zarautz - Cuando empezaron a jugar a rugby, hace más de 40 años, Javier Rey y Juan Carlos Estrada no pensaron “ni por asomo” que su nueva afición iba a convertirse en uno de los deportes más populares de Zarautz. Estrada relata que “de ser una actividad totalmente minoritaria y desconocida en el pueblo ha pasado a ser el tercer deporte de Zarautz después del balonmano y el fútbol. Y cada vez estamos más expandidos”. Y es que, más de cuatro décadas después de su implantación en la villa, el rugby zarauztarra cuenta con un equipo en la segunda división estatal y tiene una estructura de más de 200 jugadores, incluyendo la aportación de las escuelas asociadas de los Beltzak de Lasarte-Oria y de Mutriku. Pero, en opinión de ambos, el principal patrimonio del Zarautz está en las personas, ya que la gran mayoría de quienes han pasado por el club mantienen sus lazos con la entidad. Para Rey, “el mayor hito del Zarautz es el apoyo de la gente que ha dejado de jugar a rugby y que, de una manera o de otra, continúa involucrada y sigue ayudando”. Estrada también coincide: “La gente que tiene vinculación con el Zarautz no rompe nunca con el equipo. Este club tiene algo que no sé describir. Damos mucho amor”.
Estrada, que jugó de apertura, y Rey, que fue medio melé, lo han sido todo en el Zarautz. Los dos estuvieron entre los pioneros del rugby, y después fueron entrenadores, directivos, presidentes... y hoy en día siguen echando una mano a un equipo que ha celebrado en este 2018 su 40º aniversario. El club data su nacimiento en 1978, si bien la creación del equipo fue algo anterior. Ambos discrepan en algunas fechas, aunque Estrada asegura que “teóricamente, hemos cumplido 42 años, incluso igual un poco más. Pero sí fue hace 40 años cuando participamos en nuestra primera liga”.
En la playa y la Munoa
Javier Rey recuerda que “la idea de crear un equipo de rugby en Zarautz nació de Miguel Rodríguez, conocido como Rata. Él estaba entrenando al Zaharrean de Donostia, y trabajaba en una compañía de seguros en Zarautz, junto a Kepa Illarramendi. Entre los dos empezaron que si montamos un equipo, que si no, y contactaron con tres o cuatro cuadrillas. La mayoría no habíamos hecho deporte. Éramos estudiantes, y teníamos entre 16 y 19 años, menos algún directivo. Seríamos unos 20 o 22 jugadores. Nos cambiábamos en la oficina de seguros, que era muy pequeñita, y nos íbamos a la playa cuando había marea baja. Cuando había marea alta, íbamos a la Munoa, que en aquel momento estaba preparado para jugar a balonmano. La gente se ponía alrededor y veía cómo entrenábamos, y así nos dimos a conocer. No había campo de rugby en Zarautz. El Club Deportivo Zarautz solo nos dejaba entrenar en Aritzbatalde cuando terminaba la liga. Rata nos entrenaba y Kepa hacía de directivo, y nosotros intentábamos aprender un nuevo deporte”.
“Después de muchos entrenamientos, en la temporada 76-77, nació el Zarauzko Rugby Taldea”, todavía no integrado en el Club Deportivo Zarautz. Tras varios amistosos ante el Zaharrean -uno de los cuales se jugó sin camisetas-, y otro par de partidos frente al Hernani -con derrota por 8-14 y la victoria por 8-0-, el equipo se sintió preparado para competir por primera vez en la Liga Regional de Gipuzkoa a finales de la temporada 1977-78.
El Zarautz Rugby Taldea también pasó por un momento de incertidumbre. Tras un par de temporadas, Rodríguez “dejó de trabajar aquí y desconectó. Los jugadores reclutaron como entrenador a Josetxo Jiménez, que había conocido el rugby mientras estudiaba en Barcelona y había sido jugador del BUC. Estrada recuerda que el técnico “estaba trabajando aquí, se enteró de que había un equipo en Zarautz y entró”. “Y dijimos Pues lo ponemos de entrenador, porque los demás no sabíamos nada de rugby”, añade Rey.
Además del cambio de técnico, seguía existiendo el problema de encontrar un lugar donde entrenarse, y al año siguiente al equipo le costó arrancar la temporada. En esos momentos emergió la figura de Freddy Lilly, el primer presidente del Zarautz. Lilly había sido un destacado jugador del Atlético San Sebastián, residía en la localidad y se involucró en el equipo por mediación de Illarramendi. Rey destaca la importancia de su figura: “Sinceramente, creo que el rugby funciona en Zarautz sobre todo por él. Quien se dejó el dinero y el amor para que aquí hubiera rugby fue Freddy. Él fue el que nos inculcó el tercer tiempo, la amistad entre nosotros? Los valores del rugby. Todos le estamos muy agradecidos”.
El presidente llegó a jugar algún partido con el Zarautz, y también se enfrentó a su equipo con Lagun Zaharrak, compuesto principalmente por veteranos del Atlético.
Fue una idea de Lilly convertirse en una sección del Club Deportivo Zarautz. La integración del nuevo deporte se aprobó en una reunión celebrada el 29 de marzo de 1979, y supuso el despegue definitivo del club. El primer éxito no tardó en llegar, y en la campaña 1979-80 el equipo se proclamó campeón de la Liga de Gipuzkoa. La continuidad de la plantilla nunca supuso un problema: “El grupo de los jugadores fundacionales se mantuvo bastantes años También éramos muy jóvenes”.
Un apoyo masivo
La unión entre el club y sus exjugadores, o sus familiares, se demuestra en la asociación Amigos del Rugby, un grupo que nació en 2009 “para desahogar un poco el trabajo de la directiva” y que preside Juan Carlos Estrada: “Estamos para ayudar”.
La asociación cuenta con unas 350 personas dispuestas a echar una mano al club, entre padres de jugadores, exjugadores.... Rey considera que “son una figura fundamental. Que tanta gente que ha vivido el rugby sea capaz de seguir ayudando, cuando personalmente ninguno tenga ya esa necesidad, me parece increíble. Yo, por ejemplo, llevo 30 años desvinculado del rugby, pero el club sabe que puede recurrir a mí cuando tiene la necesidad de buscar un patrocinio”.
Estrada explica que los voluntarios trabajan “en la cantina, en la txozna, vendiendo boletos, asistiendo a partido o colaborando con Aspanogi -la Asociación de Padres de Niños Oncológicos de Gipuzkoa-. Antes de montar Amigos de Rugby, iban a los partidos unas 60 personas. Ahora va un promedio de 300. El rugby es familia. Vienen los aitonas, los padres, los amigos, los hermanos... vienen a animar y a disfrutar del espectáculo”.
Uno de los eventos que más esfuerzos requiere para la sección es la Feria de la Cerveza, que es una de las principales fuentes de ingresos de la entidad y que obliga a movilizar a entre 175 y 200 personas: “Se involucra todo el mundo: Padres, amigos, jugadores...”. Eso sí, otras actividades de la asociación son más llevaderas: “Asistimos a los partidos del Zarautz, hacemos reuniones gastronómicas en alguna sociedad para intercambiar ideas, y tenemos la obligación de ir a algún partido de la Heineken Cup o de Francia. Nos auto obligamos”.
Javier Rey quiso destacar también la importancia de los patrocinadores, “que han ayudado mucho” al crecimiento del club. El cocinero Karlos Arguiñano, por ejemplo, “lleva colaborando con nosotros 24 años, siempre utilizando marcas diferentes. Cuando no había nadie, siempre estaba él. Babyauto es actualmente el principal sponsor del club, y “le ha dado la posibilidad de dar el salto de calidad de las últimas temporadas”.
Un ascenso complicado
El equipo zarauztarra no tardó en acceder a una competición de ámbito estatal. En la temporada 1980-81 ya alcanzó a la segunda división española, pero durante la mayor parte de su trayectoria militó fundamentalmente en las ligas de Euskadi y de Gipuzkoa, así como en la tercera categoría estatal, y no consiguió escalar de nuevo hasta la División de Honor B hasta 2013.
Los mayores éxitos deportivos del Zarautz todavía están frescos en la memoria de los aficionados. En 2015 y 2016, con Fran Puertas en el banquillo, el Zarautz se proclamó campeón de su grupo y peleó por ascender a la máxima categoría estatal, y en 2017, con Phil Huxford como técnico, fue tercero y volvió a disputar el play-off.
Estrada considera que al club “todavía no le ha llegado la mayoría de edad para pegar un salto cualitativo hacia arriba. Se necesita potenciar más la escuela y que tenga cantidad y calidad. Razonando las cosas, hoy en día es inviable”. Eso sí, el antiguo apertura confía en la calidad de la cantera y está convencido de que “van a venir buenos tiempos”. La escuela de rugby de los Beltzak de Lasarte-Oria colabora con el Zarautz desde hace cerca de dos décadas, y sus jugadores se incorporan al club zarauztarra en las categorías más altas. Esta campaña, además, la escuela de Mutriku también se ha sumado a la cantera de Asti.
El club trabajó desde muy pronto con las categorías inferiores. En la temporada 80-81 ya estaba en marcha. Rey explica que “fue un trabajo de Juan Carlos y mío, que nos involucramos bastante”. El apertura reivindica que tuvieron que luchar contra los prejuicios sobre el rugby: “Tuvimos que pelear durante 25 años para que la gente entendiera que no nos íbamos a matar, y ahora viene más gente a ver al rugby que al fútbol”.
Rey también ve complicado para el primer equipo “alcanzar el nivel de 2015 y 2016. Pueden estar contentos con lo que han hecho. Yo creo que subir a una categoría superior es ahora mismo imposible. Incluso, si deportivamente lo pudiéramos conseguir, el salto es importante. Lo bonito es pelear por volver a la fase de ascenso. Es un regalo para los jugadores. Y después, si se sube, plantearle el problema a la directiva. Yo me apunto, Y, mientras tanto, seguiremos disfrutando de la cantera y de los partidos”.