donostia - Guruzne Azpiroz desembarcó en San Juan en plena tempestad. El pasado mes de octubre, una vez finalizada la temporada, la oiartzuarra aceptó tomar el testigo de Anartz Gereño como entrenadora de las batelerak. Las remeras sanjuandarras venían de ganarlo todo en un verano en el que habían logrado su quinta victoria en la Bandera de La Concha en cinco años, su quinta Liga Euskotren consecutiva, un nuevo Campeonato de Euskadi y su cuarto Campeonato de Gipuzkoa. Pero, a pesar de los éxitos deportivos, las aguas estaban agitadas en la trainera rosa. Varias remeras ya habían anunciado entonces su intención de dejar la tripulación por su mala relación con la directiva, que fue ratificada por los socios el mes de noviembre, en una tensa asamblea a la que también asistieron varias exbatelerak. Azpiroz intentó convencer a varias de las componentes de la tripulación para que continuasen en las tostas de San Juan, pero finalmente ninguna remera decidió permanecer en el club, y la oiartzuarra tuvo que comenzar desde cero a reunir y preparar una plantilla para tratar de mantener a flote la trainera sanjuandarra. Azpiroz cree que el equipo, aunque se encuentra muy justo de efectivos, estará listo para competir el próximo verano. Eso sí, la entrenadora admite que todavía no sabe si el club finalmente deberá renunciar a la liga Euskotren. De momento, este sábado San Juan volverá a competir en el Descenso del Oria.

La nueva plantilla de San Juan se estrenó en una competición el Descenso de Hondarribia, el pasado 23 de febrero.

-Todas las remeras han debutado ahora en la trainera. Alguna ya había ido alguna vez a entrenar, pero ninguna había competido en un descenso o una regata. Quieras o no, este bote da respeto. Andan mejor de lo que hicieron en la regata -donde fueron octavas de entre diez embarcaciones-, pero les falta coger confianza y más seguridad. Poco a poco llegará.

¿Qué conclusiones sacó de la regata?

-El equipo es muy joven. La media de edad es de menos de 18 años, y hay más juveniles que seniors. Tienen experiencia en bateles y botes más pequeños, pero en traineras tienen que aprender. Las remeras salieron al agua con un poco de miedo, porque es un bote grande y es muy diferente, tanto la remada como el ambiente. Tenemos mucho que mejorar, pero la actitud de las chicas es muy buena, están trabajando bien y creo que poco a poco iremos mejorando.

¿Cómo ha reconstruido la tripulación?

-Sobre todo, con chicas que estaban en las categorías inferiores del club. Estoy aprovechando también para meter cadetes, para que se enganchen de cara al año que viene o al siguiente, y que les entre el gusanillo. Como patrona me está ayudando Irati Salazar, que estuvo remando conmigo, y estamos intentando también poner alguna de las que están en el equipo para que vaya cogiendo experiencia. Tenemos una tripulación muy justa, con unas doce o trece remeras, necesitaríamos algunas remeras más para estar más tranquilas. Hemos hablado con algunas que estuvieron otras temporadas a ver si alguna se anima, pero todavía no nos lo ha confirmado. Hay alguna chica de Denia que quiere venir a probar en algún descenso. Si hay gente que está pensando en remar, las puertas de San Juan están abiertas. Nosotros vamos a aceptar a las que vengan. El ambiente es muy bueno y creo que cualquiera que venga se quedará.

¿Volverá a remar?

-No tenía en mente remar y espero no tener que hacerlo, pero ya veremos. Sin tener suplentes es complicado.

Como la temporada pasada, cuando entrenó en Lapurdi, le ha tocado empezar de cero con una tripulación.

-Bueno, las chicas sí saben remar. En Lapurdi, la mayoría nunca habían remado. Las remeras de San Juan han remado en categorías inferiores, pero no habían remado en una trainera. Les hace falta cambiar el chip. Tienen muy buena actitud, y al final es cuestión de tiempo.

A estas alturas de la pretemporada, ¿se puede asegurar que San Juan va a competir este verano?

-Esa es nuestra intención. Todos los esfuerzos que estamos haciendo son para sacar la trainera este año y que podamos tener un equipo competitivo. No queremos sacar cualquier cosa. Las chicas que tenemos funcionan muy bien, pero si tuviéramos más remeras tendríamos más margen para hacer cambios y descansar. Como equipo, podría remar tranquilamente, el problema es que es muy justo. Queremos ampliar la tripulación para que sea todo más seguro y más fácil para todas.

¿El club se han planteado renunciar a la máxima categoría y remar en la Liga ETE?

-Hemos pensado en todas las opciones. Vamos a aplazar la decisión hasta el último momento. Es muy distinto estar en una liga o en otra. Al final, en algunos sentidos estamos limitadas. La Liga Euskotren pide unas condiciones para participar que ahora mismo no cumplimos, y la liga ETE en ese sentido es más relajada. Por ejemplo, en cada regata pueden salir un número máximo de juveniles, y nosotras tenemos más juveniles que seniors. Por la edad de las remeras, igual no podríamos participar en la liga. Intentaremos conseguir el mejor equipo que podamos y luego ya veremos. Competir en la Liga Euskotren está difícil, pero no perdemos la esperanza. Vamos a conseguir sacar trainera. ¿En qué categoría? Eso ya es más difícil de responder.

El rendimiento de la trainera no será comparable al del año pasado...

-No. Creo que las chicas se han puesto ellas solas un poco de presión, pero todo el mundo sabe que es su primer año en una trainera y que no pueden dar el nivel del equipo anterior. Tienen muchas ganas, pero hay que tener los pies en la tierra.

Cuando aceptó ser la entrenadora de San Juan ya sabía que varias remeras iban a dejar el club. ¿Qué situación se encontró?

-Sabía que las cosas no estaban bien. Hablé tanto con la directiva como con las remeras anteriores, no con la esperanza de tener el mismo equipo, pero sí de que por lo menos algunas de ellas decidieran seguir para contar con remeras con experiencia y que hicieran ese trabajo de transmisión a las nuevas remeras. Pero la situación no ha sido esa y tenemos un equipo nuevo. Al final, sería una pena que dejara de salir un bote de chicas de San Juan después de tantos años remando y peleando para que hubiera un buen equipo. Para mí, era impensable. Yo había aceptado y, fuera cual fuera la situación, quería ir adelante. Pensé que las chicas tenían que seguir remando en una trainera de San Juan.

Intentó convencer a las remeras del pasado año para que siguieran...

-Hicimos una reunión y vinieron unas cuantas. Expliqué cuál era el plan para la nueva temporada, hablamos e intentamos que no lo dejaran. Luego tomaron la decisión que tuvieron que tomar.

¿Entiende las razones por las que dejaron San Juan?

-Al final es algo muy personal. Yo no he vivido esa situación y no puedo decir si lo entiendo o no, porque no estuve en ese momento. No sé qué hubiera hecho yo.

Cuando remaba, ¿vivió alguna situación incómoda con la directiva?

-Yo nunca he tenido ninguna historia así. El remo se hace muy duro, pero más por los entrenamientos, el trabajo... yo por lo menos andaba corriendo de un lado a otro para entrenar y trabajar. Igual con más tiempo no te afectan tanto las cosas.

¿Cómo está siendo la actitud de la directiva con la actual tripulación?

-Para ellos también fue un golpe muy duro que las remeras de la temporada pasada dejaran el club. Para San Juan siempre ha sido muy importante tener una trainera femenina y cuando las remeras del año pasado dijeron que lo iban a dejar el futuro parecía bastante oscuro. Luego, poco a poco, empezamos a entrenar con las chicas más jóvenes y se vio que podíamos sacar un bote. Estamos intentando que siga la historia de las bateleras, aunque sea empezando otra vez.