UnA puerta se abre en la guardería del Cemei de Igara. Alrededor de ocho "pequeñajos" de poco más de un año asoman la cabeza curiosos. Remangados y con un mini delantal de cocinero descubren perplejos sus manos y pies embadurnados en témpera. Es el taller de pintura donde la metodología invita a experimentar libremente a través del cuerpo. Eso sí, en una habitación cubierta por papel de mantel. Para evitar desastres.

"Todo lo aprenden a través del juego: hay que motivarles, enseñarles a sentirse valorados con lo que hacen, que aprendan a tener autoestima y a comportarse socialmente", asegura la directora de la guardería del polígono de Igara, Esther Maroño. "Aquí se hace aplicación pedagógica de la ternura y, para ello, tenemos el doble de personal que se nos marca en los ratios: para cubrir las necesidades de atención correspondiente a su edad", añade.

La idea de crear esta escuela la tuvo al ser madre, ya que pudo comprobar el vacío social existente para la conciliación entre vida laboral y la maternidad. Junto a dos compañeras, decidió formar una empresa que incorporara un servicio completo donde, además de contar con un centro escolar de cero a tres años, hubiera posibilidad de contratar otros servicios a domicilio."No había un sitio donde te lo dieran todo", afirma Maroño. Y añade: "Esta cercanía a las empresas hace que, desde nuestro punto de vista, los padres vivan con menos ansiedad el despegue de sus hijos. Así se sienten cerca psicológicamente. Incluso, alguna madre se ha aproximado a dar el pecho a la hora del café".

La guardería Loreka está viviendo un momento de éxito en el que cada año la cifra de matriculados aumenta. Actualmente, la escuela cuenta con 88: "Estos años de natalidad ascendente han acompañado a Loreka", alega la directora. Pero lo cierto es que el horario, la ludoteca y los cursillos para padres son una motivación extra para optar por este centro, "que funciona mucho por la recomendación personal".

Ése es el caso de Jon y Nekane, los padres de Asier. "Nos comentaron que estaba muy bien y, además, nos pillaba cerca de casa", explica el aita. Aunque es la madre la que recoge al niño al mediodía, él es el responsable de llevar cada mañana al pequeño de año y diez meses: "Queríamos que estuviera con más niños y que comenzara ya con el proceso de aprendizaje".

abuelos

Ir a buscar mejor que cuidar

"Algunos sí tienen familia que puede hacerse cargo de los niños, pero no quieren responsabilizarla de ello siempre", relata Maroño. Tal y como le ocurre a Ana de Miguel, abuela de un "grandullón" de diez meses que pasa a recoger, bastante a menudo, antes de tiempo. "Soy viuda y no puedo hacerme cargo siempre, pero me gusta sacarlo a pasear", explica la amona. En este caso, tampoco los padres trabajan en las inmediaciones, pero "les habían hablado muy bien y les gustó el sistema".Otra pariente que, además, es madre de uno de ellos es la andereño Katia Barquilla. "Aunque los abuelos pudieran cuidarle, le seguiría trayendo aquí", recalca.

La empresa Tilin Talan cuenta, actualmente con dos guarderías, pero la única situada en zona empresarial es la del polígono 27 de Martutene. "Los padres son trabajadores de este polígono, del 26 o de Garbera", explica la gerente, Marta Elipe. La crisis actual ha repercutido en los talleres del polígono más grande de Gipuzkoa y, como consecuencia, también en la guardería: "Hay una crisis brutal en las empresas de aquí. Es difícil hacerlo, pero hay previsión de superarla próximamente. Ya arrancará".

Elipe afirma que los padres no suelen pasarse a ver a los niños porque los observan desde la oficina por webcam, pero vaticina que en Zua-tzu sí lo harán, porque el complejo será totalmente acristalado: "El proyecto ha costado entre 100.000 y 150.000 euros y ha contado, también, con la ayuda de Fomento".