donostia - El Gipuzkoa Basket tuvo cerca lo que hubiera supuesto toda una proeza, ganar al líder de la Liga ACB, un Unicaja que acabó imponiendo su calidad en Illunbe pero que tuvo que luchar de lo lindo ante un rival, el conjunto dirigido por Jaume Ponsarnau, que se dejó hasta la última gota de sudor en el empeño. No tuvo premio, ya que acabó perdiendo por 72-76 después de no gestionar bien las últimas posesiones, pero el GBC confirmó que está otra vez en la buena línea. Ganar al Andorra y plantar cara al Unicaja son señales claras de que la mala racha anterior -derrotas contra Murcia, Estudiantes y Real Madrid- ha quedado en el olvido y que el cuadro guipuzcoano está listo para afrontar la recta final de la campaña, que se abrirá tras la disputa de la Copa y en la que tratará de amarrar la salvación. Desde luego, si mantiene el nivel de ayer, no tendrá problemas para seguir un año más en la ACB.

El día, que acabó con la satisfacción de comprobar el esfuerzo del GBC aunque con la lógica decepción por no haber podido rematar la faena, había empezado de la peor manera posible, ya que David Doblas se resbaló en el calentamiento y se torció el tobillo, lo que le impidió estar junto a sus compañeros en el inicio del partido. Las dos históricas rachas del pívot -la de 225 encuentros consecutivos disputados, más que nadie en la competición, y la de haber jugado todos los partidos del Gipuzkoa Basket en la ACB- estaban en el aire. Pero sobre todo su ausencia dejaba al equipo sin el sostén interior. Ponsarnau apostó por Huskic en el quinteto inicial y el equipo lo acusó en exceso. Hasta el punto de que Golubovic, el cinco del Unicaja, metió 14 de los primeros 16 puntos de su equipo y el GBC se vio once puntos por detrás en el minuto seis (7-18). Enésima oportunidad que desaprovecha Huskic, muy blando en defensa y que tampoco sumó en ataque.

Entre una cosa y otra el partido estaba muy cuesta arriba, pero el equipo reaccionó aferrándose a su mejor arma, la defensa. Y en ataque Jordan tomó las riendas, lo que se tradujo en tres asistencias del americano de las que se aprovecharon Dani Díez, Iarochevitch y Olaizola, culminando el MVP de la pasada jornada un parcial de 8-0 con un palmeo que dejó el marcador en 15-18 al término del primer cuarto.

Jordan anotó la primera canasta en juego del segundo acto y luego Grimau tomó la iniciativa con tres canastas consecutivas que dieron la delantera al GBC (24-22). De estar once por debajo en el minuto seis y pensar en una posible paliza en contra se pasó a un escenario completamente opuesto, mucho más positivo, en el que los hombres de Ponsarnau se sentían cómodos en defensa y encontraban alternativas en ataque. Un triple de Dean, dos tiros libres de Olaizola y una acción individual de Franch alargaron el dulce momento del conjunto local, que se puso con ocho puntos de ventaja (31-23) gracias a un parcial de 24-7. Buena parte del mérito recae en tres de los menos habituales: los citados Olaizola, Grimau y Franch, que si otras veces han sido criticados por su escasa aportación, merecen en esta ocasión el reconocimiento por el buen nivel exhibido frente al líder. El pívot hizo olvidar por momentos a Doblas, mientras que el base encontró la inspiración atacante y el escolta confirmó que puede ser un gran sexto hombre en la segunda vuelta.

vuelve doblas Un triple de Iarochevitch dio la máxima renta (34-25) al GBC, aunque el Unicaja logró apretar el marcador al descanso (38-34). Se esperaba que en la reanudación el conjunto malagueño reaccionara, pero Ponsarnau tenía un as en la manga, ya que puso en liza a Doblas, al parecer recuperado de esa torsión en el tobillo. El capitán mantuvo a raya el juego interior del Unicaja y el GBC se mantuvo por delante en el marcador gracias a un extraordinario esfuerzo defensivo, que complicaba cada acción atacante del equipo entrenado por Joan Plaza. El tercer cuarto, por tanto, fue muy trabado, con defensas muy férreas y poca inspiración. Jordan, con un triple y un tiro de dos, fue el más productivo dentro de unos minutos que tensaron el encuentro y apretaron un poco más el marcador (50-49).

El Unicaja subió un peldaño más su intensidad y empezó a poner en serios aprietos al GBC, al que le empezaba a costar mucho encontrar algún hueco para anotar, pero Doblas se las ingenió para mantener a su equipo en el partido gracias primero a un triple al borde del final de posesión y luego a una canasta de dos precedida, cómo no, de una asistencia de Jordan (55-54). Surgió entonces Vasileiadis, prácticamente desaparecido hasta entonces pero que metió dos triples consecutivos que comandaron un parcial de 0-8 y amenazaron con romper el encuentro (55-62). Es lo que tienen los equipos grandes con plantillas tan lujosas como la del Unicaja, que siempre encuentran recursos en los momentos decisivos. Kuzminskas, Vasileiadis, Granger... mucha calidad que apareció a la hora de la verdad.

Sin embargo, los hombres de Ponsarnau no dieron su brazo a torcer y se aferraron al partido tal y como habían hecho hasta entonces. Un par de triples no iban a desanimarlos tan fácilmente. Otra vez apretaron en defensa y volvieron a encontrar sus opciones en ataque. Ante la falta de tino de Taquan Dean, quizás el más desacertado dentro del buen tono general de ayer, el GBC encontró a Grimau, Doblas e Iarochevitch para recortar la desventaja (61-64) a falta de cuatro minutos y medio. Se apretó aún más el marcador con sendas acciones de la pareja interior, Iarochevitch y Doblas, que pusieron el 65-66 a apenas dos minutos.

El triunfo estaba ahí, al alcance de la mano, pero les faltó un poco de temple a los locales a la hora de la verdad. Jordan, muy acertado hasta entonces, no pudo parar a Granger y además perdió un balón y falló un triple. Una canasta de Franch volvió a poner a su equipo a uno (67-68), pero Granger no perdonó y el propio Franch erró otro triple en una acción demasiado precipitado. No perdonaron Granger y Toolson desde la personal y el GBC se quedó sin triunfo, aunque con la sensación de que está otra vez en el camino correcto.