donostia - El targarí (gentilicio de su localidad natal, situada cerca de Lleida) no pudo estrenarse con buen pie como técnico del GBC y espera “expectante” su primer partido oficial en Illunbe, el domingo contra el Real Madrid. Afronta convencido una labor que se prevé dura, como es hacer competitivo un equipo diseñado con poco dinero, con seis jugadores nuevos y que ha perdido a casi todas sus referencias.
¿Fue un ‘shock’ perder de forma tan abultada contra el Estudiantes?
-Sobre todo, el shock fue que lo hiciésemos tan mal en defensa y que nos desencajáramos de esa manera. El equipo en pretemporada había dado muestras de su capacidad defensiva, y en ningún momento del partido fuimos consistentes en esa faceta. Se evidenció un problema, que aún nos falta para llegar a un nivel óptimo. Pero el equipo trabaja bien, vamos a seguir haciéndolo y mejoraremos.
La sensación es que hay mucho trabajo por delante.
-No es una excusa, pero no hemos estado trabajando juntos en toda la pretemporada. Dani Díez y Taquan Dean llegaron tarde, Mikel Motos tuvo unos problemas físicos que le hicieron perderse una semana de entrenamientos y no ha acabado de encontrar su juego, y Jordi está con problemas de espalda, a lo que hay que añadir que se fue unos días por el nacimiento de sus hijas. Esto nos ha afectado, porque no hemos acabado de encajarnos. El calendario ahora es muy difícil y sabemos que tenemos que aprovecharlo para crecer.
¿Está contento con el equipo que tiene?
-Sí, muy contento. El otro día en dos periodos hicimos 27 puntos, no hay duda de que el equipo tiene calidad. Aún no hemos encontrado el equilibrio en las rotaciones, ni una consistencia mental y defensiva. Tenemos que afinar cosas.
En verano tardaron en llegar los fichajes y el presupuesto para confeccionar la plantilla era bajo. ¿Estaba inquieto?
-Apostamos fuerte por ser pacientes en intentar la continuidad de David Doblas y Javi Salgado. Solo siguió David y a partir de ahí se aclaró todo. No había nervios. Preocupación sí, por si nuestros planes no se cumplían, pero el sentido común y la paciencia nos ayudaron a hacer un equipo que nos gusta.
Es cierto que anotaron 27 puntos en dos cuartos, pero la del GBC no parece una plantilla con muchos puntos en sus manos.
-Es una plantilla capacitada para jugar bien, y los puntos el otro día vinieron de jugar bien y del acierto que tuvimos desde fuera. Otros días puede haber menos acierto. En el primer cuarto encontramos juego colectivo, el equipo se pasó bien el balón y encontramos buenos tiros. En el tercer cuarto encontramos una inspiración, la de Taquan Dean. Tenemos jugadores con puntos, que tendrán sus momentos de inspiración.
Han destacado el compromiso y el coraje como señas de identidad del equipo este año, pero son valores que ya se les presupone a un equipo profesional.
-Tener jugadores con capacidad para comprometerse en cada acción significa tener un nivel mental muy bueno. Estudiantes dio una respuesta adecuada al partido porque tiene gente que controla totalmente la Liga. Esto que nos falta tenemos que trabajar para aprenderlo y adquirir el nivel competitivo que queremos tener. El otro día queríamos, pero no sabíamos dominar esa voluntad de hacer las cosas bien. Entonces nos desenfocamos. Eso también es compromiso.
El objetivo claro parece la permanencia.
-El objetivo es hacerlo lo mejor que podamos. Marcarte un objetivo finalista no sirve de nada. Por eso desde mi presentación insistí en ser un equipo que intente ganar cada uno de los 34 partidos. Si queremos crecer, tenemos que hacer todo lo posible en cada partido.
El equipo ha perdido todas sus referencias salvo David. Eso hace más difícil la reconstrucción.
-Tenemos que construir esos referentes. Por ejemplo, Salgado va al Estudiantes y es un referente porque ya lo era aquí, igual que Raúl Neto en Murcia. Ya sabemos que, por ejemplo, Jared Jordan es el conductor del juego del equipo, que de Taquan vamos a buscar su inspiración y que David es un referente. También hay otros que nos tienen que dar un nivel defensivo y que nos permitan ser consistentes los 40 minutos. Jugadores como Mikel Motos, Julen Olaizola o Iarochevitch tienen que aportar. Falta que todo funcione sin encasquillarse.
¿Está muy solo Doblas por dentro?
-Está claro que en el equipo solo hay un David, pero es que hay pocos de su nivel en la liga. Julen hará otras cosas. Tiene un reto, ser el jugador más activo no del equipo, sino de la liga. Tiene capacidad para jugar con dinamismo. Y a Goran, que está en un periodo de formación evidente, debemos buscarlo por su versatilidad y sus 2,10 de altura. Ahora no podemos, pero cuando seamos más consistentes aprovecharemos estos recursos.
Puede ser el gran año de Dani Díez.
-Dani es un jugador con unas capacidades descomunales. Sin meterle ataduras, falta ponerle conciencia y un poquito de rigor. Él tiene las cualidades para ser un jugador sólido.
¿Cómo está Jordi Grimau? El otro día apenas participó.
-Su mejoría pasa por que sus sensaciones de espalda mejoren. Jordi es un muy buen profesional, que sabe sufrir y llevar el dolor. Debido a la espalda, pierde en todas sus acciones décimas de segundo que son importantes. Pero durante la pretemporada ya ha demostrado que puede portar muchas cosas. Es otro jugador con capacidad para entrar en inspiración y sumar puntos.
El cuerpo técnico ya estaba hecho cuando firmó. ¿Se siente cómodo con su equipo de trabajo?
-Muy cómodo. Ya sabía que el nivel de trabajo era muy bueno, y el de calidad he comprobado que también lo es. La sintonía es muy buena.
Renunció a estar en la selección española por venir al GBC, que es mucho renunciar.
-Bueno, yo soy entrenador y para mí era mucho más sacrificio renunciar al GBC que renunciar a la selección. Pude vivir la experiencia del Europeo sub’20, donde he crecido como entrenador. Lo que quería era entrenar todos los días.
Hace tres años ya tuvo contactos con el GBC. ¿Qué pasó entonces?
-No llegó a haber una reunión. Para ello necesitaba el permiso de mi club, el Manresa, que me lo dio pero al día siguiente me lo quitó. Me supo mal, es a nivel personal la única mancha negra que he tenido en ese club.
Recibió entonces con especial ilusión la llamada este verano.
-Sí. Tuvimos una reunión, en la que el GBC me dijo que pensaba que era la persona adecuada para dirigir este proyecto. Estamos ilusionados todos.
El Nou Congost es un pabellón especial. ¿Lo echa en falta?
-Bueno, aún no he jugado en Illunbe. Estoy expectante, tengo muchas ganas. Seguro que cuando viva mi primer partido aquí no echaré en falta nada. Pero en mi carrera el Nou Congost siempre va a ser especial.
¿Tiene todo lo que quiere aquí o aún están adaptándose usted al club y el club a usted?
-Aún estamos adaptándonos todos. La competición es lo que más ayuda para acabar de perfilar todas las cosas. Pero me he encontrado gente trabajadora y comprometida, y tengo una plantilla igual de trabajadora, con ganas de aprender. Estamos en el camino adecuado.
Ha llegado en el peor momento económico del club. ¿Qué futuro augura al GBC?
-La forma de forjar el futuro en un momento así es llevarlo con sentido común. Si por la desesperación empiezas a hacer cosas como ponerte nervioso y gastar un dinero que no tienes, eso te va a repercutir. El GBC es un club muy consecuente desde los directivos, especialmente Germán Cea, que es una persona clave en este sentido común. Los catalanes lo llamamos seny. Este verano, tratando con los agentes, veías que el mercado tiene un gran respeto por el GBC, y ese es un valor muy importante de cara al futuro.