El rider donostiarra Lucas Eguibar se muestra "muy orgulloso" por su subcampeonato en el circuito de Copa del Mundo de la modalidad de cross, después de haber superado el calvario que supuso en los últimos años una lesión de espalda que le impedía "estar sentado más de 20 minutos" y por la que ha llorado "de dolor", aunque un tratamiento con células madre le ha "cambiado la vida" para haber recupero la ilusión "por completo".

"Estoy encontrando las emociones un poquito. El último mes de carreras ha sido intenso, de hotel en hotel, de estación en estación, pero estoy súper feliz por todo lo que ha pasado. Desgasta, aviones, horas de coche y de hoteles, pero al final nos gustan las carreras y engancha. A mí es que siempre me ha gustado competir, en todo", comentó Eguibar en una entrevista a Europa Press.

Eguibar, de 29 años, rozó su segundo Globo de Cristal, al finalizar segundo en el circuito de Copa del Mundo de snowboardcross, con un tercer y cuarto puestos en las dos últimas carreras celebradas en Mt.St.Anne (Canadá). "Estoy muy orgulloso. Me he quedado a las puertas de conseguirlo, pero la última vez que subí al podio fue en 2016", recordó, satisfecho con su resultado, ya que en "los años siguientes" no lo ha hecho "tan bien".

"Este año estoy súper feliz porque después de todo lo que he pasado por el tema de la espalda, veo que puedo estar otra vez arriba y puedo luchar por el título", celebró. El campeón del mundo en 2021 recordó su carrera final, en la que debía finalizar siempre con dos posiciones de ventaja sobre el alemán Martin Noerl, quien se alzó con el título. El donostiarra consiguió llegar a la última habiendo recortado 26 puntos, por lo que veía "bastante factible" el que hubiera sido su segundo Globo de Cristal -ya lo ganó en 2015-.

"Había muchísima presión, pero creo que lo gestionamos bien. Él es uno de los mejores o el mejor", advirtió. "Lo primero que pensé (al cruzar la meta) es se me ha escapado, obviamente. Mi primera sensación, mi primer pensamiento, fue joder, qué pena que lo he tenido tan cerca y se me ha escapado, pero vengo de lo que vengo. Este verano hemos hecho un reseteo completo por la lesión, y venir de eso y estar ahora segundos, que casi conseguimos el título, es súper positivo", celebró Eguibar.

Un calvario físico de dos años

Y es que el rider ha pasado por un calvario físico los últimos dos años, en los que no ha podido "dar el cien por cien" debido a una lesión de espalda que le hizo plantearse, incluso, seguir compitiendo al más alto nivel. "La temporada pasada acabé muy agotado. Me encanta competir y quería seguir, pero después del año pasado no podía, no me hacía feliz, no podía continuar. Era competir y a la cama, y me subía la fiebre por la tensión que había aguantado", relató.

"Me he hecho mil infiltraciones en 2016, 2017, antes del Mundial. Seguía con dolor, pero lo llevaba bien. En los cuartos del Mundial que gané -2021-, estaba entrando en meta y había un salto con la caída muy plana y me dejé llevar, pero me caí y noté un clac. Fue un antes y un después, me acuerdo perfectamente del momento. Después de eso no podía estar diez minutos sentado. Me acuerdo que me iba a cenar con mi familia y no podía estar sentado más de 20 ó 30 minutos", subrayó sobre el momento exacto en el que comenzaron los meses más duros.

A partir de ahí, Eguibar compaginó su recuperación con infiltraciones y la competición, un proceso muy exigente "psicológicamente" y "muy agotador mentalmente". "Tenía que ir calculando lo que tenía que hacer antes de la carrera para no llegar cansado", explicó. "Para los Juegos de 2022 hicimos una infiltración antes de la pretemporada y funcionó, pero hacíamos tres o cuatro bajadas, el día que más fueron cinco, no es nada, ya que solía hacer 15, pero no podía con el dolor", recordó.

De hecho, reveló que esa misma noche en la que compitió no pudo volver de Pekín con la delegación del Comité Olímpico Español (COE) por el dolor. "Lloraba del dolor. Teníamos un viaje de 30 horas y recuerdo hablar con el COE y decirles que me pagaba yo el viaje, no podía volar", manifestó, antes de confesar un episodio muy representativo del suplicio que le provocó la lesión de espalda.

"Recuerdo después de acabar una de las carreras, teníamos que viajar en tren y estaba llorando en el suelo del tren con mi fisio, que me estaba ayudando a ir al avión. Es que no me divertía, por eso me cambió la vida, de no poder hacer nada a, este año, viajar al día siguiente de las carreras", describió.

Tratamiento con células madre

Pero hace un año, Eguibar explicó su caso al doctor José Luis de Córdoba, que le ofreció comenzar un tratamiento con células madre que le iba a "funcionar muchísimo". "La segunda semana que fuimos a entrenar, flipé porque dije otra vez sin dolor. Después de dos años, primer día que entrenaba sin dolor. Hice siete bajadas, me veía que estaba fluyendo", subrayó con satisfacción.

"He recuperado la ilusión por completo", expresó. Por ello, puede volver a decir que es "uno de los mejores" del circuito. "Desde la pretemporada vimos que era otra persona. El año pasado no podía moverme; entrenaba, pero no tenía fluidez, estaba muy rígido, mi columna era un palo. Y este año me puedo mover bien, soy mucho más rápido, tengo más fuerza y soy muy competitivo", reseñó sobre el que es "uno de los mejores momentos" de su carrera.

"Nunca he llegado a ser tan constante como ahora. Hacía dos carreras bien, una mal, o al revés, más bien hacía dos mal y una bien. Y este año han sido nueve Copas del Mundo y he estado en seis finales. Hemos hecho muy buen trabajo", aplaudió, aunque avisa de que la medalla como subcampeón "no va a servir para nada" ni hará que salga "con ventaja" el próximo año.

Aunque sin presea olímpica, Eguibar, que ha participado en tres Juegos de Invierno (2014, 2018 y 2022), puede presumir de ser uno de los referentes masculinos de la tabla en el Estado, con un oro y dos platas en Mundiales. Algo que "probablemente" le ha pesado en su rendimiento. "Nadie te enseña a gestionarlo. Este año lo he sentido en Sierra Nevada, la gente gritaba Lucas, Lucas. Pero he competido muy bien, también a nivel mental", remarcó el vasco, que todavía ve "lejos" los Juegos de 2026 en Milán y Cortina d'Ampezzo.

Finalmente, destacó el trabajo del reciente campeón del mundo junior de Cross, Álvaro Romero, quien lo está haciendo "súper bien". "No ha hecho muy buenas carreras en la Copa del Mundo, pero de repente ha conseguido un podio en la tercera y última carrera, y segundo encima. Ahora de absoluto es cuando hay que meter más caña y cuando tiene que exigirse mucho", concluyó sobre el futuro de la tabla en España.