Pamplona. Si a Juanjo Cobo, ganador de la pasada Vuelta a España, le preguntan por el paisaje guipuzcoano que pudo admirar el pasado septiembre al paso de la ronda por nuestro territorio, no sabría qué responder. Fueron 73,5 kilómetros pegado a la chepa de un maillot blanco cuyo portador, Chris Froome, podía robarle la gloria final al más mínimo descuido. Y había que vigilarle de cerca. A eso se ciñó en 2011 el tránsito de la Vuelta por Gipuzkoa, a un férreo marcaje del líder al segundo clasificado, dentro de un nutrido pelotón agotado y sin ganas de batalla. Pero la ronda regresará en 2012 al territorio. Con un kilometraje menor, menos de la mitad, pero con una relevancia muchísimo mayor. Primer final en alto, en Arrate, posible cambio de líder, y cunetas repletas de aficionados al ciclismo. Lo vivido en El Vivero bilbaino el año pasado, pero al otro lado de la muga.
Para los seguidores del territorio, será la jornada estrella dentro de una Vuelta atractiva, presentada ayer en Pamplona, y que pisará suelo de Euskal Herria durante sus cuatro primeras etapas. El regreso de 2011 resultó sumamente positivo, y la experiencia, ampliada, se repite un año después. Primero, con una vibrante contrarreloj por equipos, recorrido sanferminero incluido, en la capital navarra. Después, con un atractivo final en Viana. Luego, con la citada etapa de Arrate. Y, finalmente, en la cuarta jornada, con la salida en Barakaldo rumbo a Valdezcaray, ya en terreno riojano. Será entre los días 18 y 21 de agosto, y servirá como arranque de lujo para una prueba marcada por las numerosas llegadas en alto, las emboscadas, los trazados nerviosos y la ausencia casi total de oportunidades para los esprinters. Terreno vetado para Cavendish y compañía.
con la duda de contador Sin casi velocistas en el pelotón, los triunfos de etapa se presumen repartidos. Eso, a día de hoy, parece claro. Lo de los favoritos a vestir el maillot rojo en Madrid es otro cantar. Sobre todo, faltando aún siete meses. Ayer en Pamplona, la Vuelta se presentó en sociedad sin que, durante el acto, ninguno de sus presentadores (los televisivos Carlos de Andrés y Perico Delgado) citaran el nombre que está en boca de todos: Alberto Contador. Tras experimentar con Giro y Tour en 2011, el madrileño parece afrontar la temporada con la intención de correr la Vuelta tras la ronda gala. De su decisión final dependerá muy mucho el escenario definitivo. Mientras, a la espera de acontecimientos, los ciclistas presentes ayer en el Palacio de Congresos Baluarte no dudaron en apuntar con el dedo: Joaquim Rodríguez.
"Esta etapa lleva inscrito el nombre de Purito", bromeó Samuel Sánchez sobre el final gallego en el Mirador de Ézaro, en la 12ª etapa. Juanjo Cobo fue más allá: "Con este recorrido, el Katusha va a pedir permiso a la organización para correr con doce ciclistas. Les va a tocar controlar la prueba". El presentador Carlos de Andrés anduvo al quite. "¿Y vosotros en el Movistar con Alejandro Valverde?". Cobo sonrió, calló y otorgó. El vencedor de la pasada edición de la Vuelta repetirá este año y estará en la salida de Pamplona, en teoría junto al propio Valverde, después de correr ambos el Tour. Joaquim Rodríguez, blanco ayer de muchas miradas, también participará en la ronda española. Y completará la nómina de favoritos estatales Igor Anton, la baza naranja de Euskaltel-Euskadi. No lo ocultaba ayer el director deportivo de la formación vasca, Gorka Gerrikagoitia: "Creo que es una Vuelta diseñada para sus características".
diez finales en alto Esa carrera diseñada, a juicio de Gerrikagoitia, para las características de Antón contempla un total de diez finales en alto y se divide, principalmente, en tres bloques. Un inicio nervioso, con finales explosivos y ausencia casi total de jornadas de transición, en Euskal Herria, La Rioja, Aragón, Andorra y Catalunya. Tras un traslado masivo en avión, llegará una fase de etapas rompepiernas en Galicia, entre las que se incrusta la única contrarreloj individual de la ronda: 40 kilómetros ente Cambados y Pontevedra, con una cota de tercera en mitad del recorrido. Y finalmente llegará un final marcadamente montañoso, incluido el colosal tríptico asturiano.
1 de septiembre: meta en el Puerto de Ancares, encadenado con otro de primera inmediatamente anterior. 2 de septiembre: El Fito a solo 40 kilómetros de la llegada a los Lagos de Covadonga. Y 3 de septiembre: San Lorenzo y La Cobertoria para abrir boca, y culminar la jornada en Cuitu Negru, cima inédita. ¿Cómo alcanzarla? Subiendo a la estación de esquí de Valgrande-Pajares. Desde ahí, faltan tres kilómetros, aún sin asfaltar, para superar el desnivel que completan los telesillas. La carretera resultante tendrá tramos del 25% y, a buen seguro, deparará las escenas más espectaculares de la Vuelta, imágenes clave en la lucha por conquistar Madrid el 9 de septiembre.
Candidatos no faltarán, y todos ellos habrán iniciado su camino en Euskal Herria.