Donostia. El IV Mercadillo Solidario de Amara se puso ayer en marcha con una nueva recogida de juguetes usados que durará hasta el domingo. Hoy, el local de la calle Amezketa 4 abrirá sus puertas de 17.00 a 19.00 horas, mientras que el fin de semana el horario pasará a ser solo de mañana: de 11.00 a 14.00 horas. La iniciativa, que durante los tres últimos años ha destinado los beneficios obtenidos a ONG de otros países, en esta ocasión donará la recaudación a Cáritas para tratar de paliar la pobreza generada por la crisis en Donostia.
El proyecto nació en vísperas de las fiestas navideñas de 2006, cuando un grupo de alrededor de trece niños y sus siete madres, habituales de la plaza Etxeberri en Amara, decidieron dar salida a los juguetes olvidados del armario. "Se lo presentamos como un juego a los chavales", recuerda Nuria Núñez, una de las mujeres integrantes del colectivo.
A lo largo de estos años han logrado recaudar un total de 9.000 euros: 2.400 la primera vez, 3.200 la siguiente y 2.400 en el último año, unas cantidades que fueron entregadas a Medicus Mundi, Calcuta Ondoan y Anesvad, respectivamente. "El objetivo siempre es superar el año anterior", recalca Núñez, que añade: "Nosotros lo cogemos todo".
Una vez más, el campeón donostiarra de los Juegos Paraolímpicos de Beijin, Richard Oribe, apoyará la causa con su presencia y entregará una camiseta firmada. Al igual que el equipo de baloncesto Lagunaro GBC, que cederá otras dos prendas rubricadas por todos los jugadores.
Tras la recogida y una posterior criba de los juguetes obtenidos a lo largo de estos cuatro días, en diciembre tendrá lugar el mercadillo en el mismo local de la calle Amezketa Los días 15, 16 y 17 permanecerá abierto de 17.00 a 19.00 horas, mientras que el 18 y 19 el horario será de 11.00 a 14.00 horas.
"Solemos vender mochilas, bolis, puzzles, libros y otros juguetes que no sabría decir exactamente cuáles son, pero que los niños enseguida reconocen", dice Núñez, que añade que "el precio va de los dos a los 20 euros, aunque suele haber una cajita con muñequitos pequeños a 0,50".
Los juguetes que no se logran vender se donan a otras asociaciones no lucrativas como Traperos de Emaús o Cruz Roja, que el año pasado llenó "una ambulancia entera de regalos".
Los comercios de la zona también contribuyen con la obra desinteresada de estas familias: "Algunos nos dan dinero para empezar a hacer los carteles, la copistería nos rebaja el precio de la impresión y la charcutería nos saca la merienda".
Núñez asegura que alrededor del 70% de los donantes y compradores son amaratarras. "Mal que bien, cualquiera tiene un par de muñecas escondidas en cualquier caja", asegura y anima a todos los donostiarras a mirar un poco por casa y acercar esos juguetes olvidados al local de la plaza Etxeberri donde juegan, a diario, estos niños solidarios.