¿quién decide qué es arte y qué no lo es? Las ordenanzas del Ayuntamiento de Donostia no consideran los grafitis como obras de arte, por lo que dictan que han de ser inexorablemente borrados. Sólo había uno que se salvaba, pero ya ni eso. La pintura atribuida a Banksy que apareció en la subida al monte Urgull, coincidiendo con la proyección en el Zinemaldia de su película Exit through the gift shop, será en breve borrada.

Fue el propio concejal de Cultura, Denis Itxaso, quien en septiembre pidió que el grafiti no se eliminase por su inestimable valor como obra de arte, pese a que el autor británico no ha reconocido que sea suya.

Desde que apareció, otras pintadas anónimas han ido surgiendo cerca de él, hasta que, por fin, ha sido completamente "emborronado". Llegados a este punto, Itxaso aseguró ayer que no tiene sentido seguir conservándolo y que se procederá, en breve, a su eliminación.

En el Pleno ordinario que tuvo lugar ayer, el PP presentó una moción para que se respetasen las normas que obligan a la eliminación de todos los grafitis de manera indistinta. En el caso de querer preservar algunos, requirió el cambio de las citada normativa.

Itxaso afirmó que no se busca "ni la persecución, ni la caza de brujas" contra las personas que realizan los grafitis y que desde el Gobierno "ni autorizan, ni dejan de autorizar" las expresiones de street art. Asimismo, indicó que un trabajo de estas características "puede generar valor añadido", pero no cuando se realizan sobre el patrimonio de la ciudad.

La supuesta obra de Banksy desaparecerá de la misma manera que surgió, de la noche a la mañana, si bien es cierto que actualmente no queda más que un eco de la ilustración original. Es hora de decir adiós a la obra de Banksy, y dejar la pared vacía, hasta que otro la vuelva a pintar. Pero, quizá, el Ayuntamiento no la considere una obra de arte.