A las cuatro y media de la tarde, solo cinco horas después de levantar el Trofeo Diego García como primer guipuzcoano de la Behobia, Ander Sagarzazu apuraba ayer un Cola Cao "con un colega". "Hay que entrar en calor, que se ha puesto a llover justo ahora", explicaba al otro lado del hilo telefónico con su característico tono jatorra. Lo que acababa de conseguir en el Boulevard supone para este donostiarra de 26 años un giro importante en su vida deportiva, similar en relevancia al de 2009, cuando su hermano, triatleta, le picó para participar en la Media Maratón de Donostia. Corrieron juntos. "En el kilómetro 16 me dijo que, si me veía bien, tirara para adelante. Eso hice, y pegué una reventada espectacular. Así que en el 18 me volvió a pillar. Terminamos en 1h28".

No está mal la marca para un debutante. Ander, "un patán como futbolista" según bromea, la consiguió gracias a la base que le daban los entrenamientos y los partidos con su equipo, el Allerru, de Preferente. "Aquel mismo año, en noviembre, hice mi primera Behobia y terminé en 1h19. Bajar de 1h20 y vivir el ambiente de la carrera me hicieron tomar la decisión. Fui a donde el entrenador y le dije que colgaba las botas, que a partir de entonces me iba a dedicar a correr". Sabia elección. Porque, en el mundillo atlético guipuzcoano, el resto de la historia es de sobra conocido por todos. Cinco años han bastado para que este joven de Bidebieta experimente una progresión espectacular.

En 2010, 1h12 en la Behobia, ya bien asesorado por su hermano. En 2011, el calor frustró su primer asalto a la barrera de la hora y diez minutos, y dejó la cosa en 1h11. La edición de 2012 significó el considerable paso a la 1h08. Y hace doce meses, el fuerte viento solamente le permitió parar el crono en 1h09 cuando, en circunstancias normales, podía haber concluido en 1h07. Poco importó, porque la curva ascendente en el rendimiento de Sagarzazu se acentuó justo entonces. "En diciembre participé en la carrera del Bicentenario de la ciudad, en Donostia. Corrí los siete kilómetros a un ritmo de 3:11, y aquello me hizo ver que realmente podía estar muy adelante en las competiciones", explica Ander, que en enero empezó a entrenarse a las órdenes de Ricardo Jiménez.

Salto de calidad Siguiendo la estricta preparación diseñada por el irundarra, Sagarzazu dio un tremendo salto de calidad, hasta el punto de que logró la victoria en los diez kilómetros de la Carrera de Primavera de la UPV/EHU y Donostiarrak, imponiéndose a todo un veterano ya consolidado como Sergio Román. "La pena fue que a las dos semanas tuve que parar. Estaba al borde de la fractura por estrés en un metatarsiano". Demasiada tralla. Ander hizo un punto y aparte. Descansó. Y, una vez recuperado, ya sin el asesoramiento de Jiménez, volvió a la carga con la Behobia en mente.

Ayer, integró de salida un grupo que compartió con el hernaniarra Sergio Román. Ion Garraus, de Irun, empezó más rápido, pero siempre le tuvieron a la vista, hasta que le cogieron tras Gaintxurizketa. "En Errenteria me he visto con fuerza, he tirado para adelante y he notado que Garraus se quedaba. Después, en el Boulevard, he mirado hacia atrás y he sabido que lo tenía. Casi ni he esprintado para intentar ser noveno. Hacer 1h06:19, terminar décimo y concluir como primer guipuzcoano ya me valía", relataba ayer Ander, que vive sus primeros días como atleta federado.

"Me he hecho la ficha con el Goierri Garaia, ya que suelo entrenar a veces con Ibon Esparza y compañía. Asier Cuevas me va a ayudar con las preparaciones, algo que me hace una ilusión de la leche. Dice que no me agobie. Que si un día tocan series y estoy reventado, haga mejor un rodaje. Y además es flexible con los horarios", cuenta este exestudiante de Santo Tomas Lizeoa, ahora cursando Gestión de Ventas. "Voy a descansar un par de semanas y después probaré con la temporada de cross. Luego, para primavera, quiero intentar hacer una buena marca de diez mil, y seguramente elija la prueba de Laredo el 22 de marzo". La cosa promete. Y mucho.