Alfredo del Castillo no es una persona más en Azpeitia. Al canario se le recuerda con mucho cariño en esta pequeña localidad guipuzcoana por sus servicios al frente del Lagun Onak. Con el míster a los mandos, el conjunto azpeitiarra logró un histórico ascenso en la temporada 1990/91. Pero esta historia de amor comenzó unos años antes cuando se hizo cargo de los juveniles. Ahora, casi 30 años después, Del Castillo vuelve a tener protagonismo es su “segundo pueblo”. El que fuera entrenador entre otros equipos del Lagun Onak, Beasain, Real Unión y categorías inferiores de la Real Sociedad, ha regalado al conjunto azpetiarra todo el material didáctico que logró acumular durante su carrera.

“Todo mi material, carpetas, datos, cronómetros, libros... se lo regalé al Lagun Onak. Les propuse que crearan una especie de biblioteca y que todos esos trabajos, que eran de muchos años, les sirviera de cara a la formación de entrenadores”, explica un Alfredo del Castillo, que venía pensando esta idea durante muchos años. Antes de lanzarse, eso sí, quiso saber la opinión de gente importante en la historia de esa entidad como el actual director deportivo, Beltza, Mikel Labaka, segundo de Imanol Alguacil en la Real, o de Aitor Zulaika, actual entrenador del primer equipo del Real Unión. “Les pareció una idea genial. Llamé al presidente y cogí ocho cajas grandes de cartón y se lo regalé todo a ellos”, asegura.

“Los recuerdos son los mejores”, rememora Del Castillo, que empezó entrenando a los Juveniles y luego al equipo de Preferente, con el que subió a Tercera División. “Tuve la suerte de tener a todos los jugadores de Azpeitia menos a tres. Fernando, de Azkoitia, Loren, un delantero centro de Zestoa, y Nolaskoain, de Zumaia. Con ese equipo fue con el que ascendimos en Vitoria ante un Alavés en el que jugaba Mikel Badiola, que está de coordinador hoy en la Real Sociedad”, recuerda el canario. Esa historia de amor con Azpeitia fue “muy bonita”, confiesa el entrenador. “Roberto López Ufarte siempre me preguntaba: ¡Oye canario, ¿cómo te quieren tanto en Azpeitia? Fue una sintonía muy buena desde el principio. Fue una historia tan bonita que esa unión hizo la fuerza que nos llevó a conseguir el ascenso a Tercera División”.

“muy identificado”

“Toda la información que tenía no podía caer en saco roto y debería tener una continuidad”, pensó Del Castillo. Y qué mejor lugar que Azpeitia, “un lugar en el que me siento muy a gusto y muy identificado. Siempre he dicho que es mi segundo pueblo. Me puse en contacto con jugadores que habían estado conmigo, como Mikel Labaka o Zulaika, y me dijeron que les parecía una súper bonita. Por lo menos que quede el legado para que entrenadores de categorías inferiores puedan seguir formándose y teniendo cosas importantes para enseñar”, comenta.

Tiene claro Alfredo del Castilo que “en el fútbol una de las cosas importantes es que todos tenemos fechas de caducidad, pero que vayas por la calle, pasees por Azpeitia después de mucho tiempo y la gente te siga saludando, es para sentirte orgulloso”. Tiene la sensación el canario de “que algo bien he hecho, y que todo el mundo te aprecie no es fácil de conseguir”.

“Toda la información que tenía no podía caer en saco roto. Debería tener una continuidad y qué mejor sitio que en el Lagun Onak”