despedida de diez. El espectáculo piromusical de la casa valenciana Ricasa animó la última noche de la Aste Nagusia donostiarra con estruendo, calidad y el colorido esperado, además de una serie de temas musicales que hacían sentir a más de uno dentro de una película. Los altísimos fuegos, así como los que despegaban de las zonas bajas, originales y sorprendentes, demostraron la calidad de esta empresa pirotécnica, que cuenta en su haber con nada menos que 17 premios dentro del certamen donostiarra. Aunque la exhibición de anoche quedaba fuera de concurso, la colección demostró que podría tomar parte en el certamen donostiarra y en cualquier otro. El conjunto resultó muy aplaudido. Foto: Javi Colmenero
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