Zeljko Obradovic levantó su primera Copa de Europa en 1992. En su primer año como entrenador llevó al Partizan Belgrado a levantar el máximo título europeo de clubes de baloncesto. 26 años después, el técnico de Cacak vuelve a su casa, a la capital de Serbia, a la meca del baloncesto balcánico, con la intención de lograr desde mañana su décima Euroliga. Y lo hace al frente del Fenerbahçe, el actual campeón, al que el año pasado condujo al primer trofeo europeo de su historia. Obradovic ha ganado con el Partizan, con el Real Madrid, con el Panathinaikos y con el Fenerbahçe y lo quiere seguir haciendo en una Final Four en la que tendrá como rivales a tres de sus alumnos más aventajados. Será la lucha de maestro contra los discípulos, un hecho poco común en el baloncesto europeo y que habla del carácter ganador que Obradovic ha transmitido a todos los que han compartido trabajo con él en todos estos años.

El Fenerbahçe jugará la primera semifinal (18.00 horas) ante el Zalgiris Kaunas, la gran revelación de la temporada, que vuelve a la gran cita 19 años después. Lo ha hecho gracias a la gran labor en el banquillo de Sarunas Jasikevicius. El exbase lituano jugó tres temporadas para Obradovic en el Panathinaikos, con el que ganó la Euroliga en 2009. En el Jasikevicius entrenador se aprecian muchos rasgos de su ahora colega en la manera de tratar a los jugadores, que mezcla la exigencia y el respeto, y en la capacidad para extraer el máximo rendimiento a una plantilla hecha con mucho menos dinero que otras. Pero Saras ha convencido a sus jugadores de que es todo es posible, incluso destronar al campeón siendo la cenicienta del torneo. “No vamos de paseo”, advierten los lituanos, que han encontrado un mezcla perfecta de jóvenes y veteranos.

El Zalgiris no se conforma con haber llegado a Belgrado y buscará de la mano del base canadiense Kevin Pangos, la extensión de Jasikevicius en la cancha, la manera de tumbar todos los pronósticos, aunque no será fácil que Obradovic se deje sorprender. Pese a perder a piezas básicas como Bogdan Bogdanovic o Ekpe Udoh, el técnico serbio ha logrado armar de nuevo un Fenerbahçe muy sólido que parece, además, más versátil que el la de la temporada pasada gracias a jugadores como Melli, Wanamaker o Guduric.

La segunda semifinal (21.00 horas) será un choque con tintes históricos entre dos transatlánticos: el CSKA Moscú y el Real Madrid. Los rusos juegan su decimoquinta Final Four en 16 años y quieren volver a ganar dos años después de romper un maleficio que arrastraban desde 2008. Dimitris Itoudis, su entrenador, fue durante trece años asistente de Zeljko Obradovic en el Panathinaikos y el año pasado ya se enfrentaron en la final.

El CSKA suplió la marcha a la NBA de Milos Teodosic con Sergio Rodríguez sin que el rendimiento colectivo se haya resentido. El canario les ha dado otras variantes y más capacidad anotadora, aunque los rusos siguen contando con un bloque muy estable y reconocible. Solo las lesiones de Nando De Colo y Kyle Hines, que les hace llegar algo justos a Belgrado, pueden sembrar algo de inquietud en el equipo que acabó primero en la fase regular.

la oportunidad del real madrid Pero si alguien puede hablar de lesiones es el Real Madrid que ha llegado a la Final Four con mucho mérito tras pasar por muchos cambios obligados en su plantilla y dejar fuera al Panathinaikos en el play-off con el factor cancha en contra. Pablo Laso, que en sus dos años como jugador del Real Madrid fue entrenado por Obradovic, busca llevar a los blancos a su segunda Euroliga bajo su mandato, que sería también la décima de su historia.

El técnico gasteiztarra cuenta para ello con un baza destacada: el regreso de Sergio Llull tras u grave lesión de rodilla ha añadido calidad y carácter al grupo en el momento clave de la temporada. Además, Gustavo Ayón, Rudy Fernández y Jaycee Carroll están en un punto óptimo de forma, Luka Doncic, que agota sus últimas semanas en el equipo antes de irse a la NBA, ha superado un bache y puede verse descargado de presión con la ayuda de Llull, y solo falta que Anthony Randolph encuentre su punto para completar el puzle blanco. En todo caso, el Real Madrid tiene un duro escollo en semifinales, pero cuenta con una plantilla que puede adaptarse a cualquier tipo de formato que le proponga el rival y eso es una ventaja en este tipo de torneos a cara o cruz. Después de todo lo que ha pasado su equipo para llegar a Belgrado y con la mayoría de ellos sanos, Pablo Laso espera que sus jugadores “tengan la convicción de que esta Final Four puede ser una gran oportunidad para nosotros”.

Como jugador ganó cuatro Euroligas con tres equipos distintos, una de ellas con Obradovic. Lleva dos cursos como técnico del Zalgiris, al que ha devuelto a la élite europea.

Jugó dos temporadas para Obradovic y esta es su quinta Final Four en siete campañas como entrenador del Real Madrid. Ya ganó la Euroliga en 2015.

Fue ayudante de Obradovic durante 13 años en el Panathinaikos y desde 2014 dirige al conjunto ruso. Hace dos años, se llevó su primera Euroliga con el CSKA.