Donostia. 34 años como presidente de un club deportivo dan para mucho. En su memoria guarda buenos y malos momentos, victorias y derrotas, ascensos y descensos… Iñaki Almandoz echa la vista atrás y entre otras muchas vivencias rescata viejos recuerdos de la época de un José Antonio Gasca de leyenda. Lo compararía, en lo deportivo, con otro buen amigo, "el escultor Jorge Oteiza", apunta.
Fue uno de los promotores del nacimiento del Askatuak. ¿Cómo recuerda aquellos años?
Cogí la presidencia en 1977, cuando aún vivía José Antonio Gasca. Solo tenía 26 años, convirtiéndome en el presidente más joven de la Primera División (actual ACB). Tenía mucha ilusión por el baloncesto, había sido jugador y pensaba que Gipuzkoa debía tener un equipo del máximo nivel y que personalmente tenía algo que aportar. Recuerdo que fueron años duros porque costaba mucho conseguir financiación y no teníamos unas instalaciones deportivas en condiciones. Pero a nuestro favor estaba el gran trabajo de cantera que había hecho José Antonio Gasca en el Club Atlético San Sebastián, gracias a lo cual el primer año conseguimos meternos en la Primera División. Fue duro pero muy bonito.
En 1982 fallece José Antonio Gasca. ¿Qué recuerda de él?
Además de entrenador era vicepresidente del club, y era un genio del baloncesto. Sabía mucho acerca de este deporte, era muy intuitivo y lo daba todo. Viajaba a menudo a Estados Unidos para traer nuevas ideas y sacaba estrellas de debajo de las piedras. Hacía su trabajo con suma brillantez.
Tras estar 34 años al frente del club, ¿con qué momento se quedaría?
Especialmente, recuerdo los dos ascensos a la máxima categoría. Por otra parte, para nosotros fue muy emocionante cuando conseguimos que el Ayuntamiento, encabezado entonces por Odón Elorza, cambiaran el nombre de Polideportivo de Anoeta por el de José Antonio Gasca.
Usted ha vivido en primera persona los altibajos del Askatuak. ¿Cómo definiría al club?
En la época de José Antonio Gasca, además del buen trabajo de cantera, destacaba su habilidad para descubrir nuevos talentos americanos como Essie Hollis, Nate Davis o Dave Rusell. Sin embargo, la falta de financiación provocó que algunos de los mejores jugadores se marcharan y el equipo fue perdiendo gas. Al cabo de unos años, en la temporada 1987-88, volvimos a subir a la ACB, aunque el sueño duró un año nada más. Después vinieron mejores y peores momentos, pero de lo que estamos realmente orgullosos es de que hemos cuidado la cantera guipuzcoana y de que miles de jóvenes han hecho deporte y se han formado con nosotros.
Habla de problemas de financiación. ¿Diría que es una constante del deporte guipuzcoano?
Actualmente, contamos con una gran ayuda por parte de las instituciones lo cual hace viable que puedan seguir practicándose muchas disciplinas y competiciones. Es el caso de Kirolgi, idea que propuse al diputado general Román Sodupe y que posteriormente la Diputación Foral puso en marcha: hoy es una espléndida realidad. Sin embargo, en Gipuzkoa el deporte está muy atomizado: somos 700.000 habitantes y tenemos una gran actividad deportiva, motivo por el cual es muy complicado de sostener el entramado deportivo, porque difícilmente llega para todos.
Tras vivir unos años de lucha, en la temporada 2009-2010 el equipo consiguió nuevamente el ascenso a la Liga EBA.
En el Askatuak hemos vivido varios ascensos y éete en concreto ha sido especial porque lo han protagonizado jugadores jóvenes de la cantera y lo han vivido con una ilusión que nos ha rejuvenecido a todos.
¿Qué objetivo persigue el Askatuak en este momento?
Actualmente somos terceros y estamos jugando a buen nivel. Por el momento, no pensamos en nada más que vivir el día a día. Por otra parte, seguimos muy centrados en nuestra labor de reforzar la cantera y en el aspecto formativo. Además, estamos muy ilusionados con los equipos femeninos que empezaron a jugar en el club hace cuatro temporadas.
¿Cómo vislumbra el futuro del equipo?
Si trabajas duro siempre hay resultados. En general, creo que el baloncesto guipuzcoano está fuerte y afrontamos el futuro con optimismo.
¿De qué cree que se sentiría orgulloso Jose Antonio Gasca hoy en día?
Se sentiría muy satisfecho porque los dos clubes que fundó, el Atlético San Sebastián y el Askatuak, siguen existiendo y gozan de muy buena salud. Además, estaría orgulloso de haber vaticinado hace ya más de 30 años que Illunbe era una ubicación adecuada para levantar una instalación para el baloncesto de alto nivel y ser así centro neurálgico del baloncesto guipuzcoano. Con su clarividencia fue el primero en plantear la transformación hacia el profesionalismo del baloncesto FIBA y la creación de una Liga Europea lo más parecida a la NBA. Y en ese camino estamos.