay que atenderlos. Desde luego hay que estar alerta y preocupado, porque en este contexto de fiestas no voy a negar que uno tiene especial preocupación porque quiero que no pase nada y salga todo bien.

Da la impresión de que el turismo ha regresado con fuerza tras la pandemia. ¿Puede corroborar esta impresión con los datos que maneja?

–Los datos de ocupación son muy altos, es verdad. Este verano es un poco especial y creo que no debemos usarlo como referencia. Es algo que está pasando en todas partes. Es un verano de eclosión, todo el mundo ha decidido hacer lo que no ha podido en años previos y está echando la casa por la ventana. No me quedaría con este verano como referencia. En cualquier caso, en Donostia tiene mucha incidencia un fenómeno difícil de cuantificar, el de los visitantes, gente que no pernocta en Donostia pero que sí la visita. No hay que olvidar que al otro lado de la muga y hasta las Landas hay una capacidad de alojamiento enorme y muchos visitantes llegan a Donostia a pasar el día. De lo que se ve en la calle y de la congestión del tráfico quizá se deba más a eso. 

"En Donostia tiene mucha incidencia el turismo de los visitantes que vienen a pasar el día. Iparralde y Las landas tienen una campacidad hotelera enorme y de ahí nos visita mucha gente"

¿Hemos tocado techo, hay margen de crecimiento, hay que regular?

–Creo que hay que regular. Nosotros en esta materia no estamos por crecer. Y no lo estamos ya desde hace unos años. En el marco de la reflexión del Plan Estratégico de Turismo así se recoge. Nuestra empeño y esfuerzo como Ayuntamiento se centra en cuidar el destino, no en atraer más. No vemos que eso sea una necesidad en la estrategia turística de la ciudad. Hay que centrarse en cuidar lo que tenemos. A la hora de hacer una reflexión sobre el turismo tenemos que tener análisis claros y saber distinguir para no hacernos trampas a nosotros mismos. Hay un gran debate sobre alojamientos turísticos en la ciudad y yo creo que está bien, que es un tema que hay que abordar y así se ha hecho. Ha habido dos modificaciones normativas desde que soy alcalde que han limitado el establecimiento de alojamientos en la ciudad y estamos revisando de nuevo está cuestión porque, probablemente, habrá una tercera modificación del planeamiento para regular esta actividad, para que el porcentaje no supere ciertos límites. Pero no podemos enfocar solo la cuestión desde ese ángulo. Se puede tener una capacidad de alojamiento limitada pero si a 20 kilómetros hay una enorme, por ejemplo Biarritz triplica su población en verano, ¿cómo se hace para gestionar las visitas que vienen desde ahí?. Esta es una cuestión más compleja que no hay que perder de vista. Porque en el debate político siempre nos fijamos en los alojamientos y en lo que se refiere a la presión las visitas tienen mucho peso. 

¿La excepción en el plan de ahorro energético de la iluminación ornamental durante la semana Grande podría prolongarse porque la Guardia Municipal considera que la seguridad se ve comprometida?

–La Guardia Municipal está elaborando un análisis para distinguir cuáles son los elementos ornamentales cuya iluminación es prescindible, de aquellos que además de tener una función ornamental cumplen también una función de iluminación del espacio público y mejoran la seguridad. Con los que sean puramente ornamentales no habrá ningún problema, y se cumplirá, y con los que cumplen una función de garantizar la seguridad hay que ser prudentes y creo que ahí está plenamente justificado que esa iluminación siga encendida.

Parece que los contratiempos en las obras del Topo han quedado atrás. ¿Se mantienen los plazos previstos?

–Por ahora sí. Lo último que se me ha transmitido es que va según lo previsto. En un momento dado es verdad que se complicó y creo que se hizo lo que se tenía que hacer, replantear el proyecto, porque lo primero que se tiene que poner sobre la mesa es la seguridad, y así se lo transmití al Gobierno Vasco. No falta mucho en lo que a metros se refiere, pero son metros difíciles. A ver. 

¿Cree usted que la ciudadanía acepta y entiende el proyecto?

–Creo no hemos sabido comunicar lo que representa la obra. Nos hemos centrado mucho en eslóganes que a veces resultan frívolos, como la campaña Próxima estación La Concha. No hay que explicarlo así. El Topo no es una obra que tenga una perspectiva municipal, tiene una perspectiva metropolitana porque va de Zumaia a Hendaia. Tiene coherencia en esa escala. Tendríamos que hacer un mayor esfuerzo para hacer ver eso. Porque lo importante del Topo no es que puedas ir a la playa en tren, lo importante es que alguien que vive en Zarautz pueda ir al campus universitario de Ibaeta en un sistema de transporte público rápido, eficaz y además sostenible desde un punto de vista medioambiental. Creo que ahí tendríamos que hacer un mayor esfuerzo. Pese a todo creo que cada vez más gente lo entiende, que en eso ha habido una evolución.

¿Qué va a suponer para la ciudad el proyecto de movilidad Datorren Donostia?

–Una transformación urbana desde muchos puntos de vista, desde la recuperación de espacios urbanos para la convivencia a impulsar espacios más amables y saludables para la ciudadanía, también desde el punto de vista de la sostenibilidad . Todas las ciudades estamos en la misma reflexión. Datorren Donostia no es cambiar de sentido una calle, que a veces nos enfrascamos es ese tipo de cuestiones. Es un nuevo esquema que permite tener una ciudad con unas características mejores. Para mí el resultado visible, que hace que merezca la pena una apuesta como esta es que el paseo de La Concha tenga un bidegorri mucho mejor que el que tenía antes, una acera más ancha y toda la fila de tamarindos plantados, que antes no había. O que estemos pensando en una plaza del Buen Pastor para el disfrute conectada con la calle Loiola. Sé que son cuestiones que generan mucha discusión, que cuestan. Pero en su día cuando se peatonalizó la calle Loiola, Getaria o Elkano recuerdo algunas de las cosas que se dijeron que se parecían mucho a las que se dicen ahora. Pero no he oído a nadie pedir que esas calles se vuelvan a abrir al tráfico.

¿Se ha solventado el malentendido con los motoristas?

–No creo que haya habido malentendidos, ha sido otra cosa. Según se acerca la campaña electoral hay temas que son más complicados de tratar de forma conjunta. Ahora, algunos partidos no están en modo de contribuir, sino de buscar las diferencias y los temas que pueden ser objeto de polémica.

"Cuando se peatonalizaron Loiola, Elkano y Getaria se dijeron cosas que se parecen a lo que se dice ahora de Datorren Donostia. No oigo a nadie pedir que regrese el tráfico a esas calles"

¿Ubica en esa cercanía electoral las polémicas con los atascos de verano? ¿Hay más atascos que otros años?

–Son parecidos. Igual dos años de pandemia nos han hecho olvidar algunas cosas pero recuerdo que en determinadas fechas y horas de agosto, cuando la capacidad de los parkings se completa, empiezan a surgir problemas. El túnel de El Antiguo se ha cerrado más de una vez y el acceso por el río también sin dejar entrar al Centro. También en navidades. ¿Que las obras del Centro se han puesto en marcha en un mes complicado?. Es verdad. Pero yo creo que las cosas hay que mirarlas con perspectiva. Ya llegará septiembre u octubre para que hagamos una valoración más justa.

Otra polémica, en esta ocasión alimentada por el departamento de Movilidad de la Diputación, es el del cambio de paradas de la plaza Gipuzkoa. ¿El Ayuntamiento quiere echar a los guipuzcoano del Centro?

–El Ayuntamiento no quiere echar a nadie. Creo que es una tormenta en un vaso de agua y no entiendo muy bien el motivo de que se montara este follón. A nosotros se nos comunica una concesión que va a sacar Diputación de las líneas de Ekialde Bus para que hagamos alegaciones y planteamos que nuestra idea de que el cuadrante entre la avenida de la Libertad y el Boulevard sea una zona de poco tránsito, priorizando a los residentes. Propusimos una alternativa que yo mismo enseñé a la diputada de Transportes y que plantea situar las terminales de en el paseo de los Fueros, al lado de la Avenida. No estamos expulsando a nadie. 

¿Han podido valorar cómo afecta la sentencia de los cuarteles al proyecto residencial?

–Estamos haciendo el análisis desde el Ayuntamiento y compartiéndolo con el ministerio de Defensa para ver si estamos de encuerdo en la interpretación de la sentencia. En función de ello actuaremos. Afección tiene, pero nos gustaría que no fuera insalvable. La cuestión más complicada es la de la inundabilidad, porque uno no derriba edificios por derribar. En el caso de los cuarteles de Loiola el problema es que para ser residencial hay que elevar la cota de terreno casi tres metros. No vas a poner a nadie a vivir en una zona inundable.

El alcalde de Donostia opina que el soterramiento del topo hay que verlo desde una perspectiva metropolitana Arnaitz Rubio

Pese a la sentencia, ¿el ministerio de Defensa sigue comprometido con el acuerdo?.

–No tengo ninguna queja de cómo ha sido el proceder del ministerio en este tiempo. Cuando ha surgido este contratiempo, he podido constatar que el ministerio sigue comprometido.

Podría ocurrir que los tribunales resuelvan el recurso del Ayuntamiento después de un cambio de gobierno en España. El nuevo ejecutivo podría ser sensible a las tesis de Vox para los cuarteles. ¿Le preocupa esta posibilidad?

–Es un elemento que tenemos que tener en cuenta y que estamos valorando. Lo digo sinceramente. 

¿El fallo pone en cuestión la autonomía municipal?

–Lo digo con con respeto pero discrepo de lo que ha fallado el tribunal. Que por una sentencia judicial se establezca un nivel de protección sobre un bien, este o cualquier otro, no solo sobre el Ayuntamiento sino también sobre el propio propietario del bien tiene unas consecuencias que pueden ser considerables. Y ese propietario no ha tenido ninguna posibilidad de intervenir en el proceso. Desde ese punto de vista me ha sorprendido.

Quedan menos de diez meses para las elecciones. El PNV todavía no ha iniciado su proceso. ¿A Eneko Goia le gustaría repetir?

–Así es, el PNV no ha iniciado ese proceso y es el PNV al que le corresponde decidir cuándo lo inicia, a quién se lo propone o qué quiere hacer. Por respeto y consideración a mi casa, a los primeros a los que si me preguntan daré una respuesta será a ellos.

"Por respeto y consideración al PNV, que es mi casa, a los primeros a los que si me preguntan daré una respuesta sobre si quiero repetir como candidato será a ellos"

¿De qué manera ha afectado al grado de ejecución del programa de gobierno?.

–Básicamente lo que ha provocado es un retraso del ritmo en la ejecución de los proyectos. Todas las instituciones, no solo el Ayuntamiento, nos hemos tenido que enfrentar a un imprevisto. Ahora se nos olvida, pero tuvimos previsiones muy preocupantes sobre el impacto económico, que ha sido notable aunque no tanto como las peores previsiones. Pero, en términos generales, el planteamiento sigue siendo el mismo, el programa sigue siendo el mismo y es el que estamos ejecutando.

¿Por dónde va a ir la gestión municipal en la recta final de la legislatura?

–Estoy especialmente contento con el polideportivo de Altza, que costó muchísimo y ya es una realidad, y otras actuaciones como la del paseo de La Concha, el puente de Egia... Estas actuaciones se irán completando y se comenzarán otras nuevas. Ahí está la reurbanización del estadio y la ampliación de la estación de Anoeta. Creo que veremos el inicio de todo eso en esta legislatura. Sin olvidar que vivimos un escenario de incertidumbre. Nadie sabe muy bien qué va a venir.

¿Porqué se postula Donostia para ser sede del Mundial 2030?

–Pues porque se lo merece. Es importante para la ciudad y un reto. Siempre he defendido que Donostia tiene que apostar por atraer gente que que venga a hacer algo. Me explico, Tiene que ser en relación con contenido y el deporte es uno de nuestros puntos fuertes sin ningún lugar a dudas y la Real Sociedad ¡qué te voy a decir!. La cultura tmbien es uno de nuestros fuertes. Y es importante hacer apuestas de este tipo. El Tour es también otra apuesta, las semifinales de la Liga Francesa de Rugby...

El Plan Estratégico se ha marcado como uno de los principales objetivos el rejuvenecimiento del tejido social. ¿Más fácil decir que hacer?.

–Es un objetivo y una necesidad. Es un reto compartido por todas las sociedades occidentales. Hay dos vías para intentar encarar ese reto: las políticas de natalidad, y ahí el Gobierno Vasco está dando una serie de pasos y habría que dar más, y la otra es asumir que ese rejuvenecimiento se está dando en cierto modo por la incorporación de ciudadanos de otros orígenes. Es una realidad que nos plantea el reto de la integración. Ahí está el meollo de la cuestión.

¿Está satisfecho con la resolución del Bellas Artes?

–Sí. Vista cuál ha sido la historia y el devenir de los acontecimientos, en qué situación estábamos, el bloqueo total al que nos enfrentábamos creo que no podíamos seguir así. Yo también puedo pensar que me hubiera gustado más un cinematógrafo pero, ¿tenía alguna posibilidad? Creo que no. Y es mucho mejor que haya un edificio restaurado y en uso que no que teníamos a un edificio que se estaba desmoronando.

Usted abrió el camino a la colocación de placas para preservar la memoria de las víctimas. No solo es un gesto normalizado sino que, a excepción de algún incidente puntual, también respetado.

–Creo que sí está normalizado. Es una iniciativa importante en la que hay que seguir trabajando en ello y no desde el punto de vista del rencor, sino desde el reconocimiento a las personas que perdieron la vida y a sus entornos, que sufrieron tanto y que fueron tan ignorados. Creo que ahí tenemos que hacer una autocrítica.