Lituania (12+24+23+20) Kaukenas (11), Kalnietis (7), Jankunas (8), Jasaitis (6) y Javtokas (7) -equipo inicial-, Delininkaitis (3), Pocius (11), Songaila (4), Valanciunas (13), Lavrinovic (3) y Jasikevicius (6).

España (31+31+19+10) Pau Gasol (17), Rudy (8), Navarro (22), Calderón (12) y Marc Gasol (8) -equipo inicial-, Reyes (4), Ricky, Ibaka (15), Llull (5) y Sada.

Árbitro Sreten Radovic (Croacia), Damir Javor (Eslovenia) y Petri Mantyla (Finlandia). Sin eliminados.

Estadio Panevezys Arena, 5.000 personas.

Panevezys (Lituania). La selección española obtuvo una victoria de prestigio al arrollar por 79-91 a la de Lituania, y lo hizo jugando como los ángeles en defensa, en ataque, con unos porcentajes increíbles y dando un auténtico recital de baloncesto en la primera parte.

La selección salió como un martillo pilón desde el salto inicial y el triple de Calderón en la primera posesión fue el mejor de los presagios. El cuerpo a cuerpo apenas duró cuatro minutos, los que tardaron los jugadores de Sergio Scariolo en dar los últimos toques a una gran defensa. Lituania se adelantó unos segundos (7-6 en el minuto 3.30) y España encadenó en los cuatro minutos siguientes un parcial demoledor de 0-16 con un juego engranado, con una gran circulación de balón, con todos los jugadores anotando y con una efectividad en el triple rayando la perfección.

En este sentido, Navarro volvió a ser el asesino silencioso con 4 de 6 triples que cercenaron de raíz las ilusiones de los lituanos y del público. El capitán acabó el cuarto con 15 puntos y España selló un parcial de 12-31, absolutamente genial.

El baño a Lituania fue escandaloso. Y continuó en los siguientes diez minutos, alcanzándose un máximo de 28 puntos de diferencia tras 18 minutos de juego (28-56). Calderón, Pau y Rudy se sumaron a la orgía de triples de la selección española (10 de 16 en los primeros veinte minutos) y al descanso se llegó con un 36-62. El juego de la selección fue como unos buenos fuegos artificiales, con luz y color, con variedad, con sorpresas, con ruido y con la participación de todos y para todos.

Por poner un pero se puede hablar de las tres faltas personales de Ibaka y Felipe Reyes y de las dos de Marc Gasol. Nada preocupante. El Panevezys Arena pareció enmudecer y los únicos que festejaban las canastas eran los jugadores españoles, empeñados en destrozar al rival y dar un golpe de autoridad en el campeonato. Lo dieron y con la sensación de que España, a su nivel, será más que difícil de vencer.