Aprincipios del pasado mes de octubre, la ACB parecía claramente dividida en dos. Por arriba, siete equipos a priori muy superiores al resto: Barcelona, Real Madrid, Caja Laboral, Unicaja, Valencia, Bilbao Basket y Cajasol, probablemente en este orden. Por debajo los demás, con el primer objetivo de eludir los dos puestos de descenso y con la ilusión de pelear por ese octavo puesto que quedaba libre, porque los siete primeros parecían asignados.
Varios equipos, sin embargo, han querido desafiar a la lógica. Dos de ellos, el Gran Canaria y el Fuenlabrada, han logrado clasificarse entre los ocho primeros, por lo que jugarán los play-off, mientras que el Valladolid, que ha estado toda la temporada arriba, perdió fuelle en la recta final y quedó noveno, fuera de la lucha por el título, aunque con la participación en la Copa en el bolsillo. Por debajo de las expectativas han estado el Cajasol, finalmente undécimo, y el Unicaja, que pese a haber entrado en los play-off como octavo, debería haber estado entre los cuatro primeros por presupuesto. Tampoco ha estado al nivel esperado el DKV Joventut, 14º, aunque los verdinegros, con graves problemas económicos y lesiones de hombres clave, no han dado para más.
La gran revelación de la temporada, el modesto que más se ha rebelado, ha sido el Fuenlabrada. En el primer tercio de liga, el Lagun Aro GBC peleó incluso por esta honorífica condición y el Valladolid también podría ocupar ese lugar, pero el equipo entrenado por Salva Maldonado y el donostiarra José Ángel Samaniego es el que ha respondido más por encima de sus posibilidades. Su séptimo puesto, con un balance de 20-14, es un extraordinario resultado teniendo en cuenta que a mitad de temporada tuvo que vender a su estrella, Esteban Batista, y que Lubos Barton, otro jugador clave, se ha pasado casi toda la liga regular lesionado. Para paliarlo, el Fuenla ha contado con el jugador revelación de la ACB, Gustavo Ayón, y Maldonado ha sacado petróleo de jugadores de perfil discreto como Salva Guardia, Mainoldi, Laviña o el donostiarra Jon Cortaberría.
Año redondo del Gran Canaria
Copa y 'play-off' para los isleños
El Gran Canaria no es un modesto como el Fuenlabrada y partía como uno de los claros aspirantes a esa octava plaza, pero de ahí a acabar la liga quinto (balance 21-13) hay un trecho. Jaycee Carroll, máximo anotador y para muchos el jugador que merecía el MVP de la ACB, ha sido el líder de un equipo sólido y difícil de batir, sobre todo en su cancha. Jugar la Copa y el play-off es el premio para una temporada redonda.
El Valladolid, el tercer modesto que se ha rebelado, se quedó finalmente fuera del play-off, pero eso no empaña una temporada muy buena, en la que entró en la Copa como cuarto clasificado. En una plantilla sin grandes estrellas, Porfi Fisac ha dotado al equipo de un espíritu de lucha y una convicción tremendas, al que le hizo daño la marcha en la recta final de Lamont Barnes.
El extécnico del GBC ha sido, junto a Salva Maldonado y Pedro Martínez, el gran triunfador entre los entrenadores de la ACB. Solo la labor de Svetislav Pesic ha estado a la altura de tres técnicos que han sabido sacar el 100% a sus equipos.