Donostia. Alberto Contador mantuvo ayer sin sobresaltos su liderato en la Volta a Catalunya, tras una plácida etapa en la que el moldavo Alexandr Pliuschin (Katusha) fue el escapado de turno y el portugués Manuel Cardoso (RadioShack), el vencedor de un nuevo sprint. El único pálpito que sufrió el pinteño fue tras cruzar la meta de El Vendrell, cuando supo que la Unión Ciclista Internacional (UCI) había trasladado su caso al Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS), organismo que dispone de hasta cuatro meses para dar su veredicto. Sin embargo, este plazo podría ampliarse en otros dos meses si así lo estima conveniente el presidente del tribunal encargado de dirimir y lo aprueba el presidente de la División de Apelación. Mientras, el corredor del Saxo Bank va a continuar con su programa de competición, que incluye el Giro de Italia (7 al 29 de mayo). Incluso, podría darse el caso de que iniciara el Tour de Francia (2 al 24 de julio), aunque es complicado que ASO, el organizador de la ronda gala, admita al corredor si su futuro deportivo sigue en el aire.
Desde que el organismo que preside Pat McQuaid le comunicó el pasado 24 de agosto su resultado adverso por clembuterol (50 picogramos) en un control antidopaje durante la segunda jornada de descanso del Tour, Contador ha aprendido a convivir con la adversidad. Por ello, aceptó la noticia con cierta filosofía: "Soy una persona que piensa que las cosas pasan porque tienen que pasar, y a lo mejor hay que ir al TAS para que quede más clara mi inocencia".
Lógicamente, el madrileño "habría preferido que no se hubiera hecho la apelación", pero mostró su confianza "plenamente en todos los argumentos que han dado mis abogados". La documentación presentada por la defensa motivó que el Comité de Competición y Disciplina de la RFEC exculpara al corredor madrileño (el pasado 15 de febrero), basando su decisión en el artículo 296 del reglamento antidopaje, que exonera al deportista si demuestra que no hubo culpa ni negligencia.
En manos de tres jueces Eso mismo deberá reconsiderar ahora el TAS. El tribunal lo formarán tres jueces. Cada parte, la UCI por un lado y Contador por otro, deberá elegir un árbitro entre los doscientos que componen el TAS. Si no lo hacen, será el presidente de la División de Apelación -que es a la que le compete el caso- quien designe el juez o los jueces. A continuación, los dos elegidos dispondrán de 15 días para nombrar un tercero, que ejercerá de presidente del tribunal. Los tres jueces deberán leer y analizar toda la documentación presentada por las partes, a las que podría convocar a una audiencia antes de dictar su sentencia, que podría demorarse cuatro meses o, en el peor de los casos, seis.
Sorpresa del TAS De esta forma, fuentes del tribunal neutral con sede en Lausana advirtieron ayer de que no pueden garantizar una resolución antes del próximo 2 de julio, día de inicio del Tour. En este sentido, el secretario general del TAS, Matthieu Reeb se mostró crítico en declaraciones a la agencia Reuters: "Estoy intrigado por que la UCI haya esperado hasta el último momento para apelar. Hemos perdido unas semanas preciosas por culpa de esto". "Por lo que he escuchado a uno de sus abogados, nos vamos a enfrentar a una defensa feroz", añadió Reeb.
La UCI ha actuado igual que en el caso de Franco Pellizotti por su pasaporte biológico, cuando también agotó todos los plazos. Debe de ser que en Aigle andan desbordados de trabajo ante la amenaza de plante de los equipos por la prohibición del pinganillo o el deseo de varias de las principales escuadras de crear una liga profesional al margen de la UCI.