donostia - Tiesj Benoot es joven, muy joven. Apenas tiene 23 años. El miércoles cumplirá 24. Para celebrarlo, el belga se regaló la Strade Bianche en Siena. Benoot (Lotto) descorchó el mejor presente por inesperado y fabuloso en la Piazza del Campo, donde los vecinos compiten en el Palio; una carrera de caballos donde se defiende el orgullo de los barrios. Honor y gloria. La misma que degustó Benoot tras quitarse el barro de la boca, el bouquet que dejó la monumental clásica toscana. En una Strade Bianche pintada de marrón, con el sterrato enfangado, convirtiendo el avance en una acto de fe, Benoot, joven, irreductible, creyó más que nadie. El belga se impulsó con la pértiga de la ambición para derrotar a todos, también a la memoria, en una clásica que agitó la épica: lluvia, barro, frío... Su mejor triunfo fue un viaje iniciático en una carretera de ciclocross. Benoot moldeó la Strade Bianche, el mejor alfarero de la Toscana.

El belga, imberbe, alcanzó el cielo en Siena con el rostro de un anciano, apaleado por una clásica tremenda, que descubrió a Bardet en su perfil de clasicómano y a Wout Van Aert, campeón del mundo de ciclocross. En un escenario embarrado, Van Aert, el arcoíris de la especialidad, mostró su colorido. Bardet y Van Aert acompañaron a Benoot en el podio.

Antes compartieron plano, cuando la clásica, agarrada por el relato épico de las grandes epopeyas, era imposible para Valverde, Sagan, Stybar o Kwiatkowski, que se quedaron con el molde cuando Bardet desplegó su mejor versión. Al francés le rastreó Van Aert, cómodo en el ecosistema del barro. Fue el belga el que puso el bozal a Valverde, que se disparó en Monte Sante Marie, cuando restaban casi 50 kilómetros. Bizqueando los favoritos, entre arenas movedizas, Bardet y Van Aert se dieron a la fuga. Benoot y Serry ataron sus destinos e iniciaron la persecución a través de la Toscana y sus afamados viñedos. La clásica tenía el paladar y el carácter de los grandes vinos. Benoot se etiquetó como un gran reserva. Se desanudó de Serry. Por delante, Bardet era el guía de Van Aert, ambos rebozados por el sterrato, que solo dejaba ver la mirada, las pupilas del sufrimiento.

Los ojos de Benoot, el joven que fue quinto es su debut en el Tour de Flandes años atrás antes de diluirse durante varias lunas, eran de pasión. Se vinculó a Bardet y Van Aert. Se aireó lo suficiente el belga antes de abrir el fuelle y quemar a Bardet y Van Aert. Benoot fue un torbellino en el tramo definitivo de sterrato. En esa colina de barro, de frío y hiel, el belga se encendió. Crucificó a Bardet y Van Aert, arrugados, desencajados, ante la determinación de Benoot, fuerte como un percherón, al galope, desbocado. “Miré el hueco con Bardet y Van Aert y decidí dar continuidad a mi ataque”, explicó el belga, sin sombra en la entrada a Siena, con ese porte de piedra y medievo de la vieja aristocracia, donde Benoot se quitó la máscara de barro. Rompió el molde.

Clasificación

1. Tiesj Benoot (Lotto)5h03:33

2. Romain Bardet (Ag2r)a 39’’

3. Wout Van Aert (Veranda’s)a 58’’

4. Alejandro Valverde (Movistar)a 1:25

5. Giovanni Visconti (Bahrain)a 1:27