Nadie como Joanes Bakaikoa. A su espalda, una estela brillante. Cuerpo de plata, ambición de oro. Polvo de estrellas. Surfista entre galaxias. Pura ambición. Nadie como él. Este sábado sumó su sexta txapela en Segunda, la del Manomanista. No hay un individualista de su talla en la categoría. Es el actual campeón del Cuatro y Medio –tiene tres cetros– y con la conquista del Labrit de Iruñea se eleva con los mismos guarismos a toda la cancha. El delantero de Etxarri-Aranatz es la prueba del algodón, el último hombre en pie. Aliento largo, maratoniano.
Bakaikoa se alió con el saque –sumó siete– para desmontar a Asier Agirre, otro que tal baila. El de Arrotxapea danza en la misma liga, la de la bisagra: entre Primera y Segunda, pero con excedente de talento y desgaste. Ejemplares.
Partido largo y peloteado
Los pronósticos de partido largo y peloteado se cumplieron de pleno. 44 pelotazos en los dos primeros tantos. En el 2-7, donde se contabilizaban cuatro saques de Bakaikoa, se elevó la cuenta a 105. En total, se cruzaron 347. Ritmo, velocidad, fallos, defensa a prueba de bombas. Ingredientes de sobra.
Agirre arrastró el 2-8 inicial hasta el final. A contrapelo. Peleó por remontar del 8-16 al 14-16 atado al sotamano y la agresividad con la derecha, pero Joanes no perdió el horizonte. El 15-19 fue un buruzgain del iruindarra. Después, tres saque-remates de Bakaikoa cerraron la final. Cierre relámpago para la guerra de los cien años.