La jueza Ana Isabel Pérez Asenjo, del juzgado número 4 de Donostia, continúa con su instrucción del caso Amaya Zabarte, la aficionada herida en la carga de la Ertzaintza en los prolegómenos del encuentro ante el PSG disputado el pasado 5 de marzo de 2024. Este periódico ha podido confirmar que uno de los agentes del Topo declaró que los agentes les habían informado de que iban a cargar, que escucharon perfectamente las detonaciones cuando lo hicieron y que mientras Amaya era atendida por su marido dentro de la estación, alguno de sus compañeros recogieron cartuchos de balas de foam. Esta versión contrasta con la que mantiene la Ertzaintza, que siempre ha puesto en duda que lo que casi causó la muerte a la herida fuese un proyectil suyo y que aludió que por protocolo tienen prohibido disparar cuando cargan en carrera.

El abogado de la Defensa, Iker Sarriegi, ha vuelto a insistir en que todavía no han tomado a declaración a su testigo principal, una de las dos chicas jóvenes que reconocieron a este periódico que vieron cómo Amaya volaba por los aires tras recibir un fuerte impacto en plena carga policial y que le tuvieron que atender cuando se encontraba malherida en el suelo.

El caso de María Martín

Este pasado lunes, la jueza tomó declaración a María Martín, otra de las heridas en la previa del duelo ante el equipo parisino. En su caso, en las cargas policiales que tuvieron lugar cuando llegaba el autobús de la Real al campo. Al igual que Amaya, las secuelas que arrastra también son graves, porque tiene “como una línea en mi ojo derecho que no se me va a quitar ya en toda la vida al no tener solución, además de una cicatriz en el párpado”.

La donostiarra respondió a las preguntas de una jueza que, al parecer, esta vez sí le puso algo más de interés durante diez minutos y a la pregunta de si vio lo que le había golpeado, dejó claro que no tenía dudas de que lo que recibió fue un pelotazo