donostia. Juanito Oiarzabal ya está pensando en la vuelta a casa. "Absolutamente" recuperado de los problemas de visión en el ojo derecho y de las dolencias pulmonares que le afectaron en el descenso del Manaslu, el alavés estará de regreso en Euskadi este fin de semana con su vigésimo sexto ochomil en la mochila y a falta de solo cuatro para concluir el reto de repetir las catorce cumbres más altas de la Tierra.

El gasteiztarra, de 55 años, sufrió un descenso más complicado de lo habitual en el Manaslu y tuvo que ser ayudado por un guía y recurrir a oxígeno embotellado. Pero una vez que logró llegar al campo 2 y dormir toda la noche con oxígeno, se levantó recuperado por la mañana. "La pérdida de visión del ojo derecho fue consecuencia del viento y del frío y se me debió de congelar la córnea. Ya he tenido esta misma dolencia en otras expediciones y no hay que darle más importancia de la que tiene. Más me preocupaba lo del pulmón, pero cuando me he despertado estaba fenomenal. No ha tenido nada que ver con lo de esta primavera, que fue una embolia pulmonar. Sin embargo, sí que ha tenido que ver algo con el pulmón y cuando llegué a Gasteiz iré a hacerme un chequeo. Pero es evidente que no he dejado el margen suficiente desde esta primavera para poder recuperar bien el pulmón porque no es normal. Llevo toda la vida en el Himalaya y me conozco muy bien", se explicaba Oiarzabal.

Ayer ya bajó hasta el campo base y hoy tenía previsto desplazarse hasta Katmandú para emprender el viaje de vuelta a casa. Con esa tranquilidad, Juanito saborea un nuevo ochomil hollado. Ahora le quedan cuatro, que tendrán que esperar probablemente hasta el próximo verano -Broad Peak y Nanga Parbat- y la primavera posterior -Shisha Pangma y Dhaulagiri-.