bilbao - Al fin dueño de su destino en el Movistar, sin obligación de servir a nadie, Mikel Landa (13 de diciembre de 1989, Murgia) acude al Tour luciendo galones y dispuesto a demostrar todo su potencial en la carrera más prestigiosa del mundo. Es su momento. Aquí y ahora.
Llega la hora de la verdad.
-Sí. Por fin.
¿Tenía ganas?
-La verdad es que sí porque llevo todo el año enfocado al Tour. He trabajado bien. No he tenido ningún percance que me haya hecho cambiar de planes. Físicamente estoy muy bien, las sensaciones son muy buenas y mentalmente estoy fresco, con mucha ambición.
Es el primer Tour que corre como favorito a todo. ¿Cómo lo lleva?
-Lo llevo bien. Muy ilusionado. Si la gente me ve así, entre los favoritos, yo encantado.
Siendo líder se le exigirá más.
-Sí. Pero es un incentivo para mí. Si me piden más es porque ven que puedo darlo y que la gente esté detrás de mí, me gusta. Puede que decepcione a alguien si las cosas van mal, pero es lo que hay. No pienso que vaya a ocurrir. Pienso en positivo.
¿Cuál es su objetivo para este Tour?
-Mi objetivo sería estar disputando el Tour hasta el final. Lograr la victoria es algo difícil y solo lo logra uno, pero mientras se pueda, me gustaría ser parte de la carrera hasta el final.
Froome ha sido absuelto por la UCI. Estará en el Tour. ¿Es más favorito ahora?
-Antes y ahora Froome es el gran favorito para ganar el Tour.
¿Cuál es su apuesta a ganador?
-Mikel Landa. Tendré que apostar por mí. Si no, a ver quién lo hace (risas). Creo que es el Tour más abierto de los últimos años. Estamos bastantes candidatos con opciones a ganarlo.
¿Qué le hace pensar que es más abierto este Tour?
-Desde mi punto de vista creo que Froome ya no tiene esa superioridad que tenía antes, que Bardet está creciendo, que Richie Porte sigue ahí, Yates están creciendo? Veo que hay más igualdad que otros años. Ojalá sea el Tour de la generación que estamos ahí, pidiendo paso.
Al fin, ‘FreeLanda’.
-Sí. (Risas). Al fin estoy en un Tour con la opción de jugármela.
Llegados a este punto, deduzco que para usted no hay coartadas.
-La verdad es que no puedo poner ninguna excusa. Llego muy bien de forma y con un muy buen equipo apoyándome. No hay excusas. Tengo la madurez y la experiencia de otros años. Es un buen momento.
Serán tres líderes. Usted, Quintana y Valverde. Son el único equipo con una configuración de ese tipo.
-Es algo poco habitual, la verdad. No es lo normal, pero creo que si salvamos esos primeros nueve días bien, sin ningún percance, va a ser una baza importante a jugar, tener que controlar a tres escaladores en montañas duras va a ser muy complicado para los demás. Creo que podemos obtener mucha ventaja sobre el resto.
Desde fuera da la impresión de que en Movistar hay demasiado general y poco soldado raso.
-Se puede ver así si cogiésemos el liderato el primer día del Tour. Sería complicado controlar la carrera. Además tenemos otro cuarto corredor, como Soler, que no es un gregario.
Tanto usted como Quintana aspiran a todo, ¿están definidos los roles?
-Nairo tiene más experiencia y ha estado en el podio del Tour en tres ocasiones. Él tiene esa ventaja, pero iremos día a día y veremos cómo se desenvuelve cada uno en la carrera.
¿Cómo es su relación con él?
-Nos entendimos bien en la Vuelta al País Vasco y en Suiza. Somos dos corredores que vamos al ataque, escaladores, muy parecidos, pero nos estamos complementando bien.
¿Cuáles considera que son sus rivales?
-Para mí, el candidato máximo es Froome. Acabó muy bien el Giro y creo que al Tour va a llegar muy, muy bien. Luego está Nibali, que ha ganado un Tour y siempre es peligroso. Aunque no esté con los mejores en las subidas, te la puede liar en cualquier sitio, y luego están Richie Porte y Bardet. Bardet ha hecho podio en los dos últimos Tours y con un recorrido tan montañoso seguro que está delante. Richie Porte es un corredor al que todos tenemos miedo. No ha estado en ningún podio de una grande, pero es un corredor con muchísima calidad.
¿La clave para derrotar a Froome pasa por desarticular al todopoderoso Sky?
-Sí. Es un equipo fortísimo y Froome se refugia muy bien en él. Froome ha ganado también porque tiene el mejor equipo. Creo que las opciones para el resto de equipos pasan por aislarle de su compañeros y jugar un cara a cara con él. Mientras el tenga dos o tres compañeros para arroparle, es muy difícil hacerle daño.
¿Considera que los ataques de lejos son la opción para hacer daño a Froome?
-Puede que sí. Los ataques de lejos obligan a los equipos a trabajar más. Este año hemos visto muchas carreras que se han decidido con ataques desde lejos.
¿Cree que ese puede ser el nuevo ciclismo, el del ataque lejano?
-Puede ser. Ahora hay bastante igualdad entre líderes. En cualquier carrera se juntan diez líderes con aspiraciones de ganar y esa cantidad de corredores hace que ese tipo de ataques se puedan dar y que sean exitosos.
¿El hecho de que haya un corredor menos por equipo ofrece más alternativas?
-Quizás sí. Con un corredor menos es más difícil controlar las carreras.
Usted corrió en el Sky dos temporadas. Conoce el equipo. ¿Le puede otorgar una ventaja a la hora de correr contra ellos?
-Sí. He estado con ellos dos años y he aprendido dónde se encuentran ellos cómodos cuando corren. Saber cómo puedes sacarles de esa zona de confort puede ser una ventaja.
Aunque Froome haya tenido una semana más para preparar el Tour, ¿es más fácil batir al británico después de la paliza que se ha pegado en el Giro?
-El hecho de que haya una semana más no sé si es bueno o malo. Después de una grande siempre es difícil mantener la concentración. Acabó muy fuerte y creo que llegará fuerte. Pero ojalá que ese esfuerzo que hizo en el Giro lo pueda pagar la última semana y note la fatiga.
Esa última semana es durísima.
-Sí, tanto por la montaña como por la contrarreloj, que es muy exigente. Va a ser una semana muy completa.
¿Qué le parece el trazado del Tour?
-Me parece muy completo. Los escaladores no nos podemos quejar porque tenemos mucha montaña, con etapas muy duras y mucho desnivel acumulado. El único inconveniente que pondría en mi caso son las primeras etapas, que son peligrosas.
Hasta la novena etapa, en la que se las verán con los adoquines, se agolpan la contrarreloj por equipos, el Muro de Bretaña, días con riesgo de abanicos, tensión y velocidad.
-Esas etapas van a ser muy tensas. La cuestión es salir sin percances de ahí. Al principio somos muchos los que queremos estar delante y todos nos vemos capaces de ganar. Va a ser complicado salvar esa semana.
¿Salir sin problemas será clave para el resto del Tour?
-Sí, por supuesto. Está claro que perder algún segundo, algún día, no es vital, pero lo que sí que está claro es que hay que salir sano de ahí, sin ninguna caída, sin que te hayas dejado ninguna minutada. Si no sales con opciones de esos días, no tienes nada que hacer en el Tour.
Usted reconoció la etapa de los adoquines. ¿Sigue temiéndola?
-Tengo mucho respeto a esa etapa. Haberla visto antes te da para hacerte una idea, el feeling de lo que te vas a encontrar. El problema de ese día es que no depende de lo que haga uno mismo. Puede haber caídas, enganchones o un pinchazo que te deje fuera. Hasta que no pasemos ese día creo que no nos vamos a relajar.
El Tour que usted quiere empieza después de eso.
-Hasta entonces el objetivo es sobrevivir y a partir de ahí, saldremos a otras cosas: a intentar ganar.
A continuación aguardan los Alpes.
-En la parte italiana me han ido muy bien y en la parte francesa espero que también. Son etapas complicadas. Para mí, fenomenal.
De postre, los Pirineos.
-A mí especialmente me gustan etapas duras y que sean largas. La de 65 kilómetros, con tres puertos, no me gusta demasiado, pero hasta que no la pase no sabré si me va bien o mal.
Para el cierre, justo antes de París, está la crono individual entre Senpere y Ezpeleta. Supongo que la conoce.
-Sí. Es una crono muy exigente.
¿Ha mejorado las prestaciones en la lucha contra el reloj?
-La verdad que este año no he mejorado. Me he estancado un poquito, pero esa última crono del Tour depende de cómo llegue uno de fuerzas. Además, el recorrido, con mucho desnivel, no será para especialistas.
En buena medida el Tour se decidirá en Euskal Herria, ¿eso le dará un plus en lo emocional?
-Mucho. Los días que he estado mirando el recorrido ya notas ese feeling de saber que corres en casa. Me gusta mucho y seguro que cuando el Tour pase por ahí, será muy especial.
¿Usted era de los que iba a la cuneta a animar a Euskaltel en el Tour?
-Recuerdo que estuve un año en Hautacam. Eran unas excursiones muy bonitas porque te juntabas con los chavales con los que corrías en el equipo. Íbamos todos juntos. Salíamos a la tarde, hacíamos noche en el puerto y al día siguiente, a disfrutar del ambiente que suele haber antes de que pase el pelotón, con la caravana publicitaria, la gente subiendo... La verdad es que tengo ganas de volver a la cuneta. Antes de retirarme, aunque no sea en el Tour, estaré en alguna cuneta animando en el Giro o en la Vuelta.
¿Cuando usted era chaval e iba a animar, soñaba con estar algún día disputando un Tour?
-Nunca lo pensé. Ni lo soñaba entonces. He sido alguien que he vivido día a día. Ni me lo imaginaba.
¿Cuál es su primer recuerdo del Tour?
-Mis primeros recuerdos son de cuando estaban Mayo y Zubeldia disputando el Tour. Estaba Beloki también por ahí. Anteriormente a eso no recuerdo prestarle atención al Tour. Por esa época empecé a andar en bici y me enganché.
¿Era de los que echaba la siesta cuando la etapa era aburrida?
-Sí. Solía verlo por la tele con mi padre y cuando estaba divertido bien, y si no, a otra cosa.
Usted ha sido siempre muy fan del Giro. ¿Qué es lo que le ha enganchado del Tour?
-Del Tour me ha enganchado el reconocimiento que te da. Es la carrera más importante que existe en el ciclismo. Incluso la gente que no es muy aficionada al ciclismo, la sigue. Te da mucho reconocimiento y esa parte de ego nos gusta a todos.
¿Aún le da vueltas al segundo que le dejó sin podio?
-Ahora ya no mucho. A medida que se acerca la carrera estoy motivado y sé que puedo estar cerca de esa lucha. Sin correr para mí, me quedé muy cerca. Corriendo para mí espero lograrlo. Soy optimista.
El pasado año realizó una gran etapa en Foix junto a Contador. ¿Es el mejor recuerdo de la carrera?
-Ese día me dejó un buen sabor de boca, la verdad. Más que nada porque el resultado acompañó mucho. La etapa anterior la de Peyresourde también me encontré muy bien.
En este Tour, el enfoque es diametralmente opuesto. No es lo mismo trabajar para alguien que tiene en mente ganar la carrera o que sea uno mismo el que quiera ganarla.
-Es completamente distinto. Al final, todos somos un poco egoístas y queremos ganar la carrera. Mientras haya opciones lo intentaremos. El día que no las haya, ya trabajaré para otros sin problema.
Al observar la participación vasca del Tour, son prácticamente todos hijos de la Fundación Euskadi. ¿Echa de menos aquel equipo?
-Sí, la verdad. Ahora vemos el fruto y el legado que dejó la Fundación. Salieron muchos corredores. Están Castroviejo, Ion y Gorka Izagirre, Mikel Nieve, Omar Fraile, Sicard y yo. Eso te da qué pensar.
¿Su sueño sigue siendo capitanear ese equipo con los ciclistas citados y alguno más en el Tour?
-Visto así sería un equipazo. Sería algo muy bonito tener un equipo así en el Tour, pero es complicado. Hay que pensar que en dos o tres años se puede terminar. Estamos en el límite de seguir empujando esto para que dentro de cinco años no falten corredores euskaldunes en el Tour.
Calidad no falta, desde luego.
-En los campeonatos de España ya se ha visto que los euskaldunes siguen dando mucha guerra. Castroviejo ganó la contrarreloj y los Izaguirre fueron plata y bronce. En ruta ganó Gorka y Omar Fraile fue tercero. En sub’23 venció Elosegui. Todos han pasado por la Fundación.
Es el presidente de la Fundación Euskadi. ¿Dará otro paso el equipo el próximo año?
-Estamos trabajando en mantener lo que tenemos y en reforzar la estructura. Ya veremos dentro de unos meses los corredores que tenemos y si contamos con el nivel para esperar algo más.
¿Cómo recibió las críticas por parte del Murias de que la Fundación y Orbea, su socio preferente, ponen palos en las ruedas de su proyecto?
-Es desagradable. Yo solo pienso en sumar desde la Fundación Euskadi. Bastante tiempo invierto en esto y no lo hago para destruir, desde luego. Solo invierto para crear y no voy a perder el tiempo en enfrentarme a nadie.