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Seguridad con ternura en Okendo

La casa de cultura del barrio de Gros acoge una exposición de dibujos sobre seguridad vial ciudadana

NADIE es tan vulnerable e inexperto transitando por las calles de Donostia. Pero, ahora, son ellos los que dan lecciones de educación vial. Más concretamente, en la casa de cultura Okendo, en el barrio de Gros. Allí, y hasta el próximo martes, una selección de 200 dibujos hechos por estudiantes de entre ocho y doce años explican cómo hay que comportarse al pasear, ya sea andando, en bici o en un vehículo.

La Guardia Municipal donostiarra, anualmente y desde hace 18 años, imparte pequeños cursillos sobre seguridad vial en los colegios. En concreto, este año, 10.200 chavales de 44 centros de la capital guipuzcoana han recibido las clases. En ellas, además de ofrecerles la autonomía suficiente para saber desenvolverse con soltura por la ciudad, también se trata de concienciarles de las consecuencias que puede tener una mala decisión.

"Me gustan mucho estas clases porque aprendes a ir sola a la ikastola", dice Laura López, una alumna de Herrera Ikastetxea. Su compañera, Oihane Lorenzo, recuerda otra de las lecciones asumidas: "Para cruzar la calle siempre hay que mirar al semáforo primero y luego a los dos lados". Pero Yerai Bartolomé lo que mejor ha interiorizado es que "cuando se abre un garaje hay que esperar y mirar qué va a hacer el coche".

Sin embargo, la evaluación sobre lo aprendido no acarrea notas que firmar por los padres. Es más, sólo merecen premios y halagos. Y es que, son los propios pequeños los que se puntúan unos a otros, decidiendo quién ha reflejado mejor la materia con rotuladores de colores. Así, los más votados asistirán el próximo 7 de junio junto con su clase a una fiesta en el salón de plenos del Ayuntamiento, para recibir una bicicleta.

enseñanza

De la teoría a la práctica

"La materia ha cambiado, ahora se aprovechan las vivencias", asegura Lourdes Vega, profesora de Herrera Ikastetxea. Y es que se ha pasado de enseñar señales viarias a llevar a los chavales en bici por la ciudad. La maestra reconoce que "antes la escuela no se implicaba tanto", pero lamenta que ahora que lo hace, "los cursillos han pasado de durar cinco días a sólo dos".

"No damos abasto", explica Alberto Celaya, responsable municipal de los cursillos y añade que "es una pena porque hacen falta, y no solo en Primaria, también en la ESO", aunque reconoce que están "en ello".