Una derrota, dos lecturas. Ambas de cariz negativo. El Eibar se complicó ayer la existencia perdiendo en Ipurua contra un rival directo como el Mallorca, al que habría distanciado de forma importante en caso de victoria. Cayeron los armeros al no poder superar la poblada zaga balear. Se atascaron, casi nunca llegaron a generar en el rival una sensación de agobio, y encima se mostraron poco acertados con los centros cuando provocaron situaciones claras de envío al área. Sin embargo, no suponen los citados problemas, evidentes en este último partido, el agujero negro por el cual existe el peligro de que se escape la permanencia. Los hay más. Menos puntuales y más graves. Sobre todo uno en concreto: el equipo de Mendilibar se desangra poco a poco a través de la herida que tiene abierta a la espalda de su doble pivote.

Se la apreciamos, por ejemplo, hace quince días en el Camp Nou. Aunque fue un tal Messi quien hurgó en ella, con lo que nos quedamos todos como estábamos, porque siempre puede esperarse que el astro argentino te raje en canal. Una semana después de la derrota en Barcelona, mientras, los verdugos pasaron a llamarse Morales y Bardhi, jugadores del Levante, cuyo sobresaliente arranque en Ipurua no tuvo consecuencias en el marcador. Menos mal. Porque los tres puntos sumados ante el cuadro granota valen oro ahora mismo, después de que ayer Cucho Hernández y Kubo machacaran de nuevo al Eibar pisando la zona de conflicto. Partieron uno de cada banda, donde trabajaron para frenar a los laterales azulgranas. Y en ataque, mientras, se centraron para recibir tras Diop y Cristóforo. A Mendilibar le toca poner diques ahí, porque cada vez se escapa más agua y el panorama se oscurece. La buena noticia reside en que está a tiempo para arreglarlo.

los planteamientos El entrenador azulgrana optó ayer por no tocar lo que había funcionado contra el Levante. Mejor dicho, lo que había funcionado a medias. Decidió así, con el único cambio del regreso de Dmitrovic a la portería, dar continuidad a los diez jugadores de campo que habían iniciado el partido del sábado anterior, lo que implicó mantener un 4-4-2 de manual. El Mallorca, por su parte, consiguió con su planteamiento neutralizar los pros de la propuesta armera y castigar también sus déficits, gracias a una estructura de tres centrales y dos carrileros.

Fue inteligente Vicente Moreno, entrenador visitante, a la hora de ordenar los movimientos de Kubo y Cucho Hernández, abiertos a las bandas en fase defensiva y mediapuntas cuando el Mallorca tenía el balón. Actuando de este modo, los baleares pudieron sujetar los avances laterales del Eibar, su mejor baza ofensiva, y castigaron también la presión alta de los pivotes locales. A priori, Diop y Cristóforo quedaban emparejados con Babá y Dani Rodríguez. Sin embargo, cuando saltaban a por ellos generaban un espacio que los adversarios empiezan a conocer de memoria y que resulta más que peligroso, de cara ya al desenlace de la temporada en su conjunto.

Explicaciones tácticas al margen, fútbol es fútbol. Siempre hay que tenerlo presente. Porque cuesta defender a día de hoy, vistos los resultados de las dos últimas contiendas, que la película de las mismas, al menos en sus primeras partes, ha sido muy parecida. El Mallorca, como el Levante la semana pasada, se las arregló ayer durante los primeros 20 minutos para enganchar con sus mediapuntas, girar al Eibar y correr hacia la meta local, generando el consiguiente peligro. Y el cuadro armero, como siete días antes, consiguió después, poco a poco, inclinar el campo hacia la portería visitante, esta vez insistiendo en ofensivas por la banda derecha. Los de Mendilibar, conscientes de que el rival era más vulnerable en el sector donde juntaba a Cucho, Lumor y Valjent, convirtieron a Pedro León en capitán general de sus ataques, buscándole a través de Arbilla o de diagonales largas nacidas en las botas de Cote y Bigas. Completaron el puzzle Orellana, centrando su posición constantemente, y las cabalgadas de Cote por un costado zurdo que quedaba libre a menudo.

un gol doloroso Superado el mal arranque, el horizonte apuntaba a aclararse del todo mientras el Mallorca achicaba agua en los aledaños de su área. Pero uno de los repetidos despejes bermellones lo capturó Cucho Hernández tras disputa con un tibio Arbilla. Oliveira cortó en primera falta al colombiano. Tras el saque de la misma aparecieron de nuevo el propio Cucho y Kubo a la espalda de Diop. Y se produjo ahí una nueva infracción, esta en el vértice del área, traducida en el 0-1 de Dani Rodríguez. Sucedió esto al filo del descanso, en un momento de los llamados psicológicos, aunque desde el comienzo de la segunda mitad pudo verse que el Eibar reaccionaba.

Cierto, la primera ocasión tras la reanudación la tuvo Cucho. Pero el panorama general enseguida pintó a un Eibar insistente, ofensivo y algo retocado. Orellana se olvidó de centrarse a la mediapunta. Permaneció fijo en la banda izquierda. Y los azulgranas abrieron así el campo desde ambas alas, percutiendo constantemente y encontrando buenas situaciones de centro que, sin embargo, no se tradujeron en oportunidades claras. Fue ese uno de los momentos del partido. El momento de mostrar mayor precisión para empatar y terminar de cambiar la dinámica del encuentro. Lástima que los minutos transcurrieran sin sobresaltos en el área balear. Poco a poco, las vías de escape para el Mallorca comenzaron a multiplicarse.

Con el ingreso de Edu Expósito por Diop, Mendilibar había pasado a convertir siempre a uno de los dos pivotes en tercer hombre de banda, papel que antes jugaba un delantero. Así cargó en mayor medida el área. Así mantuvo el funcionamiento anterior en los ataques por las alas. Pero así perdió un futbolista para la transición defensiva. Al Mallorca se le presentaron cada vez más opciones para correr, y dentro de ese contexto sentenció el duelo Kubo, en una acción provocada por un robo de Pozo a Orellana con el Eibar abierto. Después, el enésimo centro al área visitante, ya durante el tiempo de descuento, lo cabeceó Bigas para hacer el 1-2. Aunque el tanto solo sirvió para provocar la típica trifulca por el balón dentro de la portería. No fue útil para sumar al menos un punto. Tampoco para salvar el average con un rival directo. Todo cuenta a estas alturas.

Rueda de prensa. El entrenador del Eibar, José Luis Mendilibar, no tuvo reparos en reconocer los méritos del Mallorca en la derrota de su equipo, felicitó al rival y demandó tranquilidad porque queda “mucha temporada”. “Hemos perdido y hay que felicitar al rival, porque han jugado bien, han estado duros y seguros atrás y además han ido bien hacia adelante. Nos han hecho daño, no solo en sus dos goles, y eso es así”, declaró tras el encuentro Mendilibar. El entrenador vizcaino, que se vio sorprendido con la línea defensiva de cinco hombres del Mallorca, valoró que el Eibar consiguiera “sacar buenos centros”, aunque agregó que el Mallorca los supo “defender”. “No han habido remates claros para nuestro equipo”. “Mientras estemos fuera del descenso habrá margen de error porque los demás son los que tienen que acertar y nosotros fallar”, zanjó.

tarjetas

Estrada Fernández (C. Catalán) amonestó a los locales Oliveira, Cote, Charles, Sergi Enrich y Yoel; así como a los visitantes Raíllo, Dani Rodríguez y Reina.

goles

0-1, m. 42: Dani Rodríguez. 0-2, m. 78: Kubo. 1-2, m. 91: Bigas.

alineación

Banquillo

13. Fabri; 23. Febas; 2. Sastre; 11. Lago Junior (m. 72); 6. Marc Pedraza; 19. Chavarría (m. 85); 10. Sung-Yueng Ki (m. 82)

alineación

27ª jornada de liga

Estadio Ipurua. 6.110 espectadores

Árbitro Estrada Fernández (C. Catalán)

Banquillo

13. Yoel (p.s.); 5. Escalante (m. 76); 6. Sergio Álvarez; 10. Edu Expósito (m. 57); 16. De Blasis (m. 57); 17. Kike García; 20. Correa

Mallorca

Eibar

1-2

incidencias

Partido correspondiente a la 27ª jornada de Liga disputado en Ipurua, con la presencia en el graderío de 6.110 espectadores.