IRUÑEA - “Esto no es un adiós”, dice Juan Martínez de Irujo (Ibero, 1981). Es el final de una exposición, de una rueda de prensa dilatada durante poco más de quince minutos, en los que el pelotari de Ibero anunció que se veía obligado a dar un anuncio por un problema importante. Pero él no quiere que sea un “adiós”. Ni una despedida. A Martínez de Irujo, que lleva de baja desde la final del Parejas del 29 abril al haber sufrido una triple fractura en el dedo corazón de su mano derecha, le fue detectada una dolencia cardíaca a finales de mayo y esta cardiopatía le tendrá fuera de las canchas hasta nuevo aviso en una “baja temporal”. José María Urrutia, en nombre de los servicios médicos de Aspe, no quiso hacer público qué clase de problema en el corazón tiene el delantero de Ibero ni incidir en los detalles de la lesión del manista.

“Quiero contar que me ha salido una dolencia cardíaca, que es una lesión, que no es concluyente. Estamos a la espera de más valoraciones”, comenzaba Martínez de Irujo en una nube de flashes. Apostillaba el puntillero de Ibero que salía a la palestra pública por “el respeto a la afición pelotazale, a los que están conmigo, a los que me quieren. Estoy pasando malos momentos, espero que se me entienda y se me respete. Llevamos unas semanas con esto y no está siendo fácil. Si salgo aquí, repito, es por el respeto a los pelotazales, a mis seguidores y a los que están conmigo”.

Ese era el inicio de una rueda de prensa misteriosa hasta que Juan desveló la razón. No obstante, de la presencia de Fernando Vidarte, administrador único de Aspepelota, y el médico de la operadora de Eibar se podían extraer conclusiones de que el estado físico del pelotari podía encontrarse en una situación delicada. “Quiero recalcar que es una baja temporal y que mi ilusión es volver a vestirme de blanco y volver a jugar a pelota, que es lo que más me gusta”, añadió el puntillero, que es consciente de que, debido a los problemas en el corazón, puede haber disputado ya su último enfrentamiento en el profesionalismo, pese a que se trata de una situación no definitiva. Irujo se mantuvo cauto y manifestó no ser ni “optimista” ni “pesimista” respecto a su futuro.

De baja desde abril, saltó la liebre después de realizar las pruebas físicas y médicas rutinarias de Aspe en el IMQ San Miguel de Iruñea “a finales de mayo o principios de julio”. Le controlaron el corazón en una prueba que consistía en correr en cinta con unos electrodos que se dedicaban a valorar el estado cardíaco sin entrar en fases de esfuerzo. Contó Martínez de Irujo que “me hicieron las pruebas de la empresa y saltó la sorpresa”. Así las cosas, desgranó el iberoarra que “desde entonces, llevamos dándole vueltas a la cabeza y buscando todo tipo de sitios para ver más valoraciones y ver qué es lo que pasa y si que esto acaba bien”. “No soy ni optimista ni pesimista, me pongo en los dos lados. Ni me voy a hacer ilusiones de que voy a jugar, ni de que no voy a jugar. Quiero esperar. Quiero ser prudente. Después, los médicos y yo decidiremos”, manifestó el delantero de Ibero, uno de los mejores pelotaris de la historia, y agregó que “nunca había tenido síntomas. Después de que te dicen lo que puede haber, notas alguna cosa más”.

En este sentido, la dolencia cardíaca de Martínez de Irujo, visiblemente tenso ayer antes de la rueda de prensa en el Hotel Tres Reyes de Iruñea, ha supuesto una Espada de Damocles sobre la testa de iberoarra desde el primer momento. De hecho, cuestionado sobre el día que se enfrentó al diagnóstico, Irujo concretó que “no fue nada agradable”. “Me empecé a preguntar por qué me pasaba eso a mí. Ni me acuerdo ya de ese día”, sostuvo. Aun así, el fantasma del problema ha seguido patente en su día a día. “Claro que tengo miedo. Tengo que seguir entrenando a cierto nivel, sin llegar al límite, por supuesto. Cuando me pongo el pantalón y salgo a correr, sufro. No es solo el sufrimiento que tengo a la hora de hacer la actividad, también me pasa cuando me paro o antes. Hay días que son para mí un sinvivir. No solo para mí, sino para toda la gente que está a mi alrededor”, afirmó el iberoarra.

Búsqueda internacional A pesar de que ahora mismo Juan Martínez de Irujo se encuentra a la espera de los últimos resultados de las pruebas cardiológicas a las que se está sometiendo, la intención del pelotari y su entorno es apurar todas las opciones de recuperación para volver a vestirse de blanco. “Todo está en valoración de los médicos. Me voy a mover a nivel internacional, pero actualmente hay que esperar. Por ahora soy baja temporal”, recalcó el de Ibero, que hizo hincapié durante toda la rueda de prensa en que no se trata de una retirada de la pelota a mano profesional.

Pero, debido a los riesgos derivados de su dolencia, tendrá que tomar por ahora una etapa de reposo temporal. Desde los servicios de cardiología consultados por los galenos de la empresa, Martínez de Irujo debe evitar el “esfuerzo físico extremo” hasta que se vayan puliendo las dudas sobre la dolencia del manista navarro, buque insignia de la operadora de Eibar. En este sentido, los doctores consideran que “puede hacer una vida normal”.

De todos modos, preguntado el pelotari sobre las diferentes opciones que tiene por delante, confesó que “no me quiero hacer ni a una idea ni a la otra”. Es decir, que, al optar por que solamente sea “temporal” la baja, no contempla que pueda ser un problema futuro que le retire definitivamente de las canchas, cuestión aún alejada de la realidad. Por ello, tanto manista como empresa quieren quemar todos los cartuchos posibles.

Terminó Martínez de Irujo hablando sobre el adiós y sobre él mismo. “Quiero recalcar que esto no es un adiós. Es una baja temporal, me están haciendo pruebas a la espera de más valoraciones. He sentido la necesidad de contarlo, porque por ahí se estaba especulando con muchas cosas. Por amor a la pelota estoy aquí”, dijo el pelotari, una vez terminado el turno de preguntas de los medios de comunicación.

En la sala, hubo lágrimas, no del huracán de Ibero, pero sí de alguno de los amigos y conocidos que le acompañaron en el trance de ayer. Entre ellos estuvieron Miguel Pozueta, presidente de la Federación Navarra de pelota vasca, miembros de la directiva y Ruben Goñi, gerente del Instituto Navarro del Deporte y Juventud del Gobierno de Navarra.