- Sin duda uno de los principales atractivos de los Juegos Olímpicos iba a ser el duelo en la prueba de maratón masculina entre Eliud Kipchoge y Kenenisa Bekele, los dos hombres más rápidos del planeta sobre la distancia de 42 kilómetros y 195 metros. Bekele ha renunciado a estar en la cita olímpica y, por tanto, Tokio se quedará sin el que hubiera sido, para muchos, el duelo del siglo. Mikel Oyarzabal no tomará parte en la prueba de maratón. Tampoco le hace falta. Él ya ha hecho su propio recorrido esta temporada. De hecho, lo ha superado con creces con esos 52 partidos que suman sus piernas en una campaña para enmarcar, aunque en Tokio buscará ponerle la guinda al pastel.

El 10, el capitán de la Real, el autor del gol más importante en la historia reciente de la entidad blanquiazul, el autor del penalti que clasificó a España a las semifinales de la Eurocopa frente a Suiza, volverá a tener un papel preponderante en los Juegos Olímpicos de Tokio, esta vez a las órdenes de Luis de la Fuente. El objetivo, tal y como ha reconocido el propio seleccionador, será la medalla de oro que, de conseguirla, supondría para Mikel Oyarzabal un logro a la altura de unos pocos elegidos. Pero, pase lo que pase en la ciudad del Sol Naciente, el futbolista de la Real ya lo es.

Un 5 de julio de 2015, ante la sorpresa de propios y extraños, David Moyes le incluyó en la lista de expedicionarios cuyo destino era Obertraun (Austria). Solo tenía 17 años. Allí, sin saberlo, comenzaba una carrera en la que Mikel Oyarzabal sigue haciendo kilómetros. Solo han pasado seis años desde entonces y el eibartarra, a sus 24 años, se ha convertido en el santo y seña de un equipo, la Real, que vive años de vino y rosas. Pero el 10 no se conforma y ahora quiere la corona de laurel y así hollar una nueve cumbre que le pondría por encima de los 52 partidos que son los que ha jugado hasta la fecha en las siete competiciones (Liga, Copa, Supercopa, Europa League, final de Copa, Eurocopa y fase de grupos para el Mundial de Catar) que ha disputado. Los Juegos Olímpicos será la octava. Y, de primeras, jugará otros tres partidos. Aunque, si todo transcurre por los cauces normales, serán varios más, con lo que esa cifra de 52 partidos se quedará pequeña.

Oyarzabal, desde su debut con la Real, no ha hecho otra cosa que crecer, quemando etapas a un ritmo vertiginoso, al alcance de los grandes atletas que tomarán parte en una nueva edición de unos Juegos Olímpicos, que llega con un año de retraso por culpa de una pandemina que sigue causando graves problemas.

Oyarzabal, eso sí, lo hace con un balón en los pies, escribiendo con letras de oro capítulos en su ya dilatada carrera deportiva. Mikel Lasa o David Villabona, otros dos canteranos formados en Zubieta, pueden presumir de haberse colgado un oro en una cita olímpica. Fue en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. El reto no parece tan descabellado para una selección que cuenta con futbolistas que han tenido su peso en la última Eurocopa. Uno de ellos es Mikel Oyarzabal, el capitán de la Real Sociedad.